No juegan en la cancha, pero sudan como si fueran un futbolista más.

Por: Anhger Muñoz

Desde las gradas apoyan incondicionalmente al onceno panameño. En el lenguaje deportivo se les conoce como el jugador número 12, es la fanaticada: la Marea Roja.

El término Marea Roja nace en 1996 cuando el periodista deportivo de Telemetro Reporta Rubén Pinzón lo acuñó en un encuentro entre equipos de la ex liga de ANAPROF, poco después fue patentada como una marca; misma que fue creciendo y el término se consolidó en el partido eliminatorio entre Panamá y México.

Con el paso de los años la afición panameña ha vivido momentos de alegría y de tristeza. Para este proceso eliminatorio camino a Brasil 2014 nuestra cultura por el fútbol parece crecer. La conocida barra de la Extrema Roja es una clara imagen para miles de personas que asisten a ver cada partido de nuestra selección nacional.

El 22 de junio del 2008 nunca será olvidado por la fanaticada roja, ese día nuestro onceno nacional parecía tenerlas todas consigo para llegar lejos, sin embargo en el terreno de juego Panamá caía en tierras cuscatlecas ante la selección salvadoreña, de esta forma le decía adiós a Sudáfrica 2010. La Marea Roja veía frustrada su ilusión de llegar por primera vez a un mundial de fútbol.

Tras superar con tranquilidad las primeras fases de este proceso eliminatorio rumbo a Brasil 2014, la selección de fútbol de Panamá ha devuelto la esperanza a todo un país. Prueba de ello es que en los últimos partidos el estadio Rommel Fernández ha superado su máxima capacidad de aficionados. Representantes de la Federación Panameña de Fútbol se han visto obligados a pedir permisos especiales para ingresar a más personas de las que pueden entrar a esta instalación deportiva.

Hoy día, es una realidad que la afición panameña se prepara con anticipación para cada partido, semanas antes la gran mayoría de los boletos se han agotado. La Marea Roja siempre se asegura de estar presente en cada compromiso, sus gritos, vítores, cánticos y los carteles le dan energía y valor a un equipo que suda la camiseta por nuestra bandera.

La Marea Roja y la Selección Nacional de Fútbol son uno solo. Dios y la Sele en mi Corazón es el lema que llevan a los estadios. En cada partido el panameño olvida sus problemas, el fanático rojo y el onceno nacional paralizan al país que poco a poco hace del fútbol una cultura.