“A la juventud hay que mantenerla ocupada con deporte, danza, teatro, música y actividades positivas.”
Por: Isaac Castillero Wilson
Fotos: Isaac Castillero Wilson
¡Más que una profesión! Cuenta la panameña que a sus cinco años inició en este mundo artístico y desde entonces, ha vivido entre escenarios, como primera bailarina, clásica y moderna, y salones de preparación, en el que asegura su encanto se mantiene intacto pese a que han trascurrido más de 40 años desde su comienzo como profesional.
Una vez en su ambiente, Sports & Health, percibió su vocación por la actividad al escucharle y mirar su semblante, en un entorno rodeado, en su mayoría, de niñas con el deseo de imponer sus dotes rítmicos.
¿Quién es Ana Acela Smith?
Una mujer dedicada a la danza. Instruida por el maestro Julio Araúz y posteriormente por Josefina Nicoletti Smith. Estudié en Dallas en la Universidad Metodista del Sur, donde recibí la licenciatura en Bellas Artes con especialidad en ballet. En 1974 regresé, coincidiendo con la creación del Instituto Nacional de Cultura, e inicié como maestra de danza moderna y de ballet en la Escuela de Danzas, paralelamente, estuve en el Ballet Nacional bajo las órdenes de Joyce Vives; desde 1996 soy la Directora de la Escuela Nacional de Danza del INAC.
¿Por qué la danza es su vida?
Es que a través de ella, vives. Es como liberarse. La danza lleva a mundos mágicos donde los sueños se hacen realidad. Las personas que están tocadas con nuestro arte, cuando nos presentamos forman parte de nuestra vida. Aquí se activa el espíritu, tenemos áreas cognitiva, espiritual y psicomotora.
¿Cómo fue la transición de dejar de ser bailarina y solo dedicarse a la enseñanza?
Bailé hasta los 47 años y en la práctica me lesioné, lloré y luego tuve problema con los huesos (prótesis de cadera), las articulaciones me empezaron a fallar ante la exigencia que implica la disciplina. Igual ya instruía, así que mi carrera de profesora fue paralela. Cuando enseñas igual bailas a través de tus alumnos, porque un poquito de ti está en cada uno. Siempre hemos estado actualizando los conocimientos.
¿En qué consiste su labor?
De todo un poco. Operamos en el INAC, el cual tiene varias escuelas: artes plásticas, teatro, danza y música. Estamos en la transformación curricular, el área de la administración, atención a los dirigidos (yo tengo mi grupo), preparamos espectáculos y más.
¿Cuál es su filosofía?
Intentamos transmitir amor por la danza. Buscamos trabajar desde pequeños (4 años) en la parte técnica: postura, coordinación y comportamiento, en el que cada participante tiene el distintivo de ser una persona disciplinada y de buenos modales. Reconozco que soy exigente, cuando llegan por primera vez no falta una que sienta temor, pero busco motivarlas bajo el marco del respeto.
¿Cuál es el perfil de sus dirigidos?
Lastimosamente tenemos más mujeres que varones. Generalmente son niñas desde los 4 años hasta los 18, que vienen de lunes a sábados. En total son poco más de 600 alumnos en nuestra sede (Corregimiento de Ancón), a quienes se les enseña ballet clásico, danza moderna, contemporánea, folclore, sin obviar, materias complementarias como: historia de la danza, maquillaje y vestuario; además, se diploma a nuevos profesionales con un técnico superior en ballet clásico o en danza moderna.
¿Cómo evalúa la experiencia?
Satisfactoria y ardua. De hecho, cuando el local anterior, ubicado en la vía Brasil, se inundó con las aguas del río Matasnillo, asumimos las riendas del centro educativo con escasos alumnos; muchos pensaron que la escuela había perecido, pero entre hospedajes temporales en diversos colegios de la ciudad, salimos adelante antes de contar con la sede actual, en el edificio 5553 en Diablo, (inaugurado en abril de 2012).
Entre los resultados logrados, ¿Qué puede decir?
Saber que contribuimos con desarrollo cultural es gratificante. A lo largo de los años muchas han sido las participaciones en eventos locales (Danza Activa y demás) e internacionales, inclusive este mes Panamá va al Danza Open Festival en San Petersburgo, Rusia. Competir es bueno, pero no lo más importante, tratamos que la enseñanza sea integral. Karen Santamaría, Karla Barsallo, Susana Maldonado, Jair Pérez, Edgar Santamaría y Solieh Samudio figuran entre los mejores exponentes nacionales.
29 de abril es el día internacional de la danza, ¿Preparan algo?
Queremos celebrarlo a nivel nacional con las otras escuelas del interior del país que maneja el INAC. Igual nos mantenemos activados en el Teatro Balboa principalmente con diferentes eventos, entre ellos: el 30 de mayo el día de la Etnia Negra, luego en agosto el día del Folclore y así hasta fin de año.
¿Qué no debe faltar en todo ensayo?
Música, coordinación, elegancia, ritmo, exactitud y postura. Se debe bailar, uno no debe estar marcando. Todo es cuestión de práctica.
¿Se puede vivir de la danza?
Sí. Hay mucho por hacer. Como bailarina, coreógrafa, profesora, maestra y demás facetas en las que uno se puede desempeñar. La realidad de la danza en Panamá es que sigue creciendo, a nivel regional estamos en buena posición, quizás en danza contemporánea estamos empezando a desarrollarnos.
Algo más que añadir
A la juventud hay que mantenerla ocupada, ya sea con deporte, danza, teatro, música y demás actividades positivas.