Libre expresión, sentimiento y coraje
Escrito e imágenes: Enrique Edwards
Todo comenzó en el verano del 2006, cuando por primera vez mis pies sintieron al vibración en la tabla; posterior a eso, experimenté un sin fin de emociones como mi primer regaño, mi primera caída y la satisfacción de intentar algo mil veces hasta lograrlo. Aunque sería mejor no tenerlos, aprendí que elementos como el lluvioso clima, los carros y los dueños de locales, nunca faltarían en el día a día de un patinador o skater, como es mejor conocido.
Criticado por muchos y no considerado como un deporte por la mayoría, y en este punto hay algo de cierto porque más allá de un deporte, es la adrenalina que te impulsa a seguir y a sacar las fuerzas que no se creían tener. Es más, estoy seguro que el skateboarding para muchos lo es todo. Requiere mantenerse en plena forma mental y física, ya que es un ejercicio intensivo al incluir máxima concentración e involucrar a todo el cuerpo a la hora de hacer un truco, y caer sobre la tabla luego de haberse saltado 12 escalones o de andar en patineta remando por más de 3 kilómetros. ¡Vaya piernas se necesitan!
Despertar y salir con su fiel compañera «la patineta» a recorrer las calles panameñas buscando la foto de algún truco o el vídeo de la ronda perfecta en el spot secreto, es lo cotidiano en el día de un patinador, sin desviarse de su objetivo principal: la diversión. Y es que orgullosamente, Panamá es la cuna de muchos patinadores que internacionalmente han dejado la patria en alto en competencias o siendo reconocidos por su esfuerzo y elegante forma de patinar. Algunos de estos cuentan con patrocinios nacionales, regionales y hasta internacionales, como el caso de Harold Tomlinson con la marca Element. Legar a ese nivel es el anhelo de todo el que empieza a patinar. Y es que sin mucha preparación, diariamente salen los skaters, llenos de furor y con mucho estilo en busca de un lugar donde poder practicar una sana diversión, subiendo poco a poco los escalones del progreso en este deporte.
RAICES
Es cierto que el skateboarding panameño tiene gran influencia de Estados Unidos, ya que hace varios años era la única cuna de skaters profesionales, de producción de video clips de alta calidad, y de las mejores marcas en zapatillas, patinetas y accesorios. Hoy en día, América ha evolucionado con paso firme en este aspecto, desde Argentina hasta México se cuentan con trabajo de alto nivel de producción, con miles de personas patinando en las calles y apoyando el skate.
A pesar de que en Panamá no se cuenta con muchos parques o rampas de skateboarding, el tiempo se ha encargado de que el deporte y el respeto hacia éste haya crecido, abriéndole espacio en eventos de diferentes índole que obtienen el interés del público. Cada día se suman nuevos rostros, practicantes más jóvenes e igualmente de más edad, todos teniendo alma de niño como común denominador.
Los eventos de skateboarding han crecido en número. Hace algunos años sólo existía el anualmente esperado «Cultura Sobre Ruedas» bajo la tutela de «Lobo» Luis Millord; ahora mensualmente hay un evento en algún parque público o privado. Esto gracias a los pioneros de este deporte en Panamá, quienes además de patinar, también han buscado impulsarlo. Harold Tomlinson con los «Free Skate Days», el ya mencionado «Lobo» Luis Millord, «Ranita» Erick Quezada, Los Vargas y David Sánchez, realizando eventos mensuales a los que nadie falta.
La pasión y el amor a las 4 ruedas y la tabla van en aumento. Por ende, todo aquel que quiera conocer más sobre este deporte que marca vidas, que se anime y tome una patineta. Es hora de cambiar y ver más allá; realizar que aunque el skateboarding se mal visto por algunos, siempre habrá jóvenes que despertarán cada día para seguir con su rutina de salir a la calle a patinar. Mis honores a todo aquel que respeta a quieres entregan su vida a la patineta.
Larga vida al skateboarding.