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Roberto “La Araña” Vásquez al ganar el Campeonato Mundial Peso Mosca de la Asociación Mundial del Boxeo, en el Centro de Convenciones Figali en abril de 2005. Vásquez ganó en el décimo round por k.o.

Ser atleta es más que generar dinero. Es también transformar la mentalidad, actuaciones y estilos de vida con la misma disciplina y esfuerzo.

Por Juan Pineda

Reza la sabiduría popular «que nadie aprende por cabeza ajena». Y en el boxeo, esta premisa se cumple en espiral. Pareciera que cada vez que un boxeador llega a ser campeón mundial, se olvida de lo duro que fue alcanzar ese sitial.

Este el caso de los boxeadores Roberto ‘La Araña’ Vásquez y Vicente ‘El Renacer’ Mosquera como le gusta que lo llamen ahora. Ambos, coincidentalmente, fueron campeones a finales del mes de abril de 2005.

‘La Araña’ Vázquez fue dos veces campeón. El primer título, mini mosca de la AMB y luego, campeón interino mosca también de esa misma asociación. ‘El Renacer’ Mosquera conquistó la faja super pluma de la AMB, pero sus reinados fueron cortos. ‘La Araña’, después de tres defensas de su corona, decide abandonarla y luego se transforma en campeón interino mosca. Meses después pierde ante Takefumi Zacate y se aleja del ensogado; sin embargo, ‘El Loco’, a un año y cuatro meses, pierde su título a manos del desaparecido Edwin Valero.

 

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El panameño Vicente Mosquera celebra luego de ser anunciado como el ganador por decisión unánime contra el tailandés Yodsanan Nanthachai para el título de campeón super peso pluma de la Asociación Mundial de Boxeo. Abril, 2005.

Pero como dicen los entrenadores el peor enemigo del boxeador es la indisciplina y los manzanillos.Cada uno a su manera

Mosquera, antes y después de ser campeón mundial, tenía constantes problemas con la justicia y en las notas de los medios de comunicación se mostraba la imagen de rebelde y de desafío hacia las autoridades. Estuvo encarcelado varios meses entre 2001 y 2002 por delitos comunes; en 2005 fue acusado porque supuestamente golpeó a tres mujeres, hecho que no trascendió. Ha tenido varios incidentes de tránsito, uno de ellos por supuesto consumo de alcohol y el último, tal vez el que le frustró su carrera, fue el supuesto homicidio de un pescador, hecho confuso ocurrido en su ciudad natal, Puerto Caimito.

Por su parte, la constante pelea de ‘La Araña’ Vásquez con la báscula y su indisciplina le han costado su carrera en el boxeo hasta el punto que ha intentado varios regresos y no ha podido.

¿Por qué sucumben ante la fama?
¿Qué causa que los boxeadores sucumban ante las banalidades de la fama? La primera razón que debemos mencionar es que, en su mayoría, quienes ingresan en este deporte lo hacen para salir de la pobreza, están en constante riesgo social (alcohol, violencia de barrios, drogas y falta de atención) y que a pesar de que consiguen la fama y algo de dinero, los factores sociales se expanden porque al contar con dinero se les facilita tentar cualquier vicio.

Otra razón es que a quienes están a su lado no se preocupan porque estos atletas sean tratados por psicólogos, trabajadores sociales u otros especialistas para tratar de sanar los traumas sociales que dejó su niñez y adolescencia. Algunas veces solo son vistos como una máquina de hacer dinero y cuando dejan de producirlo, se deshacen de ellos.

Y tal vez la causa más importante en la que pecan los nuevos famosos es que tratan de comprar con el dinero que ganan a golpes, la atención que no tuvieron antes, sin darse cuenta que solo se están engañando y que la realidad es que siguen solos.

Aparte de estas aseveraciones, hay un punto de vista psicológico que sustenta lo que sucede a distintos boxeadores no solo panameños, sino del mundo entero. Tiene que ver con el término Inteligencia Financiera, no importa cuánto dinero gane una persona; lo verdaderamente importante es educarse o prepararse para administrarlo. Si no se hace, en algún momento el mal manejo lo hará regresar al punto de origen, es decir, la pobreza.

Estos boxeadores han retomado sus carreras, dándoles un nuevo giro, más organizado y con un mayor toque de disciplina. Esperemos que las experiencias vividas sirvan como enseñanzas para no volver atrás.