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En el deporte profesional se activan una serie de prestaciones, obligaciones y otras condiciones que no se dan en una actividad deportiva a nivel de aficionado.

Por: Manuel Díaz
Abogado en Derecho Deportivo

No es un secreto que en el mundo del deporte existen distintos niveles de competitividad que van desde los deportistas élites y ganadores de medallas olímpicas hasta quienes practican un deporte por mera diversión o por salud.

Cabe resaltar que los jugadores profesionales son una minoría dentro de la gran cantidad de atletas que existen en la actualidad. Para entender bien esta diferencia hay que tener claro qué es un deportista profesional.

Se define al deportista profesional como aquel que con carácter regular se dedica voluntariamente a la práctica del deporte dentro del ámbito de organización y dirección de un club o entidad deportiva, a cambio de una remuneración.

En el fútbol
En el mundo del fútbol es más evidente la diferencia entre los aficionados y los profesionales debido a que es el deporte más practicado. En la sentencia del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) número 2004/A/691 se explica que: «La mera existencia de un contrato escrito entre un jugador aficionado y un club, mediante el cual el jugador es registrado, no basta para aplicar el reglamento de la FIFA relacionado con la estabilidad contractual. Estos reglamentos son solo aplicables para contratos profesionales. En otras palabras, el estatus de futbolista aficionado no se refiere a un vínculo por medio de un «contrato aficionado» sino por el hecho que un jugador no recibe una remuneración más que el reembolso de los gastos incurridos».

En Panamá existe el criterio equivocado que cuando un deportista firma un contrato con una asociación deportiva o equipo que participa en un torneo federado, significa que el jugador puede ser considerado como profesional. Es decir que por más que el título de un contrato sea »contrato profesional» no necesariamente el que firma dicho contrato es realmente un deportista profesional, si el fondo o el espíritu del contrato no cumple con las prestaciones y requisitos que debe tener un contrato profesional.

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En el mundo del fútbol es más evidente la diferencia entre los aficionados y los profesionales debido a que es el deporte más practicado.

En Panamá, la mayoría de los deportistas que practican una disciplina dentro del territorio nacional son deportistas aficionados, sin importar el deporte que practican.

Esto se debe principalmente a que los deportistas en nuestro país son remunerados como deportistas aficionados, con salario por lo general bajo e incluso en ocasiones no sobrepasa el salario mínimo; se paga solo por los meses de competencia y no por la responsabilidad social. Estos son puntos que lamentablemente nos mantienen alejados del grupo de países que da la importancia debida al deporte.

Deporte individual
Este tema es más complicado, ya que para que un atleta pueda ser considerado como profesional debe generar sus propios ingresos, por medio de premios, competencias ganadas o con resultados positivos, con patrocinio y por la venta de su imagen.

Los deportistas que son pagados por el gobierno también pueden ser considerados como profesionales, siempre y cuando no necesiten de otro trabajo fuera de la actividad deportiva para poder hacerle frente a todos sus gastos.

Obligaciones
Cuando se trata del deporte profesional, se activan una serie de prestaciones, obligaciones y otras condiciones que no se encuentran en una actividad deportiva a nivel de aficionado. Se contratan seguros que cubran la inversión de la sociedad deportiva por si un atleta se lesiona o para que un atleta individual pueda recibir una compensación en caso que se lesione – recordemos que los deportistas individuales dependen única y exclusivamente de ellos mismos. Se activa la competencia de tribunales competentes nacionales e internacionales que pueden resolver una disputa entre la sociedad deportiva y el atleta en cuestión, en los más altos niveles se pueden ceder y/o comprar los derechos de imagen por parte del atleta a la sociedad o a un tercero, entre otra infinidad de diferencias.

Sistema italiano
Es interesante utilizar el sistema Italiano de la organización del boxeo. En Italia existen tres clasificaciones de boxeadores, profesionales, «diletantes» y «amatoriale». Los amatoriale practican el deporte por diversión o por salud, pero de igual modo son registrados en la federación de boxeo y pueden ser sancionados por faltas disciplinarias dentro de las instalaciones públicas.

Los diletantes son deportistas contratados por los organismos del Estado como la policía, los carabineros, los militares, etcétera, que reciben un salario fijo mensual, pero se dedican únicamente a entrenarse. Esta categoría es la más importante en el boxeo Italiano, ya que es la que participa en los juegos olímpicos debido a que no son atletas profesionales. En las últimas olimpiadas Italia se llevó varias medallas olímpicas con atletas como Roberto Camarelle (medalla de oro), Clemente Russo (medalla de plata) y Vincenzo Picardi (medalla de bronce).

Y obviamente la categoría profesional que es igual a la categoría profesional que tenemos en nuestro país, pero que en Italia son pocos los púgiles que saltan de la categoría diletante a la profesional.

La razón por la que muchos no pasan de una categoría profesional es porque permaneciendo en una categoría diletante reciben beneficios como seguro social, jubilación y vacaciones, pero igualmente pueden recibir los premios por ganar torneos regionales y olímpicos representando a su país. Mientras que en el deporte profesional se tiene que iniciar una larga carrera en la que se puede hacer muchísimo dinero, pero todo dependerá de los resultados deportivos obtenidos.

En Panamá
Los boxeadores que conocemos son todos profesionales, pues no se cuenta con un efectivo sistema de soporte a los boxeadores aficionados que les brinde la seguridad de vivir bien y defender los colores de Panamá en torneos aficionados y olímpicos.

En nuestro país, el deporte está retomando importancia, seguramente motivará a los gobiernos y a la empresa privada a mejorar las condiciones de los deportistas situándonos a Panamá en la posición que por talento y biotipo merecemos.