BC2P6626La primera mujer panameña en alcanzar la cima más alta del continente europeo, el monte Elbrus, en el Cáucaso ruso. (5,642 m.s.n.m.).

Por: Redacción Sports & Health
Foto: Gerardo Pesantez

 

¿Cuándo descubres tu amor por el montañismo?

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 Foto: Cortesía Atenas Cardoze

Desde muy niña descubrí el amor por los animales y la naturaleza, disfrutando de cada experiencia. Durante mis años universitarios, trabajé como guía de turismo ecológico, oportunidad que me permitió conocer hermosos lugares naturales de nuestra geografía panameña, enamorándome cada vez más de ella. Practicaba el senderismo con grupos de amigos, hasta que en el año 2005 decidí subir el Volcán Barú.
Fue a través de mi primer ascenso al volcán que todo empezó, realmente me conquistó llegar hasta el punto más alto de mi país con sus 3,475 msnm. Imposible olvidar aquél amanecer, cuando el sol empezó a salir tras las nubes, fue un momento mágico, quedé impactada ya que es una experiencia única que todo panameño debe vivir. Nunca me había sentido tan feliz, había olvidado los problemas y las preocupaciones. Alcanzar la cima y sentir la naturaleza en su esplendor produce una sensación de libertad y recuerdo que por días quedé con la ilusión de regresar a las alturas.  Esa experiencia marcó mi destino para hacer hoy lo que soy como persona, como profesional y como montañista.

¿Cómo te preparas antes de iniciar una aventura?

Es todo un proceso interno, el sueño empieza a forjarse, la expectativa del reto a conquistar, de volver a vivir lo que amas. Todo esto invade tu corazón, tu mente y tus emociones, generando un sinfín de ideas, pensamientos y proyectos.  Enfocas tu mente y con mucho entusiasmo empieza un proceso de disciplina física, preparación técnica y de logística.

¿El entrenamiento es siempre el mismo o depende del reto?

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 Foto: Cortesía Atenas Cardoze

El entrenamiento es más un estilo de vida, pues tiene que ver con mantener un buen estado físico acompañado de una alimentación balanceada. Por supuesto que se intensifican los ejercicios cardiovasculares como trotar, orbitrek, caminatas largas con peso en mochila, subir  cerros y escaleras. Según el reto puede tener variaciones y dificultades en las rutas, por eso es vital el conocimiento de equipo de alta montaña, rápel, nudos y anclajes.  
 
El condicionamiento físico es más exigente para mayores alturas, resistir la altitud es algo que unos consiguen más fácil que otros, pero también hay quienes no logran superarlo. A mayor altura hay menos cantidad de oxígeno en el aire, por lo que en cada ascenso sientes tus sentidos se adormecen, pierdes la capacidad de responder cosas elementales y son frecuentes los dolores de cabeza.

¿Cómo es la alimentación una vez inicias el ascenso, tomando en cuenta que eres vegetariana?

Sí, de hecho muy cercana al veganismo. Esto me permite tener una dieta muy sana en términos generales y lo que hago es prepararme mayormente con altos niveles de carbohidratos para obtener energía, proteínas vegetales y líquidos. Son indispensables las barras energéticas, granos y frutos secos. 

¿Lo imprescindible que debes llevar en la mochila?

La mochila es tan valiosa como tu vida, todo artículo que lleves será un peso extra que sentirás en cada paso que des. Importante es el agua, la comida, utensilios para comer, papel higiénico, pañitos húmedos, cono y botella para orinar, filtro de agua, equipo para dormir, ropa de frío o acorde al clima, protector solar, botiquín personal, linterna o lámpara de cabeza, bolsas plásticas, cuchilla o navaja, cámara / filmadora; pero principalmente en la mochila hay que llevar mucha actitud positiva.

¿Cuáles son las cimas conquistadas fuera de Panamá? (menciona la altura de cada uno)

Empecé en Costa Rica, hasta la más reciente en Argentina. Por diversas circunstancias, en algunas montañas no se logró conquistar la cima, pero en el montañismo como en la vida, la cima es tan solo un punto y lo importante está en lo que ganas en el trayecto.
Las alturas alcanzadas en cada una de ellas fueron las siguientes,

  • Costa Rica: Cerro Chirripó 3,820 msnm
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     Foto: Cortesía Atenas Cardoze
  • Colombia: Santa Isabel 4,965 msnm y el Nevado del Ruiz 5,150 msnm
  • Rusia: Monte Elbrus 5,642 msnm
  • Perú: Vallunaruju 5,686 msnm, Urus 5,495 msnm e Ishinca 5,530 msnm
  • Ecuador: Carihuairazo 5,020 msnm, Cotopaxi 5,600 msnm y Chimborazo 5,920 msnm
  • Argentina: Monte Aconcagua 6,000 msnm

¿En Panamá que lugares sugieres para hacer montañismo? indícanos el nivel de cada una?

Panamá tiene sitios muy interesantes, pero con condiciones muy distintas.
Sin duda el Volcán Barú que es la montaña más alta, su ruta por el lado de Volcán es mucho más exigente que por la ruta de Boquete. Otras mucho más accesibles, con niveles intermedios y bajos, pero que te cautivan son: Cerro La Cruz en Campana, Cerro Chame, Cerro Jefe, Cerro Gaital, La India Dormida, Cerro Tuté, Cerro Mariposa, Cerro Picacho, Cerro Trinidad, etc

Panamá es un país privilegiado porque es rico en biodiversidad, solo basta con salir un poco de la ciudad para conectarte con la naturaleza.  Un privilegio que principalmente es apreciado por turistas que por panameños. Actualmente hay varias agrupaciones como CEI y APAVE que realizan diversas actividades al aire libre para toda la familia.

¿Lo más difícil de tu pasatiempo?

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 Foto: Cortesía Atenas Cardoze

Podría contestar que son varios aspectos a tomar en cuenta. 
El  más difícil es vencerse a uno mismo en todo el proceso, poner a prueba una voluntad de hierro ante las dificultades. Estar dispuesto a romper las barreras físicas, mentales y espirituales, ya que es tu vida la que pones en riesgo.
En este deporte el índice de muertes por año es muy elevado. Tristemente el 2014 ha sido un año muy trágico en la historia del montañismo. Una gran cantidad de personas han perdido sus vidas en accidentes ocasionados por avalanchas, tormentas de nieve, desprendimiento de bloques de hielo, caídas y enfermedades de alta montaña. 

Ascender montañas no es un paseo en el parque, es una de las pruebas de resistencia más severas a las que se pueda someter el cuerpo humano. La adaptación a la altura no se logra de inmediato y mientras más lento sea el proceso, mejores serán los resultados.
Son varios síntomas que tu cuerpo empieza a experimentar como el llamado “mal de altura” con dolores de cabeza, mareos, fatiga, falta de apetito, náuseas y algunas veces la diarrea, que si no se llega a controlar puede llevarte a la deshidratación.
A medida que vas ascendiendo el oxígeno escasea en la sangre causando hiperventilación (respirar con dificultad) y agotamiento.  A grandes alturas, tu cuerpo lucha por sobrevivir y sacrifica el buen funcionamiento del sistema digestivo (mala digestión y estreñimiento) para compensar otras funciones más importantes del cuerpo y reservarse esa energía.

Otro aspecto en contra es el factor económico, especialmente cuando no hay patrocinadores. El uso de equipo especializado, logística y viaje, hacen que los costos en el deporte del montañismo sean muy elevados, cifras que pueden oscilar entre los $3,500 hasta más de los $100,000 como es el caso del Everest.

Y definitivamente algo muy difícil, es estar lejos de mi familia y la preocupación que queda en ellos de saber si regresaré con vida.

¿A que te dedicas? (profesión)

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 Foto: Cortesía Atenas Cardoze

Aprovecho las experiencias que me han surgido del montañismo y las trato de transmitir en forma de enseñazas vivenciales como parte de seminarios y talleres empresariales de “team building”. He iniciado una etapa en la que hago charlas planteando las semejanzas que representa el ascenso a una montaña con las dificultades que te encuentras en el diario vivir y como puedes utilizar algunas de mis analogías para motivarte, superar las dificultades y adaptarte a todas las situaciones que la vida te presente.

Actualmente estoy desarrollando un proyecto empresarial que consiste en charlas motivacionales, talleres de cuerdas y aprendizaje experiencial, senderismo y actividades “outdoor” (al aire libre).
Los resultados de las charlas y talleres son de gran satisfacción para mí por los comentarios que recibo de los participantes. Lograr inspirar a las personas que asisten a estos eventos me es posible gracias a las lecciones y las vivencias que las montañas me han enseñado durante estos últimos años.   

¿Reconocimientos locales? (Ford, Alcaldia, etc)

En 2011, Ford Motor Company premia la iniciativa de “Born to be Free” con el premio a la Conservación y Medio Ambiente.
En el 2012 recibí un reconocimiento en la categoría de “Jóvenes Valores”, otorgado por la Asociación de Empresarias y Profesionales de Panamá.
Este 2014 recibí el reconocimiento “Destacada Trayectoria e Invaluables Aportes” por la Defensoría del Pueblo de Panamá.

¿Tu mayor logro?

Cada montaña ha sido un logro para mí, porque cada una está llena de aprendizaje y experiencias. Porque me he puesto a prueba, he conquistado mis temores, he manejado la ansiedad, he vencido el cansancio y he conseguido mis objetivos, sintiéndome agradecida con la vida. Porque en cada una he llevado la bandera panameña y la emoción es tan fuerte, que  casi siempre he terminado llorando. Pero si tengo que enaltecer alguna de ellas,  puedo mencionarte que es haber emprendido el reto de conquistar el Aconcagua, la montaña más alta de América.

Algo que no puedo dejar de mencionar es el sentimiento que se vive en las alturas, ese encuentro con uno mismo y de conquistas personales. El contacto directo con la naturaleza  nos hace sentir una especie de presencia mística muy fuerte y un vínculo hermoso que nos compromete a cuidar, amar y respetar nuestro planeta. 

Fueron 15 días de travesía muy duros, algunos con ascensos de 8 horas diarias, llevando equipo y comida para dejar en los campamentos de altura como parte de la aclimatación, enfrentando bajas temperaturas y fuertes vientos. El clima fue completamente adverso, con temperaturas que algunas veces alcanzaron los 25 ºC bajo cero y la sensación térmica fue avasallante. Otro reto fue el de tratar de conciliar el sueño dentro de una carpa donde todo se congelaba, era un gran desafío, fue como dormir dentro de un témpano de hielo a pesar de tener un “sleeping bag” de 40 ºC bajo cero.

Finalmente, a una altura de 6,000msnm y con un frío que congelaba mis dedos, logré sacar la bandera de Panamá. Difícil describir tan enorme satisfacción, verla flamear en mis manos a esas alturas fue de mucha emoción, una combinación de alegría, llanto, orgullo, tristeza… un momento especial que nunca podré olvidar.
Tal vez debo decir que un logro que también me enorgullece es ser la primera mujer panameña en conquistar el Monte Elbrus, pues es la cima más alta de Europa. Estar en otro continente y conquistar su cima fue una gran experiencia.