Entre las pocas exponentes del downhill (modalidad bicicleta) en Panamá, estas dos damas han encontrado en este deporte, más que una afición, un estilo de vida.
Por: Isaac Castillero Wilson
Sin espacio para lo convencional. Como si se tratara de romper esquemas, establecer nuevos paradigmas e inventar nuevas formas de relacionarse entre iguales, Victoria Murillo y Jansel Ledezma, se han involucrado en el mundo del downhill y con ello, le han dado vida a un destino sobre dos ruedas.
Al verlas, se tiene la percepción tradicional de aquellas mujeres plenas de atributos, como lo es, pero al escucharlas hablar sobre bicicletas, cadenas, selectores y descenso de montañas, queda al descubierto su particularidad ante las demás féminas.
Para saber más sobre estas protagonistas, Sports & Health, investigó detalles sobre su vínculo con ese deporte extremo, su vida profesional y familiar, entre otros aspectos.
¿Quiénes son Victoria Murillo y Jansel Ledezma?
VM: Me considero una mujer emprendedora, positiva, aventurera, independiente, que le encanta la libertad.
JL: 100% aventurera, jovial, familiar, siempre con ganas de hacer lo que me gusta; en fin, una persona que vive al máximo.
¿Qué han hecho?
VM: Llegué a Panamá hace dos años, con una cámara, mi computadora y mi hijo, ya que en mi país, Venezuela, la situación no es la mejor. Mis padres residen en Arabia Saudita y, aunque soy graduada de arquitectura, carrera la cual ejercí, hoy día soy fotógrafa, he conocido muchos países, Egipto, Francia, Brasil, Perú, entre otros.
Jansel Ledezma – 3era Válida de Downhill en Panamá. (Foto: Cortesía Jansel Ledezma) |
JL: Nací en España, pero mi familia es panameña, al igual que yo, que me crié desde los dos años en suelo patrio, estudié diseño de interiores, pero nunca desarrollé la profesión, me centré en el turismo y a trabajar con mi madre en una agencia de viajes. Soy madre de dos pequeñas y gracias a mi trabajo, he ido a varios
¿Cuándo y cómo se adentran en el downhill?
VM: Mi papá es piloto, por eso lo de la aventura. También fue campeón nacional de motocross en Venezuela y desde pequeña, siempre anduve en bicicleta, pero fue a mis 17 años que empecé a practicar cross country. Al llegar aquí, conocí a un grupo (BOA Panamá) y lo seguí, hasta que a principios de este año decidí experimentar el downhill, al querer vivir mayor adrenalina.
JL: Mi esposo y yo queríamos practicar algo constantemente e igual de extremo que el snowboarding que hacemos una vez al año cuando viajamos, por lo que hace dos años decidimos incursionar en el cross country, pero hace poco más de siete meses nos percatamos de lo emocionante que es el downhill.
Victoria Murillo agradece a la marca Whoops por el apoyo brindado. (Foto: Cortesía: Victoria Murillo) |
No es habitual ver mujeres en esta actividad ¿qué les motivó a practicarlo?
VM: Este tipo de experiencia es algo natural en mí. Es como decirte que soy una mujer eléctrica que necesita descargar energía y el downhill es una buena opción.
JL: Con el snowboarding he tenido sensaciones fabulosas, lástima que sólo es en la nieve; con el downhill he logrado sentirme igual y eso, para mí, es vital. Obviamente, hay riesgos y te da miedo, por eso creo que somos muy pocas las que lo practicamos, aunque considero que es cuestión de atreverse.
¿Qué han encontrado en esta práctica?
VM: El downhill es mi estilo de vida y me ha enseñado que uno no debe enfocarse en lo que ve de forma inmediata, sino en lo que ves más allá y eso lo llevo a mi vida cotidiana.
JL: Cambió mi vida, es algo extremo que necesito. Saber que puedes hacer cosas que jamás imaginaste, que puedes vencer tus temores y qué decir de las sensaciones con los saltos.
Una vez sobre la bici ¿cómo definen su estilo?
VM: Prudente, que conoce sus limitaciones, con un toque atrevido con tal de disfrutar el descenso hasta más no poder.
JL: Agresividad y concentración es lo que impongo. Me hago la idea que soy yo y mi bici contra la montaña.
¿Por qué arriesgar sus vidas?
VM: Como expliqué, es algo necesario y natural. Es verdad que me he caído y me he raspado, pero como es con gusto, lo demás no importa.
JL: Mi madre siempre me cuestiona lo mismo, pero creo que las personas deben hacer lo que más les gusta ¿de qué vale vivir sin disfrutar? Lógicamente, se toman precauciones. ¿Cuántas personas se van de este mundo sin haber hecho lo que más quisieron por temor? Y, aunque el downhill no representa retribuciones materiales o económicas, las satisfacciones personales son invaluables.
¿Cómo se mantienen activas?
Ambas pertenecemos al equipo de MTB Panamá e hicimos nuestro debut este año en el Campeonato Nacional de Downhill, organizado por la Unión Panameña de Ciclismo de Montaña, el cual constaba de varias válidas en distintos escenarios de la ciudad y el interior del país. Ahora vamos a participar del campeonato de invierno.
¿Cómo ha sido su evolución?
VM: Técnicamente, he mejorado con la práctica constante y ayuda de los compañeros más experimentados; sin embargo, debo hacer más ejercicios físicos y de fuerza para tener mayor control y poder maniobrar sobre la bici.
JL: Ha sido rápida de mi parte, trato de prestar atención en las observaciones de mis compañeros, debo seguir practicando los saltos, pues quiero volar como los demás y no solo tirarme.
¿Cuánto han cambiado sus vidas al practicar este deporte?
VM: Ha sido relevante, más allá de las prácticas y organización con las asignaciones laborales, me ha servido para compartir con mi pequeño de 9 años en un mismo espacio e igualmente, conocer nuevos amigos.
JL: Para mejorar hay que practicar y eso toma tiempo, pero es cuestión de una buena comunicación, responsabilidad y organización con los demás compromisos, trabajo, hijas de 13 y 9 años, esposo y demás quehaceres.
Y el resto de su vida (amor, esposos, hijos, mascotas, casa…) ¿cómo es?
VM: Mi hijo Ramón es mi centro de atención, estoy soltera, enfocada en mi trabajo, en mi deporte y emocionalmente estable.
JL: Soy feliz con mis hijas Gretel, Paula y mi esposo Juan Antonio Valbuena con quien llevo muchos años de casada, tengo cuatro perritos, vivo en la ciudad, el grupo de downhill se ha vuelto como mi segunda familia.
Quienes les rodean ¿cómo ven su participación en esta práctica?
VM: Los que me conocen saben que este tipo de actividades va conmigo, por mi forma de ser y, por ello, no les causa mayores impresiones.
JL: A pesar de que mis seres queridos tienen cierto recelo, me han apoyado incondicionalmente.
A nivel profesional ¿cómo ha sido la experiencia?
VM: Tengo mi propio negocio, un banco de imágenes en línea, llamado Istmo photos, que promueve a Panamá por medio de la fotografía. Sin duda, una vivencia enriquecedora, luego de conocer los encantos de este país.
JL: Gracias a Dios nos ha ido bien, tengo mi propia agencia de viajes, Online Tours, todos los años hacemos una excursión con quinceañeras. Recientemente (hace siete meses), abrimos la tienda MTB Panamá, donde se puede encontrar todo lo referente a accesorios e implementos para downhill.
¿Cuáles son sus proyectos venideros?
VM: Estoy trabajando en un festival que forma parte de la Fundación Parque en el Arte, con el propósito de enriquecer los valores artísticos y culturales. Igualmente, seguiré superándome a nivel profesional y con la educación de mi hijo.
JL: Nos gustaría, en un futuro, aprovechar un terreno que tenemos en Santa Catalina para seguir operando en el entorno de turismo. Aunque, de momento, seguimos enfocados en los actuales compromisos.