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| El instructor junto a sus queridos pequeños. |
Por: Isaac Castillero Wilson
Fotos: Isaac Castillero Wilson
El centro de enseñanza es el Club de Golf de Panamá, su salón de clase es el enorme y admirable verdor del campo y el ejercicio del día para sus impetuosos alumnos consiste en embocar la bola en el hoyo.
Este colombiano, de 35 años, es uno de los extranjeros que ha estado impulsando esta actividad por medio de la enseñanza. He aquí sus planteamientos sobre la gran labor que desarrolla.
¿Qué le llevó a relacionarse de esta forma con el golf?
Mi gusto por este deporte. Después de haber jugado en mi juventud en mi país (Tour de Colombia) y al darme cuenta que no era algo rentable, decidí -por interés propio- iniciarme como instructor a eso de mis 20 años. Actualmente, pertenezco a la Federación Colombiana de Golf y al PGA Colombia. Incluso, tengo un título en Técnico en Desarrollo Empresarial.
¿Por qué impulsar el golf en Panamá?
En 2006 se me presentó una oportunidad en el Club de Golf de Coronado. Al siguiente año, pasé al Club de Golf de Panamá, donde soy el director encargado de este deporte. Desde entonces, hemos estado afrontando el desafío de forjar nuevos talentos por medio de lo que es el semillero y el desarrollo en general.
¿Cuáles son sus objetivos?
Promover e incentivar el golf en los infantes, ofreciendo un servicio de calidad y enseñanza profesional, con el fin de obtener el máximo potencial de cada uno.
¿En qué aspectos centra sus métodos de enseñanza?
Estamos enfocados en la motivación, el cultivo de valores y detalles técnicos, entre otros. El golf es un deporte de reglas y valores, factores que nos han llevado a implementar, específicamente en los más pequeños, jornadas de mucha interacción con dinámicas vinculadas al juego. Tenemos clases de 40 minutos de actividades recreativas con movimientos específicos que les ayudan para la aplicación del golf y 20 minutos para golpear la bola.
¿Cuál es el perfil de los atendidos?
Trabajamos con dos grupos, divididos en edades de 5 a 12 y 13 a 18 años. En total, son aproximadamente 50 jugadores, quienes practican en determinados días, bajo la atención de nuestro equipo de trabajo, conformado por Soriberto Castellano, Milton Hidalgo, Rodolfo Solari, Leo Ballesteros y mi persona.
¿Qué avances han alcanzado?
Lo primero es entender que los semilleros son la base. A nivel general, se ha crecido, hay más competencias, más instructores, más y mejores jugadores, muchos padres se han involucrado y los clubes tienen sus propios centros de enseñanza. Uno de los logros en nuestro club es que hacemos 10 torneos al año en categorías menores.
A nivel deportivo ¿Cuáles han sido los logros?
Hemos sido campeones centroamericanos en reiteradas ocasiones, a nivel internacional se han alcanzado dignas representaciones. Participantes como Laura Restrepo, quien hoy estudia y juega golf en Estados Unidos; Luis Fernando Varela, reconocido como el mejor golfista local en 2010; José Miguel Fábrega, quien ha sido campeón centroamericano y otros, están entre los mejores exponentes con los que se ha trabajado.
¿Cuál ha sido su experiencia sobre los jugadores panameños?
De por sí el panameño es muy sincero y los pequeños no escapan de esa realidad, eso me agrada porque la comunicación es vital, ellos expresan si les gusta o está feo al instante. Como jugadores, son talentosos y aprenden rápido, aunque reconozco que debemos trabajar en la disciplina, no sé si es el clima o la idiosincrasia, pero en ocasiones hace falta compromiso, pero de eso nos encargamos.
¿Cuáles son los objetivos futuros?
Seguir avanzando con nuestro plan de desarrollo que, de momento, nos lleva a contar con un futuro prometedor. Esperamos ponernos de acuerdo entre los clubes para llevar a cabo la idea de unificar los semilleros locales para que exista la posibilidad de mayor competitividad entre todos.
