El golf no es sólo un deporte, un pasatiempo, una pasión, una isla de buen comportamiento es sin duda un referente educativo y moral en nuestra sociedad
Por: Rubén Villegas
Toda actividad humana está sujeta a normas. El deporte no puede ser la excepción. Sin embargo, estas normas o reglamentaciones no necesariamente están relacionadas al correcto uso de los implementos o espacio deportivo, ni a los requisitos para obtener la victoria. El golf un deporte en donde no sólo se deben tener cualidades y habilidades de coordinación psicomotriz. Además, de cumplir los reglamentos establecidos en el juego se deberá mantener una buena convivencia para marcar la diferencia en el campo. Esto es lo que va a definir a un buen jugador de golf, el que además de saber golpear una pelota sepa mantener la ética profesional.
En el Golf no es bien visto la falta de etiqueta y mal comportamiento dentro del terreno de juego. Se incluyen reglas éticas como son el juego limpio y honesto, valores como la cortesía, la solidaridad, la hermandad, el reforzamiento de conductas y el respeto a los demás son vitales para la práctica de este deporte.
Detalles tan sencillos como son: arreglar los divots después de cada golpe, dejar jugar primero al jugador que está más lejos del hoyo, preparar cada tiro mientras juegan los otros y ayudar a buscar las pelotas en el caso de que algún jugador de su grupo pierda. Todo lo antes mencionado forma parte de una serie de códigos no escritos que han ayudado a que el golf mantenga su status de entretenimiento de altura y a dar el ejemplo en entornos caracterizados por la violencia, las palabras indecorosas, la descortesía y el irrespeto.