Foto: Isaac Brekken |
Es justo destacar que ambos se presentaron en excelentes condiciones físicas…
Por: Héctor Villarreal
No cabe duda de que valió la pena ver el enfrentamiento entre el kazajo Gennady “Triple G” Golovkin (37-0-1, 33 KOs) y el mexicano Saúl “El Canelo” Álvarez (49-1-2, 34 KOs) por títulos mundiales del peso mediano.
Más allá del desempeño por momentos, un tanto sospechoso en diversos tramos de la pelea, según algunos intentando que el oponente también se luciera para provocar un resultado estrecho que garantizara una lucrativa revancha, hay que reconocer que fue un combate de alternativas y lleno de emociones.
Es justo destacar que ambos se presentaron en excelentes condiciones físicas, con un plan de acción bien definido y con la intención de brindarle al público lo que no se vio en algunos de los choques más lucrativos de esta temporada.
Álvarez se mostró en el peso más conveniente, exhibiendo velocidad y al principio mayor pegada que el campeón, quien mostró su experiencia, serenidad y capacidad de descifrar la contundente ofensiva con que el mexicano lo sorprendió en los dos primeros asaltos.
Golovkin reaccionó en los rounds 3 y 4, haciendo valer su condición de favorito, sin embargo Canelo pudo haber ganado el 5°, el 6° fue difícil de definir, el de Kazajistán mostró ligero dominio en los asaltos 7, 8 y 9 y los tres últimos tuvieron un patrón parecido, con un inicio arrollador de Álvarez en el primer minuto y la respectiva reacción del campeón con un poco menos de intensidad pero por más tiempo.
El combate tuvo un par de asaltos de difícil definición y tres en los que alternaron el dominio. Los que habían escogido a Saúl Álvarez para ganar, se concentraban en lo positivo de su desempeño, contrario a los que le iban a Gennady Golovkin, quienes observaban el ataque y golpes del suyo.
Independientemente de la preferencia de cada uno, el pleito ofreció a todos momentos de alegría y preocupación, emoción y expectativa, hasta después de la campanada final del asalto 12, cuando nos envolvió a muchos esa sensación de duda que ya se está haciendo habitual en toda función de boxeo.
Los jueces determinaron un empate, decisión que no se aleja de lo ocurrido en el entarimado. El problema es que, una vez más, cada juez parece haber visto un combate distinto.
Habiendo observado cuidadosamente el desarrollo de la pelea y reconociendo la tendencia de los oficiales de los Estados Unidos de premiar al boxeador que ataca, muchos esperábamos un fallo favorable a Golovkin, como el del juez Dave Moretti, quien votó 115 a 113.
Tomando en cuenta que hubo un par de asaltos difíciles de calificar y que la gran mayoría de los 22,358 fanáticos dentro de la Arena T-Mobile, coreaban los golpes que lanzaba el mexicano, aunque no impactaran su objetivo, hay que admitir como válida la puntuación del juez Don Trella de empate a 114 puntos.
Lo inexplicable es la puntuación de la jueza Adalaide Byrd de 118 a 110 a favor del Canelo, decisión que fue duramente criticada por muchos, especialmente el ex entrenador y actual comentarista de ESPN, Teddy Atlas, quien se refirió a este puntaje como un reflejo de la corrupción que según él ha invadido el boxeo, señalando que “fuerzas poderosas, que incluyen a ciertos promotores, controlan a quién nombra la Comisión Atlética de Nevada como juez y a quién no, e incluso por quién votará cada uno”.
Atlas recalcó que “personas que nunca han recibido un golpe, cómodamente sentadas en la mejor ubicación junto al ring, afectan las carreras de atletas que dan su mayor esfuerzo y merecen justicia”.
La señora Byrd, entre otros de sus fallos polémicos, fue la única en dar como ganador a Bernard Hopkins sobre Joe Calzaghe y la que llevaba adelante en puntos a Amir Khan al momento de ser puesto fuera de combate por Canelo.
La acusación pública de Teddy Atlas es muy arriesgada y difícil de sustentar pero la única otra razón para que una juez de experiencia haya votado de esa manera sería el haber perdido las facultades que algún momento pudo haber tenido para impartir justicia en este deporte.
Cualquiera de estos dos motivos debe ser suficiente para que la Comisión de Nevada la inhabilite para volver a anotar peleas o le aplique una sanción ejemplar. Contrario a lo anterior, el Director Ejecutivo de esa Comisión, Bob Bennett, salió en defensa de la Sra. Byrd alegando que “cualquier persona, no importa a qué se dedique, puede tener una mala noche”.
Golovkin sigue siendo el campeón y se ha abierto puertas al máximo nivel del negocio del boxeo, entre los cuales estaría una inevitable revancha, que posiblemente sería el 5 de mayo del próximo año ya que Álvarez declaró que no piensa volver a pelear antes de ese mes.
Mientras tanto el público sigue a la espera de una cartelera en la que los boxeadores llenen las expectativas y los jueces también.