Maykeli-Castro-y-Mariana-GozlezUna vez pruebas la danza aérea es difícil dejarlo, bien sea subirte a una tela, una cuerda, un trapecio, una lira, hasta un cubo, o cualquier elemento colgado del aire, la fusión de poder bailar y volar mezclados con la adrenalina hacen que sea una experiencia mágica.

 

Por: Ludmila Pueblas
Fotos: cortesía de Ludmila Pueblas

 

Todo empezó como una misión educativa para dar a conocer la danza contemporánea al público a través de espectáculos didácticos. Así maestras y coreógrafas como Mónica y Graciela Newsam (fundadoras  de la compañía Gramo Danse en 1997) Ximena Eleta (presidenta de la Fundación Gramo Danse y codirectora de Prisma Festival de danza contemporánea que se celebró del pasado 12 al 19 de octubre), y Susan Brakha (dueña de la academia Elévate y Danza) comenzaron a hacer actuaciones de danza contemporánea en escuelas y espacios públicos.

No sería hasta el año 2002 que gracias a la influencia extranjera de la bailarina aérea italiana Eleonora Dall’ Asta (diplomada en circo contemporáneo en Reino Unido) y el malabarista Edwin Borden, se funda la Tribu Performance, la primera compañía de circo experimental en Panamá.

Un año más tarde, en el 2003 Gramo Danse también empezaba a incluir elementos aéreos a sus espectáculos de danza, debido a que Graciela Newsam regresó a Panamá enamorada de un espectáculo que había visto en Paris. Ximena Eleta recuerda cuando dijo “chicas vamos para arriba”.

SIN ESFUERZO NO HAY RECOMPENSA…cuadro practica
Los comienzos no fueron sencillos, sin ayuda pública y sin un espacio donde ensayar. Eleonora aún recuerda cuando colgaba su tela en un árbol en el Parque Urracá y llegaba la policía a llamarle la atención para que lo quitara. Reivindica que en ese sentido aún Panamá está igual que hace 10 años, “debería existir un fondo de acceso público para las artes escénicas”, dice. Katherine Bucktron Olle, Directora Ejecutiva de la Fundación Gramo Danse, comenta que “hace unos años no era posible vivir de la danza, sin embargo ahora estamos logrando romper esa barrera y que la profesión de la danza sea respetada”.

Desde el 2012 se han abierto espacios para que los artistas puedan ensayar y actuar, como es el caso de Xielo de la compañía Gramo Danse, y el Cuarto Rojo, el lugar de la Tribu Performance, donde eventualmente también están enseñando. Además, ambas compañías tienen sus fundaciones de ayuda social, Danzárea (Gramo Danse) y Escena Circo (Tribu Performance) para enseñar a niños de zonas de alto riesgo social.

LOS MÁS PEQUEÑOS
Para los niños hay una academia especializada, Elévate y Danza, su directora, Susan Brakha dice orgullosa “para mí no es tan importante la función de fin de año, sino que aprendan a amarse a sí mismos, desde el principio les incentivo su creatividad”. Además, Susan reconoce que gracias a la migración sobre todo de venezolanos, el mundo de la danza aérea está creciendo en Panamá.

Ese es el caso de Panamá Pole Institute, donde también se enseña a niños y adultos. Irina Rodríguez, profesora de telas acrobáticas en este centro y licenciada en danza contemporánea, dice: “la docencia en el ámbito no solo de la danza aérea sino de las artes en general es necesaria para que haya un desarrollo de las mismas y más artistas”. Su objetivo al igual que el de otros bailarines aéreos es crear más centros de formación de artes, donde se fusione danza, circo y disciplinas aéreas. Ana Sofía Rodríguez también instructora y aerealista, va más allá del sueño de crear su propio circo, con la idea de algún día poder importar las certificaciones en danza aérea que existen en otros países a Panamá.

ACTUALIDAD
Gracias a la fusión de profesionales de Panamá y el extranjero, ya se ve en parques enseñanza de telas aéreas, como es el caso del Parque Andrés Bello, donde Maykeli Castro inició un proyecto con la municipalidad para crear una estructura que facilite sus clases a niños. Además, como dice Luis Pérez (artista circense), espera ser precursor del circo de calle y que pronto el panameño pueda ver espectáculos de calidad en las plazas de la ciudad.

Si deseas practicar danza aérea, o la última tendencia, danza vertical, que pronto llegará al Cuarto Rojo, necesitarás balance, como comenta Ximena Eleta “lo importante es el equilibrio entre fuerza y flexibilidad”, es por eso, añade “que a diferencia de otras disciplinas para la danza aérea el desarrollo físico no es la meta, sino la herramienta para crear con libertad”.

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