futbolLa mala conducta de los atletas en su vida privada, puede llegar a afectar la relación laboral con su club hasta de forma legal.

Por: Manuel Díaz
Abogado deportivo
mdiaz@radi-intl.com

Cuando se trata de deportes individuales, los atletas son -en su mayoría- sus propios capitanes y cada quien es el único afectado por malas decisiones o por errores cometidos. En los deportes de equipo, el problema se da cuando las malas decisiones fuera y dentro de la cancha surten efecto en una sociedad o equipo.

Los atletas que practican deportes en conjunto son contratados por una sociedad deportiva que, como toda relación laboral, implica un código de conducta dentro y fuera del terreno de juego que los atletas deben respetar para el buen funcionamiento del equipo. La falta a estos códigos de conducta representa consecuencias como sanciones previamente establecidas.

Cuando un jugador firma un contrato profesional con una sociedad deportiva, se está comprometiendo a cumplir con todos los puntos establecidos en dicho contrato y como en todas las relaciones contractuales, existen derechos y obligaciones para ambas partes, entre estas, la de mantener una conducta ejemplar dentro y fuera del terreno de juego, evitar conductas que vayan en detrimento de su salud y de su condición física, así como conductas que perjudiquen la reputación de la entidad contratante.

Cuando un atleta comete una falta al código de conducta, puede ser sancionado por el club o por el comité disciplinario de la liga o federación nacional del deporte que practica, sin importar la nacionalidad del mismo.

Rebeldes sin causa
Las sanciones generalmente son económicas, pero dependiendo de la gravedad del hecho, puede provocar –incluso- el despido del atleta. Adrián Mutu, ex jugador del club de fútbol Chelsea de la Premier League inglesa y de la selección de Rumania, es un ejemplo de cómo las actuaciones fuera del terreno de juego pueden desligarlo del club al dar positivo por cocaína en una prueba de dopaje.

Inicialmente, se le impuso un impedimento para jugar fútbol. A su vez, su club, el Chelsea, no solo rompió el acuerdo laboral, sino que acudió al Tribunal de Arbitraje Deportivo, (T.A.D.) para imponerle una demanda por daños y perjuicios, la cual ganó y ascendió a más de 10 millones de dólares.

En las últimas temporadas, ha surgido otro atleta controversial que se ha hecho famoso por su talento en el engramado y también por sus constantes actos de indisciplina, en ocasiones, producto de su inmadurez. Me refiero al jugador italiano, de origen africano, Mario Ballotelli. El actual jugador del Chelsea de la Liga Inglesa ha cometido, en su joven carrera, una serie de conductas que lo han llevado a ser el jugador más controversial de la actualidad.

Ser captado por las cámaras en strip clubs, tirar dardos a un compañero de las categorías inferiores del club de la capital inglesa, incendiar su casa por jugar con fuegos artificiales, son parte de la lista de actos de indisciplina que ha cometido el atacante italiano.

Todas estas faltas son suficientemente graves para activar el sistema disciplinario interno (del propio club), mas no el sistema disciplinario de la liga y mucho menos el internacional. Una sanción económica por parte del club es lo que conlleva este tipo de actos inmaduros.

Competiciones en representación de una selección nacional
Cuando ocurren actos de indisciplina extradeportivos mientras el atleta se encuentra a órdenes de la selección nacional, es decir, durante un torneo internacional, una concentración o después de un partido, la entidad encargada de imponer sanciones es la federación nacional del deporte en cuestión y regularmente, las sanciones conllevan a la exclusión de próximas convocatorias del jugador o jugadores involucrados en el acto de indisciplina.

En otras palabras, los jugadores no serían tomados en cuenta para futuros compromisos con la selección nacional. Una sanción de carácter económica podría caber siempre que exista un daño material o moral en contra de la institución, es decir, que como consecuencia de la indisciplina se hayan producido daños que debe resarcir la federación nacional en cuestión.

Las selecciones mexicana, peruana y checa tuvieron una situación particular, algunos de sus miembros incurrieron en la falta de solicitar los servicios de prostitutas durante una concentración. En estos casos, los involucrados dejaron de ser tomados en cuenta por un periodo, pero eventualmente todos regresaron a ser convocados con posterioridad.

La vida de los deportistas es muy sacrificada y deben mantener una imagen lo más limpia posible, pues en la actualidad, es su principal activo. Además, existen consecuencias que pueden ser muy severas.