La llegada del mes de la patria nos trae a la mente las hazañas de los deportistas más destacados en estos 110 años de vida republicana: los avances logrados por nuestros futbolistas
Por: Hector Villarreal
Las medallas Olímpicas de Lloyd LaBeach e Irving Saladino, el histórico legado de nuestros beisbolistas encabezados por Mariano Rivera y muchos otros logros de destacados atletas entre los que sobresale Roberto Durán comandando una lista de 29 campeones mundiales de boxeo.
La ocasión es propicia para meditar sobre las metas boxísticas propuestas para el 2014, entre las cuales sobresale la aspiración de coronar al campeón número 30 pero sobre todo la necesidad de educar y orientar a nuestros pugilistas para que continúen siendo ciudadanos admirables aun después de su retiro del ring.
En ese sentido resulta oportuno citar el ejemplo del rumano Mihai Leu, conocido en internacionalmente como Michael Loewe, nombre que utilizaba durante su carrera como boxeador profesional que efectuó radicado en Alemania.
Loewe se dio a conocer en Panamá cuando se enfrentó al chorrillero Santiago Samaniego el 22 de febrero de 1997 en el Sportshalle de la ciudad de Hamburgo disputando el cinturón del peso welter de la Organización Mundial de Boxeo que se encontraba vacante, resultando el rumano triunfador por una muy estrecha y discutible decisión unánime para convertirse en el primer monarca mundial de boxeo profesional de su país.
En ese combate Loewe sufrió serias cortadas e inflamaciones en su rostro además de una lesión en su hombro derecho que le obligó a esperar siete meses antes de defender su título ante el irlandés Michael Carruth a quien superó por decisión mayoritaria. Pocos días después de su victoria tomó la decisión de colgar los guantes para ser apenas el segundo púgil europeo en retirarse siendo monarca mundial.
Por muchos años no tuvimos en la comunidad boxística panameña noticia alguna sobre Michael Loewe y nos resultó sumamente placentero encontrarlo en una convención mundial de ese deporte celebrada en Florida, Estados Unidos, saludable, en buena forma física y participando en los cursos y seminarios para aspirantes a jueces de pleitos de campeonatos mundiales.
“Uno lucha toda la vida para llegar a ganar un título mundial y es muy difícil tomar la decisión de abandonar la carrera por recomendación médica siendo campeón invicto como me sucedió a mi”, nos dijo Michael en inglés a su salida de una charla dictada por el árbitro estadounidense Jay Nady, “La pelea contra Samaniego fue demasiado exigente y esa lesión que sufrí en el hombro fue la verdadera razón por la que me costó tanto realizar mi primera y única defensa” agregó.
Retirarse a los 28 años le produjo cierta depresión y se refugió en una de las residencias que adquirió con sus ganancias en el boxeo, dedicándose los juegos de video y la abundante comida que no había podido disfrutar durante años debido a la rigurosa dieta a la que se sometía para poder marcar el peso de las 147 libras.
“Pronto me sentí fuera de forma y con exceso de peso y en 1998 decidí probar suerte en las carreras de rally, un deporte en el que ya había participado antes de ser boxeador y al que se habían dedicado mi padre y mi hermano”, agregó el ex campeón, a quien le tomó solo tres años convertirse en el segundo mejor piloto de su especialidad, antes de ser campeón nacional por cinco años consecutivos, al volante de un Hyundai Accent WRC.
Se retiró como piloto en el año 2008 pero regresó en el 2010 como director del Jack Daniel´s Rally Team que participa en el Campeonato Nacional de Rally de Rumania. Siendo el primer campeón mundial de boxeo ya era reconocido en su país como una gran gloria deportiva y sus logros en el automovilismo aumentaron su popularidad permitiéndole iniciar una carrera en la política. Ha invertido en bienes raíces y apoya a su hijo que es piloto de karting.