Se siente poder al estar parado en un lugar donde la historia de un país cambió.
Por: Adrián Benedetti
Foto: Adrián Benedetti
He visitado el Lorraine Motel en Memphis, Tennessee, donde asesinaron a Martin Luther King. En el balcón todavía se ve una mancha en el concreto teñido de su sangre. He estado parado justo en frente de la cerca de madera desde donde dicen se disparó “la segunda bala” que mató al Presidente John F. Kennedy en Dallas. He estado parado detrás del asiento en el cual el Presidente Abraham Lincoln disfrutaba una obra en el Teatro Ford en Washington D.C. cuando le disparó un actor en la cabeza. En Panamá he visto los restos de la avioneta en la cual viajaba Omar Torrijos.
Dejando las teorías de asesinato o discusiones sobre lo bueno o malo que fue Torrijos para otro foro, uno no puede negar que al estrellarse ese avión en Cerro Marta el 31 Julio de 1981, la historia de Panamá tomó otro rumbo.
El recorrido para llegar a la cima de Marta inicia en la comunidad de Santa Marta, ubicada cerca de los límites del Parque Nacional General de la División Omar Torrijos Herrera (PNGDOTH) en Coclé, a una hora y media de Penonomé. La recomendación de Macedonio, oriundo de la comunidad de Barrigón y un excelente guía, es comenzar a subir a las 6 am para evitar las lluvias de la tarde.
El recorrido tiene cinco partes principales: La bajada, el valle, la subida, el avión y la cima. El premio de “la bajada” no se debe gozar hasta el final. Las aguas azuladas del chorro El Tigrero, deben ser probadas a la vuelta, después de 13 km de camino. El “valle” es una serie de parches de bosque, potreros y hortalizas de naranjas que permiten una serie de vistas que hipnotizan. Recomiendo tomar una naranja si están en temporada, redefinen dulce. El comienzo de la “subida” es un potrero que da pie a una fortaleza de selva y de un segundo al otro estás en un mundo de miles de verdes salpicados con rojos, amarillos y morados.
Todo esto da pie al avión. Sin mucho alarido cruzas un pequeño puente de madera y te encuentras con una masa violenta de alas metálicas rotas con brotes de hierbas y arbustos. Verás una bandera del PRD, una pequeña placa, una llanta de avión y la increíble sensación de estar frente a un acto que cambió la historia de nuestro país a 1,000 pies sobre el nivel del mar. Comentan los que escucharon el accidente que la explosión del avión hizo temblar la montaña.
No se debe olvidar la cima. Supuestamente en un día claro puedes ver ambos mares. En mi caso he subido tres veces y las tres veces estoy dentro de nubes grises, aguantando vientos fuertes y rodeados de flores rojo-amarillas que parecen llamas en pausa.
Siempre me siento raro al bajar Marta: Arriba tanta energía violenta, abajo tanta paz.
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