Recordado por ser parte del primer seleccionado nacional de fútbol en participar en una Copa Mundial Sub-20 de la FIFA (Emiratos Árabes 2003); y ahora marca diferencias en el desarrollo de este deporte.
Por: Isaac Castillero Wilson
Fotos: Isaac Castillero Wilson
A Juan Ramón Solís las lesiones le jugaron una mala pasada, sufrió cinco intervenciones en sus rodillas antes de cumplir 30 años, principalmente por rotura de ligamentos cruzados en ambas piernas. Dentro de esos sin sabores que le llevaron a tener una intermitente y corta carrera, se mantuvo firme y sin rencor para seguir como entrenador y dirigente de fútbol.
Su personalidad en cancha destacaba como capitán de la selección y en la posición de volante de recuperación. A sus 32 años aquel ímpetu y disposición de dar lo mejor le ha direccionado a desenvolverse en un rol de formador y presidente de la Asociación de Futbolistas Profesionales de Panamá (Afutpa).
¿Qué te llevó a ser entrenador?
El deseo de retribuirle al fútbol lo que me ha dado, trabajando con los niños para que tengan las oportunidades y facilidades que no tuve en mis inicios como jugador.
¿Cómo se concretó la ilusión de contribuir al desarrollo del fútbol?
Junto a mis compañeros Felipe Baloy y Gabriel Gómez abrimos la Escuela de Fútbol Bagoso, la cual opera desde 2004 y donde cientos de niños principalmente de San Miguelito son formados en diferentes categorías infantiles y juveniles.
¿En qué academias impartes tus conocimientos?
Actualmente dirigimos en la categoría Sub-9 y formamos parte de la junta directiva de Bagoso, igual trabajamos en el residencial Embassy Club de lunes a jueves en las tardes con niños de entre 6 y 13 años, y en el Colegio Javier, los sábados en la mañana con estudiantes de entre 4 y 14 años.
¿Cómo te has preparado para ejercer este rol?
Me he capacitado local e internacionalmente. Por ahora tengo la licencia C de la Federación Panameña de Fútbol y que me funciona para dirigir en categorías menores. El año pasado asistí al II Congreso Internacional de Técnicos de Fútbol en Costa Rica con la participación del técnico, Fabio Capello.
¿Qué es lo que más valoras?
Tener contacto con cientos de niños todas las semanas a través del fútbol es un orgullo y compromiso. Me encanta poder operar con pequeños de distintos estratos sociales, quienes en su momento comparten juntos.
¿En qué centras tu filosofía de enseñanza?
En éstas edades inculcarles valores es lo primordial. Disciplina, respeto, trabajo en equipo, pasión, son parte de ello, sumado a los aspectos deportivos de cómo pegarle mejor a la pelota, formación de juego y otros que permiten un desarrollo integral.
¿Cuál sería una regla de oro dentro de tus principios con tus dirigidos?
Les puedo entender que fallen en un pase, un gol o determinada jugada, pero que no se esfuercen y den el máximo no es permitido.
¿Qué logros destacan?
El aporte social es lo más valorable, ya que todos no podrán ser futbolistas profesionales, pero pueden ser ciudadanos de bien. Nos enorgullece que jugadores como Ángel Orellien, Ángel Pérez y otros formen parte de la selección sub-17 o que niños de San Joaquín por mencionar un barrio, jueguen la Copa de Fútbol Disney en Estados Unidos, o en otros países como: Portugal y Costa Rica por medio de giras planificadas. También se les recuerda que esta carrera conlleva sacrificio y riesgos como las lesiones y accidentes.
¿Qué papel juegan los padres?
Es fundamental. Trato de relacionarme con ellos, deben estar claros de la influencia que ejercen sobre sus niños dentro y fuera de la cancha. Me ha tocado apoyarme en ellos por decisiones técnicas del juego y demás.
Háblanos de Afutpa
Creamos la asociación con el fin de equilibrar la balanza ante las irregularidades de nuestro fútbol profesional. Desde 2011 veníamos con el movimiento, en 2015 se logró una mayor formalidad y el año pasado se establecieron convenios colectivos con la Federación Panameña de Fútbol, que mejoran los salarios y otros beneficios de los jugadores de la Liga Panameña de Fútbol LPF. Todo surgió del deseo de mejorar y no de ir a conflictos, así como los futbolistas tienen deberes también tienen derechos; ya los clubes asimilan mejor el tema. Hemos tenido diferencias, sin embargo, es una lucha constante ante las realidades de nuestro fútbol.
¿Qué significa este logro?
Es invaluable. Esto fue un sueño cuando tenía 20 años y jugaba, ahora es una realidad. Hubiese querido trascender en mayores niveles como mis compañeros, pero Dios tenía un plan para mí y me siento feliz de contribuir con la niñez y los futbolistas panameños. Me gustaría dirigir a nivel de selecciones nacionales. Pretendemos un fútbol mayor organizado y que en un futuro, los futbolistas puedan vivir del deporte.