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Cuatro chicas enroladas en un mundo de sol, playa y arena, que buscan seguir cosechando éxitos con tal de representar a Panamá en las Olimpiadas de Londres 2012.

Por: Isaac Castillero Wilson

Ya sea invierno o verano, estas panameñas de figura atlética están acostumbradas a la resistencia que opone la arena y la cantidad de saltos y flexiones de piernas en  la práctica del voleibol de playa, una disciplina relegada en nuestro país.

 

Ante el deseo de conocer un poco más sobre estas protagonistas, Sports&Health, conversó con Jenny Madrid, quien reafirmó -como líder del equipo- sus compromisos con Panamá, entre otros detalles.

Un conjunto equilibrado

Jenny Madrid:

  • Con una altura de 1.86m es reconocida por su poderoso bloqueo y su manera natural de leer el cuadro. A sus 29 años, funge como directora de un equipo de voleibol para una Universidad en USA.

 

Katherine Tajú:

  • También de 29 años, es distinguida por sus potentes remates, saltos y grandiosa defensa. Llamada la mejor jugadora de Centroamérica a principios de su carrera deportiva y en 2006, cuando lo hacía en Estados Unidos.

Tanya White:

  • De 27 años, impone un juego veloz y agresivo en la cancha. Ha sido una bloqueadora de playa por tres años y ahora está trabajando en su transición a jugadora defensiva.

 

Hashlyn Cuero:

  • La más joven, con 21 años, su arma es ser una jugadora zurda, lo que le da ventaja en la cancha para atacar el balón cuando nadie se lo espera. Entre sus fortalezas está su saque y el saber aprovechar la brisa a su favor.

 

¿Cuándo empezaron a jugar juntas voleibol de playa?

Entre diciembre de 2010 y enero de este año.

 

¿Cuál ha sido su trayectoria?

Todas hemos participado en torneos de voleibol de sala. Hemos formado parte de la selección panameña, excepto Tanya. Tajú ha sido seleccionada nacional por 15 años, Madrid desde hace 13 años y Cuero por 4 años.

Luego de varios años de inactividad para el voleibol playa de Panamá ¿Qué les ha parecido el retorno?

Ha sido valioso. Especialmente porque Madrid y Hashlyn estaban haciendo la transición de salón a playa. Tajú, había participado anteriormente en un torneo de playa hacía unos años. White, ha estado jugando esta modalidad por los últimos cuatro años (es la jugadora más experimentada).

¿Cómo fue la vivencia en el campeonato centroamericano celebrado en Nicaragua en enero pasado?

Fue la primera vez que participábamos como equipo, la competencia fue de alto nivel, la organización, el recibimiento, todo. Después de cuatro años, Panamá regresaba a estos certámenes regionales. Ingresamos al torneo como el último conjunto en la lista y con 0 puntos. Terminamos en segundo lugar con la medalla de plata y con el pase a la segunda fase para la clasificación olímpica.

¿Qué tan importante fue pasar a la segunda fase para la clasificación olímpica?

Muy importante, primero que todo porque demostramos que tenemos el talento y que todo nuestro esfuerzo valió la pena, pues no fue nada fácil prepararnos ante la serie de improvisaciones que vivimos de cara a esta prueba. Y segundo, porque nos pone más cerca de alcanzar el sueño olímpico para nuestra patria.

 

Este mes se juegan el pase a las olimpiadas en Puerto Rico ¿Cómo afrontarán el reto?

Entrenando fuerte. Aunque la mayoría de este tiempo lo hemos hecho separadas, ya que Cuero y Tajú estuvieron entrenando con el equipo de sala en Panamá. Madrid y White han estado en Estados Unidos donde residen y trabajan, pero nuestro gran deseo es poder estar todas alguna vez en California.

 

¿Cómo podría el entrenamiento en California ayudar al resto del equipo?

En California se encuentran las instalaciones necesarias para entrenar alrededor de cualquiera de sus playas. A la vez, cuenta con una serie de torneos y clubes en los cuales nosotras podemos foguearnos constantemente con equipos de más alto nivel que el de nosotras.

 

¿Qué nos puedes decir sobre la preparación?

Nuestra preparación hace énfasis a la parte física y los fundamentos del juego. Trabajo de pesa y agilidad son muy importantes. De igual manera, dedicamos mucho tiempo al recibo. Lo cierto es que estos días serán intensos y largos, ya que no hemos entrenado debidamente juntas.

 

En esta modalidad Panamá ha sobresalido muy poco ¿Es algo que se considera una carga?

Al contrario, nos anima a seguir luchando. Nosotras estamos tratando de hacer lo que no se ha hecho antes, convertir el voleibol de playa en un deporte de nivel en Panamá y ser una potencia a nivel centroamericano, NORCECA y FIVB.

Dentro de la técnica propia de este deporte ¿Qué es lo mejor de este equipo?

La unidad que tenemos, nos hicimos un equipo en menos de dos meses. Y podemos decir que para poder lograr esa medalla de plata en Nicaragua, la clave número uno fue el trabajo en equipo que tuvimos.

 

Se enfrentarán a potencias como Cuba, Puerto Rico, Canadá ¿Qué consideran deben mejorar?

Nuestro control del balón es clave para enfrentar a estas potencias, pero es muy importante el entrenamiento y el entrenador que tengamos.

 

¿Qué necesitan?

Apoyo es lo que se necesita para continuar este sueño Olímpico. No es solo tener torneos de playa alrededor del país, sino también el entrenamiento a un alto nivel.

Nuestro país está rodeado de playas, pero desafortunadamente no contamos con instalaciones para la preparación de este deporte. Antes de partir a Nicaragua tuvimos que esperar días para que pudiéramos tener postes y una malla para entrenar en la Ciudad Deportiva, después que algunos resorts de nuestro propio país quisieron cobrarnos por usar sus instalaciones para entrenar.

 

Para saber…

  • Jenny Madrid, Tanya White y Katherine Tajú, han estudiado en los Estados Unidos en diferentes períodos.

 

  • Jenny Madrid y Katherine Tajú fueron medallistas de bronce en los Juegos Centroamericanos 2010 en voleibol sala por Panamá.

Valor: Tres de ellas nacieron en la ciudad de Panamá, mientras que Tanya nació en Fontana, California, Estados Unidos, pero su padre es de nacionalidad panameña.

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Testimonio

«Esfuerzo y sacrificio son las palabras claves. Enfrentamos la fuerte crisis de agua que tuvimos durante nuestro entrenamiento. Teníamos que caminar alrededor del supermercado para que nos dieran una botella de agua a cada una y tener qué tomar durante los entrenamientos. Estuvimos preparándonos en una cancha no apropiada. Hubo momentos en que nos cortábamos los pies o raspábamos las piernas por las cosas que encontrábamos en la arena mientras jugábamos.

Sufragamos los gastos de nuestra alimentación, pasaje, y demás gastos. La federación estaba en una transición de presidentes y no tenían el aval para proporcionarnos de ninguna ayuda económica.

Fuimos a Nicaragua sin viático o reembolso del dinero que invertimos. Tres semanas después de nuestro regreso, recibimos una pequeña parte de reembolso por las prácticas que no cubría mucho, porque $10 por práctica no era suficiente, pues dos veces al día, además de realizar trabajo de pesas (agua, vitaminas, comida. Se necesita mucho más apoyo para el voleibol de playa».