Sin las luces, ni flashes de un atleta renombre de Panamá, Sofía Carles brilló al coronarse con el oro en el campeonato del mundo de muay thai de la International Sport Karate and Kickboxing Association, la máxima cita de este deporte.
Por: Redacción Sports and Health
Sofía nació en Lisboa, Portugal, de familia panameña. Hace seis años se estableció como arquitecta en Panamá, practica el boxeo tailandés y conversó con Sports & Health sobre sus rutinas con el Muay Thai y mucho más.
¿Te consideras una persona agresiva?
¡No! soy pacífica y también es prejuicio creen que se pierde el encanto femenino con esta actividad. Mi deporte original es la doma (deporte ecuestre), pero no es tan fácil practicarlo. También practiqué por casi veinte años ballet; de niña, estuve en otras actividades como, judo y tenis. He sido bastante inquieta.
¿Por qué te enamoraste del Muay Thai?
Mi primer acercamiento al muay thai fue cuando acompañé a un amigo a su clase de prueba. Accedí por curiosidad, con cero expectativas. Yo no hacia deporte, bailaba ballet (herencia de mi mamá) y montaba caballo. El ballet era súper exigente y requería mucha disciplina y sacrificio. Como no soy de constitución flaca, era muuuucho sacrificio. Por otro lado, montar caballo era mi descompresión. Fui hecha para la vida en el campo, a pesar de que las cosas resultaron de otra manera. Esa era mi vida estudios, caballos, más caballos, teatros y ballet.
En fin, ese día salimos de la U y llegamos a una academia chiquitita que solo tenía un pasillo ancho y un ring al fondo. La profesora de muay thai era mujer y joven, se llamaba Dina Pedro y me recibió con informalidad y simpatía. Es una persona dulce y con carisma; más tarde se convirtió en una de las personas más importantes en mi vida.
En el momento era campeona del mundo patrocinada por Fairtex. Nadie en su clase se veía intimidante, estaban contentos de estar allí y fueron súper amigables con nosotros. La clase duró una hora y media. ¡Me encantó todo lo que aprendí!, me supo a poco.
Al principio imitaba mucho y no entendía el sentido o la energía de lo que estaba aprendiendo. A medida que seguía yendo a las clases iba descubriendo el potencial de todo lo que hacíamos, y me agarró de sorpresa que fluyera. Es un deporte completo con una dinámica positiva. Me hizo sentirme bien, realmente me enamoré.
¿Qué es lo más difícil del deporte?
Competencia ISKA. Foto cortesía de Sofía Carles. |
La dualidad y el balance, en todo.
a) En el desarrollo como atleta: Yo soy mi team. A pesar de que me subo sola al ring (aparentemente), no soy una contra el mundo, sino el resultado de haber entrenado en equipo. El muay thai es esencialmente deporte y amistad, y es a través de eso que transciende. Mientras más nivel tenga el grupo con quien entrenas, tu equipo, tu coach y tus compañeros, mejor podrás sobresalir, porque te desarrollas en ese intercambio de todos, y somos producto del desarrollo del otro. Al final del día, el peleador tiene que pelear y para eso entrena, y mientras más variedad y nivel en sus adversarios en el día a día, mejores resultados obtendrá. Hay una gran dificultad en crear y manejar una red que potencializa tu evolución, dependes de los otros porque en ellos está parte de tu crecimiento.
b) El idioma del deporte: Esta modalidad tiene de los vocabularios de combate y movimiento más bonitos y efectivos, lo supera en belleza solamente la fluidez del kung fu (en mi opinión personal). En el muay thai puedes boxear, patear, meter rodillas y codos, clinchar y derribar; su lenguaje es extenso y de esfuerzo mínimo para efecto máximo, los atletas élite lo hacen parecer sencillo. Palabra clave parecer! La única manera de triunfar es repetición repetición repetición – obsesiva y consciente. En esa mecánica de insistencia descubres la efectividad. Así como los bailarines repiten miles de veces sus coreografías hasta la perfección, los atletas de combate también recrean situaciones, sobretodo en sparring, simulando una y otra vez, experimentando y poniendo a prueba sus recursos para luego recurrirles en el momento de competir – como una biblioteca de combate. Probamos la eficacia de las técnicas y, entre otras cosas, refinamos el gatillo de batalla – es un trabajo contra el instinto de sedentarismo. No es un deporte que se desarrolle sin mucho trabajo porque no hay atajos – los golpes que te dan en los entrenamientos son regalos, y mientras más duro entrenes más fácil peleas – aunque no hay peleas fáciles pero por lo menos ensayas las variables y te preparas para que no te agarren de sorpresa – es matemático.
c) La no-vida: Me es difícil convencer mi familia de todo esto – creo que ven el muay thai como una modalidad violenta. A pesar de que me apoyan siempre porque me aman y no les queda de otra, les cuesta un poco imaginar que me pueda lastimar – nunca nada grave ha pasado pero preferirían que no compitiera. Tengo primos graduados de taekwondo y BJJ, hasta hemos entrenado juntos – creo que no he vendido bien la idea del thai! Ahahaha pero ya me conformo con que no estén en contra.
Mi vida profesional tampoco contribuye mucho, hago esfuerzos sobrehumanos para cumplir con mi programa de entrenamiento y no me queda tiempo para nutrir, por ejemplo: relaciones sociales más allá de la familia, deporte y oficina. Mi rutina es “de sol a sol” y no es una forma de vida que mucha gente entienda (o aguante) pero es lo que me permite hacer lo que me gusta, sin depender de nadie.
¿Estuviste inactiva, cuánto tiempo, por qué?
Estuve alrededor de tres años intermitente, no competía hacían 4 años (es mucho, te oxidas, el cuerpo y la mente). Entrenaba muy poco por no tener la energía en el momento. Me incorporé a una empresa que me absorbió sin la flexibilidad para entrenar adecuadamente y tener un buen performance. Como no me gustan las cosas a medias, me distancié. Decidí gradualmente que quería ambas cosas y literalmente sacrifiqué otras áreas de mi vida, una decisión consciente y que por ahora, me hace feliz. Tuve que esforzarme mucho para reintegrarme; sufrí, pero valió la pena. Salgo adolorida, pero todavía vale la pena. Las cosas buenas no salen fáciles. Igualmente, siento enorme realización en lo que hago en mi trabajo, no quiero sacrificar ninguno de estos dos mundos mientras tenga la energía y la salud.
Mientras estuve ausente del deporte, me involucré en un proyecto que no tiene nada que ver con el muay thai, pero dio muchas alegrías y buenas experiencias; gané una familia nueva de mujeres excepcionales llamada Soniquete flamenco.
¿Cuál fue la clave para lograr el título mundial?
Fueron dos exigentes combates. Logré la presea de bronce en la categoría 54kg y oro en los 55kg. Esto se debe al haber seguido el plan de pelea establecido. Fue mi primera competencia internacional en representación de un país. Me siento orgullosa del logro y la oportunidad que se me dio luego de tanta preparación.
¿Cuál ha sido tu pelea más difícil?
Mi pelea más difícil es manejar mi peso. Creo que la mayoría de los atletas que compiten bajo rangos de peso entienden esta condición como un hito en su preparación. Los entrenamientos específicos, cardiovasculares y de fortalecimiento son más digeribles porque divierten y dan gusto aunque sean duros. La dieta es y siempre fue un plomazo. Las peleas más difíciles en ring fueron con atletas más experimentadas, pero también fueron las que más me enseñaron así que hay un balance. No hay realmente peleas más fáciles que otras porque todas son diferentes.
Foto cortesía de Sofía Carles. |
¿Cómo es tu entrenamiento?
Entreno seis días a la semana en la Academia Panamá Muay Thai con rutinas de muay thai, complementado con crossfit tres veces a la semana, running en el parque y boxeo. Inicio a las 5:00am, luego cumplo con mi horario laboral, en la noche vuelvo al gimnasio a otra sesión por dos horas más. Todo bajo un plan para determinado compromiso.
Enteno con mi equipo PMTA; los lunes y miércoles hacemos técnica y martes y jueves pao sonpads (un entrenamiento equivalente a las guanteletas de boxeo pero para patadas y demás), me encanta. Los viernes hay sparring abierto a todos y después de eso recibo clase de boxeo. Sábados acostumbro entrenar una vez al medio día y es el trainning más hardcore en la preparación para peleadores. Cuando me quedan fuerzas, hago otra clase de boxeo. Los domingos trato de descansar, estar con mi familia, y ver GoT.
¿Tiene este deporte en Panamá el apoyo que se requiere?
No tiene el apoyo deseable, pero por lo menos estamos en órbita. Acabamos de viajar en representación del país, nos auto-financiamos todo excepto el boleto de avión que nos patrocinó PANDEPORTES. Somos jóvenes, estudiantes y profesionales con carreras además de la modalidad y no es fácil hacernos cargo de todo. Fue un esfuerzo físico, emocional y financiero muy grande. Somos nuestros propios motores, patrocinadores y motivadores –somos una familia y por eso ha funcionado, nuestra energía y éxito viene de adentro.
¿Te ves en alguna pelea de MMA?
Está de moda pero definitivamente no. Me veo en boxeo, otra modalidad que descubrí que me encanta, y es parte de mi preparación actualmente. En Panamá hay buen boxeo, es un desperdicio no aprovechar sus enseñanzas. El estilo de boxeo panameño es inigualable y tiene mucho que ofrecer y añadir al rendimiento del peleador de muay thai, striking, MMA, o lo que sea que conlleve pelea de pie. No me veo en una jaula, a menos que sea para pelear una modalidad derivada del kickboxing, thai o K1. No me gusta la dinámica de piso, aunque es interesante verla, requiere mucha dedicación para ser efectiva. Sufro un poco de claustrofobia y prefiero salir de pie. Me gusta ver MMA y tengo muy buenos amigos que lo practican y compiten. He recibido clases de BJJ con grandes maestros en Panamá, como Paulo de Tarso, pero me quedo con mis patadas.
¿Te ha tocado aplicar el Muay Thai en tu vida cotidiana?
No. Mis energías y ganas de combate quedan en lo deportivo. No tengo la maldad de lastimar y tampoco me ha tocado defenderme en ninguna situación. La agresividad no es parte del perfil de un atleta de combate, por lo menos en su vida. Esta actividad me genera bienestar físico y mental, seguridad, confianza, disciplina, mantengo ese espíritu de ser mejor y hago amigos.
¿Qué opinas de la pelea de McGregor o Mayweather?
(HAHAHAHAHAHAHAHAHAHAH la pregunta!) Mi corazón iba a Connor pero no tenía la experiencia de Floyd para competir en su modalidad. A menos que ocurriera un golpe de suerte no había razón lógica para creer que McGregor le llevara ventaja por muy virtuoso que sea. Me encanta Connor como atleta y como entertainer, es un ejemplo de superación y determinación, pero Floyd tiene un record y un performance inigualable en el boxeo, nos guste su estilo o no. Fuese con patadas… sería otra historia. Fue una pelea de audiencias.