Esta actividad, también conocida como béisbol callejero o guerrilla de bate, tuvo sus inicios en el siglo XVIII; sin embargo, no fue hasta la década del 30 y 40, en New York, que inmigrantes irlandeses, holandeses, y puertorriqueños, entre otros, intensificarán su práctica. Aunque no fue hasta hace algunos años que empezó a formalizarse en otras ciudades de Estados Unidos como: Orlando, Tampa, San Diego, California, y Miami, las cuales cuentan con sus propias ligas, cuyo máximo torneo nacional se celebra en Memorial Day.
Según la panameña Katia Solé, directora de la disciplina en Latinoamérica, la introducción de este deporte en Panamá, surgió por pura casualidad, ya que en sus ocupaciones laborales vinculadas con el turismo conoció a Richard Mojica padre y su hijo, principales impulsadores del stickball en USA, quienes le motivaron para que formara parte de este ambicioso proyecto en nuestro país, y con ello le hicieron la propuesta de convocar a medios e interesados para darles a conocer de qué se trataba el juego.
«En diciembre de 2008, recibimos la visita de los expertos, quienes explicaron todo lo referente a stickball; así sembraron la semilla para poder implementar la disciplina donde desde entonces, se han sumado 24 jugadores a nivel local», señaló Katia.
Además, agregó que se está trabajando fuertemente para que en Panamá se puedan efectuar competencias y así empezar a desarrollar la actividad expandiéndola a todo el territorio para poder contar con un seleccionado nacional que nos represente en un torneo que se llevará a cabo el 4 de julio del próximo año en Estados Unidos. De igual forma en el primer certamen internacional que se realizará en el 2011 en suelo patrio, el cual espera la participación de países como: Estados Unidos, Costa Rica, Venezuela, Curazao, República Dominicana, y Puerto Rico.
Para el ex grandes ligas Omar Moreno el poner en practica este tipo de disciplina es muy interesante y positivo, «Nuestro país atraviesa por muchos problemas sociales y uno de los mecanismos para poder contrarrestarlos es por medio del implemento de éstas actividades. Más allá de ser o no un deporte, lo más importante es que se desarrolle una cultura deportiva en la que todos podamos compartir de una manera sana. Aunque está claro que para su masificación se necesitará de mucho esfuerzo y dedicación.»
La disciplina en acción
La ventaja que distingue al stickball es que para jugarlo no se requiere de costosos implementos, pues sólo se necesita un palo de madera, y una pelota de hule (Poco más pequeña que la de tenis).
De igual forma sus reglas son sencillas, el escenario es de asfalto, generalmente se utilizan estacionamientos y los equipos están compuestos por 12 jugadores (pueden ser mixtos), de los cuales 8 tienen presencia en el terreno de juego al momento de defender.
Un partido dura 7 episodios y al igual que el béisbol, su desarrollo consiste en hacer la mayor cantidad de carreras, donde el recorrido de bases y el número de outs (3) para que culmine una entrada es similar.
Lo que lo diferencia del béisbol es que en este juego no existe receptor, ni lanzador, cada bateador se lanza así mismo y éste debe conectar la bola en el aire ó puede dejarla picar hasta 3 veces antes de ser bateada. Si el jugador abanica es out y si la manda a territorio de foul también lo es.
Otro detalle a tomar en cuenta es que cuando un conjunto está a la ofensiva puede utilizar un bateador designado, sin que tenga que reemplazar a nadie en la defensa, e igualmente un jugador de cuadro podrá entrar a correr de emergente por un compañero, siempre y cuando éste no altere su orden al bate.
El futuro de Stickball Panamá
Los encargados del desarrollo de esta disciplina en suelo patrio, Katia Solé y David Salayandía, continúan trabajando seguir ganando adeptos y más aún, cuando este 15 de marzo se realice un juego amistoso entre el equipo de Panamá y un combinado estadounidense, quienes durante su estadía estarán impartiendo clínicas en diferentes barrios de nuestro país.
Por su parte, Josue Vega jugador y capitán del conjunto panameño espera que esto más allá de ser visto como un hobbie, llegue a desarrollarse en un alto nivel competitivo donde todos puedan apreciar y sentir la verdadera esencia del juego.
Por el momento, el stickball comienza a despertar el interés en muchos y como valor agregado el desarrollo de la convivencia familiar durante la realización del mismo.
Pies de foto: Sickball Panamá como es conocido el actual grupo de participantes entrena fuertemente en los estacionamientos de la calzada de Amador.
Dato: A pesar de no ser reconocido como un deporte se hace esfuerzos para poder lograrlo y así tener presencia en los venideros Juegos Panamericanos.