Muchas veces he escuchado a especialistas en fútbol decir que “el fútbol es lo más importante de lo menos importante en la vida”, ¿qué tan importante es entonces la clasificación de Panamá al Mundial de Rusia 2018?
Por: Rogelio Chávez
MBA – Strategical Management
Fotos cortesía de FEPAFUT
En primera instancia, quisiera señalar que el deporte no es aún un tema prioritario en la agenda de nuestros gobernantes, ya que para el próximo 2018 se le aprobó a PANDEPORTES una partida de solo $76millones de lo originalmente solicitado, $199millones, (en 2017 fue aprobado $60mil) de los cuales casi el 25% se fue en gastos de funcionamiento, lo que resulta irrisorio comparado con el presupuesto general de la nación (de $23,000 millones para 2018).
Ahora veamos qué tan importante podría ser para nuestra economía y a nivel social ésta participación en la Copa del Mundo en 2018:
A nivel económico:
De acuerdo a cifras presentadas por FIFA y Kantar Media, el Mundial de Brasil 2014 contó con una audiencia de más de 3.2 billones de personas alrededor del mundo, y se prevé que estas cifras serán superadas en Rusia 2018, por lo que la exposición mediática que tendrá Panamá como “marca país” favorecerá en gran medida a la promoción turística que desarrolla la ATP.
Igual exposición mediática tendrán nuestros jugadores, porque los clubes profesionales de todo el mundo estarán observando detenidamente a cada jugador de nuestra selección; teniendo así, mayores posibilidades para jugar en mejores clubes con mejores salarios, abriéndoles las puertas a otros jugadores que juegan en la liga local.
Las empresas de marcas deportivas también estarán a la caza para contar con la imagen de los mejores atletas, ya que aumenta el valor y el prestigio de sus marcas.
FIFA aportará $2millones a la FEPAFUT por haber clasificado al mundial y $10millones por participar en la primera etapa de clasificación, fondos que deberían aprovecharse para el desarrollo de nuestro fútbol.
La actividad comercial en bares y restaurantes de la localidad se verá incrementada por la gran cantidad de aficionados que durante todo el mes de competición se volcarán a estos lugares para ver los partidos.
Otros productos que también tendrán y demanda serán: la nueva camiseta de la selección, los televisores y los planes de televisión por cable e internet, ya que algunos partidos serán exclusivos para TV por cable, luego de haber pagado por éstos derechos.
Se verá también, un incremento en productos de consumo como bebidas alcohólicas, gaseosas, alimentos y accesorios para barbacoas, en especial para los fines de semana.
Las agencias viajes y aerolíneas ya preparan paquetes para excursiones donde indiscutiblemente muchos pagarán a través de tarjetas de crédito, préstamos personales y casas de empeño o cualquier otro colateral que les pueda servir de financiamiento.
Habrá un incremento significativo en materia publicitaria y de mercadeo, todos enlazados con el producto estrella en que se ha convertido “La Sele” y su Marea Roja.
Pero ésta dinámica económica que se vivirá en los próximos meses es un arma de doble filo, ya que la euforia podría afectar en muchas empresas la productividad de las personas, porque la mayoría de los partidos se realizarán en horarios laborables.
¿Díganme quién podrá estar concentrado en su trabajo cuando Panamá tenga su primer encuentro en el mundial? ¿Supongamos su primer juego a las 9:00 a.m. con el equipo de Alemania o Brasil? De una u otra forma, las personas se la ingeniarán para estar conectados a un dispositivo u otro medio para no perderse nada.
Indudablemente, los jefes y empresarios tendrán que negociar con la mayoría de su personal, para compensar esas horas de prácticamente nula productividad.
Lo anterior expuesto sirve como base para algunos detractores del fútbol que argumentan que todo es una exagerada promoción mediática en beneficio del sector empresarial.
Lo cierto es que el deporte se ha convertido en una industria que genera más del 1% del producto interno bruto (PIB) a nivel mundial, cifras que según Euroaméricas Marketing Sport (agencia líder en “marketing y management” deportivo) sigue en crecimiento.
Y por eso, debemos aprovechar la coyuntura mundialista para lograr que la empresa privada y los gobernantes desarrollen un plan revolucionario en beneficio del deporte. Comenzando con darle mayor relevancia dentro del Estado a PANDEPORTES, que debería ser elevado a nivel de Ministerio para que cuente con mayor participación en los planes del Estado.
Con una mayor inversión del gobierno y de la empresa privada, se podría implementar el mismo sistema de los países desarrollados, donde todo empieza con los jóvenes en etapa escolar, casi todos practican alguna disciplina deportiva y una vez culminada su etapa escolar, saltan a nivel universitario o profesional.
Con esto, nos podemos asegurar que el país cuente con una cultura deportiva sostenible, donde los beneficios se reflejen en una población con buena educación y salud redundando en una mejor calidad de vida.
La “La Sele” ha logrado apasionar y unir a toda una nación sin distinción de raza, clase social, política, religión, géneros, etc., algo que no veíamos desde el tiempo del “Cholo Mano Piedra Durán”. Que esto sirva de base y comienzo para una revolución deportiva con mejores ciudadanos.