La especialista, está entre los 100 integrantes de la Segunda Cumbre Latinoamericana de Líderes Jóvenes en Biotecnología.

Por: David Alejandro Chacón

Fotos: David Alejandro Chacón

Con apenas 17 años de edad, la hoy investigadora en salud del Instituto Conmemorativo Gorgas realizó un viaje de más de 15 mil kilómetros que le cambió la vida. El trayecto de 24 horas en varios aviones para llegar de Panamá a Taiwán, fue apenas el comienzo de un sueño.

Mairim Solís, quien en la secundaria pensó en estudiar derecho, viajó a tierras asiáticas completamente sola tras ganarse una beca para estudiar en ese país. En Taiwán, donde permaneció 11 años, se graduó de la licenciatura en ingeniería en producción animal, además de una maestría y un doctorado en biotecnología.

“No me gustaban las ciencias. Yo quería ser abogada porque, incluso, lo laboratorios me parecían tediosos”, recordó entre risas. “Sin embargo, llegando al final de la secundaria vi el tema de la biotecnología y me llamó la atención, me pareció fascinante”.

Por suerte, o simplemente por destino, como ella prefiere llamarlo, su interés coincidió con una visita de los directores de la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología de Taiwán a su colegio, el St. Mary School. La delegación ofreció becas completas a los mejores estudiantes y ella era una de las más sobresalientes.

“Desde ese momento comencé a vivir el sueño de convertirme en una científica en el campo de la biotecnología. Me enfoqué en lo que quería como siempre hago, ya que me considero muy disciplinada, y trabajé fuerte para adaptarme a un nuevo país y cultura”, contó Solís, ya con 31 años de edad.

Objetivo

Tras más de una década fuera de Panamá, y a pesar de varias ofertas de trabajo en Taiwán y Estados Unidos, Solís decidió regresar en 2016 a su patria. “Estoy muy agradecida con las oportunidades que me llegaron, pero quería traer a mi Panamá todo ese conocimiento adquirido en biotecnología, un campo que si bien ha avanzado en el país, apenas se conoce”, explicó.

Solís, desde el Instituto Conmemorativo Gorgas, se dedica principalmente al estudio de las células madre con la firme misión de combatir varias enfermedades. “Mi objetivo es ver en Panamá a pacientes que se curen con nuestras terapias de células madre. Que ya un diabético no tenga que estar inyectándose insulina, no tenga que amputarse una pierna, y hablo de diabetes porque es específicamente en lo que ando trabajando”.  

La especialista explicó que se ha inclinado por el estudio de la diabetes, tras examinar un estudio de las enfermedades más prioritarias en el país desarrollado por el Ministerio de Salud, que concluyó que es uno de los padecimientos que más aqueja a los panameños.

Con su experiencia y conocimientos, Panamá ha dado un paso importante para seguir desarrollándose en este campo. Este año, junto a su grupo de trabajo, alcanzaron el primer cultivo de células madre y ha realizado asesorías para el decreto 2 del 21 de enero de 2013, que establece los lineamientos para el uso de células madre.

“Hay muchas expectativas, pero tenemos que seguir trabajando. Mi meta no era solo aportar en este campo de la biotecnología, la idea es que cada vez más personas se sumen a esta rama de la investigación médica y todo el país se beneficie”, sostuvo la doctora panameña.

La biotecnología, según la doctora, es un campo que se dedica a utilizar los recursos biológicos del cuerpo o de un modelo animal para mejorar dolencias o enfermedades.

“Eso en el caso de la salud, y en la agricultura, busca resolver los desafíos en los cultivos, de lo que necesite mejor resistencia al calor y consumo de agua, entre otras cosas”, sostuvo.

Enfocada

Mairim Solís es madre de cinco hijos. Tres nacieron en Taiwán, dos en Panamá. Una vez que cumple sus obligaciones en el laboratorio, todo el tiempo disponible es para ellos y su esposo, quien también es científico.

Insistió que la clave para cumplir con su trabajo, dedicarle tiempo a la familia y asistir a encuentros y foros especializados para seguir aprendiendo, es la disciplina, la misma que según recordó, practica desde niña.

“Luego de salir de clases, de 7:00 am a 2:00 pm, iba a la escuela de música de 2:00 pm a 6:00 pm y cerraba de 6:00 pm a 8:00 pm en natación. Cuando llegaba a casa, bastante casada, era que hacía los deberes del colegio”, sostuvo.

2018 cerrará en grande para Solís, quien fue Incluida entre los 100 integrantes de la Segunda Cumbre latinoamericana de Líderes Jóvenes en Biotecnología que se celebrará en noviembre en México.