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Kevin Kuranyi nació en Brasil, su padre es alemán y su madre panameña.

Existen derechos y deberes recíprocos que cobran un papel importante.

Por: Manuel Díaz
Abogado deportivo
mdiaz@radi-intl.com

En la sociedad globalizada en la que vivimos, no es raro encontrar personas que por algún motivo u otro tienen más de una nacionalidad.

Ser hijo de padres de distintos países, haber vivido por muchos años en varios países, contraer nupcias con una pareja de otra nacionalidad, son las vías más comunes para obtener la doble nacionalidad.

La nacionalidad se define como la pertenencia de una persona a un ordenamiento jurídico concreto. Este vínculo de un individuo con un Estado genera derechos y deberes recíprocos, y para el constitucionalismo contemporáneo implica el concepto de soberanía nacional

En el caso del deporte, estos derechos y deberes recíprocos juegan un papel importante.

El país debe otorgar las mejores condiciones para que un deportista pueda entrenarse, alimentarse y enfocarse para representarlo de una manera digna. Pero no todos los países otorgan las mismas facilidades a los atletas. Por eso, muchos deciden trabajar o estudiar para asegurar o mejorar su calidad de vida y la de su familia.

Al representar a su país
La teoría indica que los atletas con doble nacionalidad deben representar al país por el que sienten amor y por el que tienen un sentimiento de pertenencia, pero no siempre es así.

Cuando un atleta tiene un gran renombre y un gran cartel, generalmente prefiere representar al país que más facilidades, mayor exposición, mejores instalaciones y mejores condiciones le ofrezca, puesto que es mayor la posibilidades de alcanzar su mejor nivel.

El jugador Kevin Kuranyi es el clásico ejemplo de lo mencionado anteriormente. Nacido en Petrópolis, Brasil, de padre alemán de origen húngaro, y de madre panameña, se inclinó por la nacionalidad alemana como la nacionalidad que deseaba representar. Panamá, seguramente, no le brindaba las mejores condiciones para que el atacante explotara todo su potencial y la selección brasileña nunca mostró interés por su presencia en el combinado verde-amarelo. Eso no significa que haya rechazado la nacionalidad panameña.

Kevin Kuranyi sigue siendo panameño y goza de todos los derechos y deberes propios de un ciudadano panameño, pero solo podrá representar a la selección alemana, sin importar que la misma no haga efectiva su opción a convocarlo, ya sea por la ya conocida diferencia con el entrenador del combinado teutón, Joachim Low, o por motivos estrictamente deportivos.

La norma de la FIFA solo permite que los jugadores representen a una selección nacional, con la excepción que el jugador dispute partidos no oficiales.

No obstante, en una pluralidad de ocasiones se han visto jugadores que han disputado partidos con más de una selección nacional. La mayoría de estos casos se debe a la creación o disolución de estados, por ende de federaciones deportivas, como en el caso de la Unión Soviética, Yugoslavia, Checoslovaquia y Alemania Unida.

 

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Marcos Senna, brasileño de nacimiento que representa la selección española.

Por el tiempo de residencia
Otro ejemplo es el de los jugadores que nunca fueron llamados para representar la selección nacional de su país de nacimiento, pero que debido al ejercicio de su profesión, adquieren una nacionalidad debido a la cantidad de años de residir en el mismo país extranjero.

Jugadores como Sinha, brasileño de nacimiento que representa a la selección mexicana; Marco Senna, brasileño de nacimiento representante de la selección española; Mauro Germán Camoranesi, argentino de nacimiento y representante de la selección italiana campeona del mundo en el Mundial Alemania 2006, son algunos de los ejemplos de esta figura.

Los atletas son los que obtienen mayores beneficios por los efectos del mundo globalizado. La doble, triple e incluso la multinacionalidad, favorece indudablemente la búsqueda de las mejores condiciones y una ulterior exposición para la búsqueda de objetivos deportivos en detrimento del sentimiento patriota que debería predominar en la representación de un país a nivel internacional.