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A pesar de las opiniones encontradas acerca del consumo de esta bebida, cada día se le ve con mejor actitud

Por Zulay Espinosa V.

 El café es, después del agua, una de las bebidas más consumidas.  Se habla de que 8 de cada 10 adultos consumen café, señala el Dr. Nelson Rodríguez Torregrosa, Especialista en Medicina Familiar quien explica que el principal componente del café es la cafeína, sustancia a la que se le quiere atribuir efectos positivos en algunos casos  y en otros, negativos.

Debemos tener presente que depende de la concentración del café y de la susceptibilidad de las personas a la cafeína, es decir que cada persona es diferente y los efectos pueden ser diferentes.

Cafeína
“La cafeína es en sí un estimulante y hay personas que se enganchan tanto psicológica como bioquímicamente con el café, al punto que si no lo toman simplemente no funcionan”. Por eso, es frecuente que las personas que toman café a diario manifiesten síntomas si no lo toman, como dolor de cabeza por ejemplo, manifiesta el Dr. Rodríguez Torregrosa.

Actualmente, no hay ninguna evidencia científica que demuestre que el café sea dañino.  Se le ha querido ligar a problemas cardiovasculares e hipertensión, pero revisiones recientes de la literatura no han encontrado ninguna relación.

Lo cierto es que para ciertas personas con padecimientos específicos, se debe recomendar reducir la ingesta de café y dosificarla muy bien, por ejemplo, personas con insomnio, arritmias, trastornos de ansiedad, gastritis o reflujo.

Todo en exceso es dañino
Una a dos tazas de café al día es una costumbre usual, más allá de eso podría considerarse que es mucho, pero todo es muy subjetivo y cuestión de opiniones.  Por ejemplo, hay quienes indican que si toman café muy tarde, se les dificulta conciliar el sueño.  
Tampoco hay una relación ni recomendación médica acerca de cuanto café es permitido de acuerdo con la edad. Es cosa de costumbre (obviamente que en niños pequeños se debe evitar, más aún si son hiperactivos).

Beneficios
Así como no se han podido demostrar contundentemente efectos negativos, tampoco se ha podido demostrar que exista un beneficio de impacto mayor al ingerir café. Hay estudios que hablan que su consumo regular ayuda a prevenir diabetes, Alzheimer, algunos tipos de cáncer.  

Enfermedades cardiovasculares
El galeno expresa que no hay evidencia que demuestre que el café incremente el riesgo cardiovascular o predisponga a enfermedades cardiovasculares.     “Frente a este hecho, me atrevo a opinar que el café ha pasado la prueba del tiempo, cada día surgen más publicaciones que describen beneficios y desmienten mitos”, expresa el médico.

Sobre este punto, tratado en el IX Simposio Internacional de la Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Vascular, realizado en 2014,  el Dr. Darío Echeverri Arcila, cardiólogo, especialista en medicina interna, director del Laboratorio de Investigación en Función Vascular, acotó que el café no solo es cafeína (componente de numerosas preparaciones farmacológicas y medicamentos, incluyendo analgésicos y aditivos dietéticos).

La cafeína es absorbida en la sangre y los tejidos corporales y su vida media es de cuatro horas. “El café no afecta el nivel de lípidos en sangre. No induce hipertensión arterial, mientras que su consumo agudo podría incrementar levemente la presión arterial diastólica” apuntó. La cafeína induce efectos benéficos cardiovasculares, algunos de los cuales son complejos e incompletamente conocidos, manifestó el Dr. Echeverri Arcila.
Por su parte, Mauricio Duque Ramírez, cardiólogo, especialista en medicina interna, electrofisiología y arritmias, concluyó durante el mismo simposio que el consumo de café filtrado no ha demostrado incremento en los niveles de colesterol (malo), tampoco incrementa la tensión arterial en consumidores habituales. Recomienda no hacer restricción del consumo de café a dosis habituales en el post-infarto de miocardio y en la insuficiencia cardíaca, las arritmias y la enfermedad valvular y recalca que no se ha demostrado relación directa con el consumo de café.

Para compartir
Es una bebida social, ampliamente consumida y como todo lo demás, no hay que abusar, ya que hasta el agua tomada en exceso puede ser perjudicial.   “Pienso que lo más importante es ver un buen café como una excusa para reunirse con amigos, familia, conversar, dejar de lado los celulares e interactuar”, afirma el Dr. Nelson Rodríguez Torregrosa.

No es una bebida energizante
Si lo tomas como una bebida energizante, probablemente debas replantearte otras maneras de obtener energía como dormir mejor, hacer ejercicio, mantener una vida saludable, ya que tomar café como un energizante desvirtúa su verdadero fin, el cual debe ser el placer por su sabor y aroma.

Día Mundial del Corazón
El 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, establecido en el año 2000, como iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Mundial del Corazón (WHF por sus siglas en ingles), en aras de sensibilizar a la población que las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares son la principal causa de muerte a nivel internacional.

Las enfermedades cardiovasculares se deben a trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, entre ellos las cardiopatías coronarias (ataques cardiacos), las enfermedades cerebrovasculares (apoplejía), el aumento de la tensión arterial (hipertensión), las vasculopatías periféricas, las cardiopatías reumáticas, las cardiopatías congénitas y la insuficiencia cardiaca.

Las principales causas de enfermedad vascular son el consumo de tabaco, la falta de actividad física y una alimentación poco saludable.

La Organización  Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) llama a adoptar hábitos de vida saludables desde la infancia para prevenir enfermedades del corazón durante la edad adulta. Es por eso que se recomienda: Mantener un peso saludable; aumentar  el consumo de frutas frescas y verduras, cereales integrales, legumbres, frutas secas, semillas, aceites crudos y pescados; disminuir el consumo de sal y alimentos salados, tales como embutidos, fiambres, quesos, snacks, etc.; aprender a leer los rótulos nutricionales y optar por alimentos bajos en grasas saturadas, libres de grasas trans y bajos  en sodio.

También se aconseja realizar actividad física regularmente (al menos 30 minutos diarios) e incrementar el movimiento cotidiano subiendo las escaleras, caminando, andando en bicicleta, jugando con niños, paseando al perro, etc.; evitar el consumo de tabaco; consultar a su médico de cabecera si requiere ayuda para dejar de fumar; y disminuir el consumo de alcohol.