El panameño, Celestino Caballero (derecha), le da un derechazo al retador japonés Satoshi Hosono durante la pelea por el título de la WBA de peso pluma en Yokohama, cerca de Tokio. Diciembre 2011. Caballero ganó por decisión unánime. |
Por: Héctor Villarreal
Más de un mes ha trans-currido desde que la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) le ordenó al monarca del peso pluma, Celestino «Pelenchín» Caballero, defender su título ante el jamaiquino Nicholas «The Axeman» Walters y todo indica que el plazo dado para la negociación no fue suficiente para que los representantes de ninguno de los dos boxeadores convencieran a su contraparte y se fijara una fecha y lugar para la disputa.
La no existencia de un acuerdo económico entre ambas partes era algo fácil de predecir debido a que ambos púgiles tenían planes diferentes. Autoridades del boxeo de Jamaica habían visitado la sede de la AMB en Panamá para ofrecer su país como sede para uno de los Festivales Knock Out a las Drogas que sería encabezado por la disputa del Campeonato Interino entre Walters y algún otro clasificado mundial.
Caballero por su parte exigía la oportunidad de enfrentarse al Súper Campeón de ese peso, el Indonesio Chris John, alegando que la AMB está evitando darle esa oportunidad y le ha concedido excesivas licencias a John para evitar este choque.
Antecedentes
La relación entre «Pelenchín» y la entidad, cuyo título ostenta, se ha tornado conflictiva en los últimos meses, desde que la empresa que en mayo pasado se ganó la subasta para realizar la defensa obligatoria entre el panameño y el estadounidense Miguel García, incumplió su compromiso de efectuarla el 28 de julio.
La AMB apeló a la buena voluntad de los peleadores y a la facultad que le permite el reglamento de conceder en circunstancias especiales una prórroga al promotor que incumpla, el cual en este caso aseguraba tener como nueva fecha el 7 de septiembre.
Ambos boxeadores se opusieron a tal posposición. García expresó su intención de irse a combatir por el cinturón de otra entidad y Caballero exigía ser indemnizado, ya que al no estar disponible el retador, no sería posible que el promotor cumpliera.
El campeón interpuso un recurso de reconsideración ante la decisión de extender el plazo al promotor pero la AMB se mantuvo en su determinación, provocando reacciones públicas de «Pelenchín» que incluyeron amenazas de emprender acciones legales.
Sorpresa y descontento
La decisión de la Asociación de ordenar el combate Caballero vs Walters no ha sido del agrado de la comunidad boxística local, ya que ambos boxeadores han desarrollado sus carreras en territorio panameño y la mayoría de los analistas considera que es condenar a ambos a arriesgar demasiado a cambio de poco, pues se trata de dos de los plumas más peligrosos del mundo, pero oriundos de mercados pequeños como Jamaica y Panamá, por lo tanto sería difícil que los grandes promotores internacionales se interesaran en hacer una oferta digna.
«No esperábamos esta decisión y no estábamos preparados para otra movida que no fuera poner a Walters por título interino en su tierra» manifestó Jacques Deschamps, manager de Nicholas Walters, agregando que «esto obliga a cambiar planes y nos toma de sorpresa a todos menos a Nicholas porque él siempre está entrenando, en condiciones y cerca del peso».
«Pelenchín», por su parte, se ha mostrado decepcionado por lo que él considera un pase de factura de la AMB por haber solicitado indemnización y exigir la oportunidad de medirse al supercampeón.
«Ya he presentado la documentación a mis abogados aquí y en los Estados Unidos para que hagan valer mis derechos» señaló Caballero citando como ejemplo la demanda por 31 millones de dólares ($ 31,000,000 USD) que le ganó en 1998 el boxeador alemán Graziano Rocchigiani al Concejo Mundial de Boxeo (CMB) por haberle despojado injustamente del título mundial. Ese fallo legal estuvo cerca de hacer desaparecer al CMB.
El Vicepresidente Ejecutivo de la AMB, Gilberto Jesús Mendoza, considera injusta la reacción de Caballero. «Nuestra intención ha sido siempre apoyar a los boxeadores y darles las mejores oportunidades tal como hemos hecho anteriormente con el propio «Pelenchín», aseguró Mendoza.
Alternativas reglamentarias
Ante esta situación, el próximo paso que señala el reglamento es el llamado a una subasta en la que puede participar cualquier empresa interesada en promover este combate y que se encuentre registrada y paz y salvo con la AMB.
Las empresas que participan en la subasta deben enviar un representante en la fecha, hora y lugar previamente anunciados, con un sobre sellado que debe contener su oferta por una cantidad no menor a ciento veintemil dólares ($ 120,000 USD) de los cuales el 75% correspondería a la bolsa de Caballero y el 25% restante sería para Walters. En la propuesta de cada empresa se indican tres posibles ciudades donde se pudiera celebrar el combate y fecha para el mismo.
Si las partes se logran poner de acuerdo antes de la subasta, la misma pudiera cancelarse, incluso el mismo día fijado para su realización.
Si el día de la subasta solo se recibe una oferta, esa empresa se adjudicaría el derecho a realizar la pelea. Si ninguna empresa acude a la cita, la AMB pudiera llamar a una segunda subasta y de no resolverse la situación se despojaría a ambos boxeadores de sus condiciones de campeón y de retador obligatorio.
Una luz de esperanza
Atrapado ante la obligación de realizar a más tardar el 2 de octubre una pelea que le representará una de las menores bolsas de su etapa de campeón, Caballero recibió oferta para unirse a la recién creada empresa The Money Team (TMT Promotions), encabezada por el multimillonario rapero Curtis Jackson, mejor conocido como «50 Cent» y el campeón mundial invicto Floyd Mayweather, considerado el mejor peleador libra por libra de la actualidad.
Floyd y «Fifty» han hecho pública su intención de convertir rápidamente a TMT en la empresa de promoción boxística más sólida y poderosa del mundo, pero para ello no basta tener la exclusividad de presentar a Mayweather, sino que necesitan tener a su disposición la mayor cantidad de boxeadores famosos, importantes y preferiblemente, campeones mundiales.
Siendo «Pelenchín», en ese momento, un boxeador independiente, campeón del mundo y entrenado en el gimnasio de Floyd, por su tío Jeff Mayweather, no tardó en recibir la propuesta, la cual aceptó sin dudar.
El respaldo de TMT Promotions representa para Caballero y para cualquier otro boxeador de calidad, la oportunidad de pelear en grandes carteleras, algunas de ellas, tal vez, encabezadas por Mayweather, cobrar bolsas acorde con el riesgo del oponente y evitar tener que ir a combatir en el territorio de su rival.
Pero, ¿le conviene a TMT que el panameño sea desconocido como campeón a solo semanas de haberlo contratado? ¿Puede TMT o cualquier otra empresa trazar un nuevo plan para llevar a un boxeador de 36 años como «Pelenchín» a hacer cola en las clasificaciones mundiales de otra entidad? ¿Se conformarán con la posibilidad de ganarle un pleito legal a la AMB tras perder el título en la mesa?
La respuesta probablemente sea no. Por eso, no sería extraño que Mayweather y sus abogados buscaran un acercamiento con la entidad con miras a aplazar la fecha límite del 2 de octubre para poder incluir la defensa de Caballero contra Walters en uno de sus primeros eventos y de paso, iniciar sus operaciones con una cordial relación que les facilitaría en el futuro conseguir oportunidades para los boxeadores de su empresa mientras que a la AMB le garantizaría incalculables ingresos provenientes de las actividades de la que ya ha prometido convertirse en la empresa más poderosa del boxeo.
Es el momento de buscar esa fórmula en la que todas las partes salgan ganando.