P1110125Un armador nato, con habilidades excepcionales en el dominio del balón y una fina puntería, es el recuerdo de muchos que vieron jugar a este pequeño gigante del baloncesto

 
Foto: Isaac Castillero Wilson

 

  

La historia del baloncesto panameño data de los primeros años del siglo pasado y con ella, muchos protagonistas del buen juego que enmarcaron su nombre en la selecta galería de estrellas, entre ellos Davis Peralta Jr. Checa.

Nació un 15 de junio de 1948 en el popular barrio de El Chorrillo, proviene de una familia netamente deportiva.

De los pocos canasteros que han completado el ciclo olímpico en los Juegos Centroamericanos, Bolivarianos, Centroamericanos y del Caribe, Panamericanos, mundiales y Olimpiadas, este panameño de 65 años compartió su historia con Sports & Health.

¿A qué atribuye su conexión con este deporte?
Ha sido natural. Aunque, mi abuelo materno, José Antonio Checa, fue administrador del Gimnasio Neco De La Guardia por 35 años y árbitro de béisbol; mi padre, Davis Peralta López, mi hermano José Antonio Gordón Checa, mis tíos Ricardo, Orlando y Francisco Checa fueron también canasteros, al igual que mi madre Petra y tías Melva y Vilma Checa, seleccionadas nacionales. Era inevitable dejarse envolver por el deporte.

¿Cómo fueron sus primeros pasos?
Recuerdo que de pequeño iba con mi abuelo a los estadios de béisbol y al gimnasio, donde veía partidos de la Liga Distritorial con jugadores como: Yuli Andrade, Arturo Aghart, Francisco Checa, Atuey Massaih, Blas Celis, los hermanos Taylor y en el medio tiempo, me iba al centro del tabloncillo para lanzar el balón al aro. En ocasiones lo hice enojar por prender las luces del recinto con tal de lanzar el balón a la canasta o igual negociaba para que me dejará tirar con las luces apagadas. Yo confeccionaba aros con mis amigos, abriendo los ganchos de ropa, les ponía hilo pabilo como malla, se clavaba en una madera y con una pelota de tenis jugábamos.

¿Qué episodios en su carrera son memorables?
Muchos, entre ellos, en 1966 en el Torneo Centroamericano de Guatemala, empaté un récord que se mantenía desde hacía 30 años en el evento reservado para los tiros libres al anotar 47 de 50 intentos. En 1967 en El Salvador, fuimos los mejores de II Centrobasket ganándole a Cuba. Ese año también logramos la presea de bronce en los V Juegos Panamericanos de Winnipeg, Canadá y que nos dio la clasificación a los Juegos Olímpicos de México en 1968. En 1970 la medalla dorada de los Juegos Centroamericanos y del Caribe superamos a los cubanos 86 por 81, con 32 puntos de mi parte. Ese año quedamos en el noveno lugar en el Campeonato Mundial en la antigua Yugoslavia.

¿Cómo fue la experiencia en los Juegos Olímpicos?
Fue la única vez que el baloncesto panameño llegó a esta cita. Nos concentramos durante varios meses en la Escuela Isabel Herrera Obaldía. Sólo le ganamos a Senegal, teníamos para hacer una mejor actuación si no hubiéramos jugado amistoso contra rivales directos que vieron nuestro potencial. Aunque yo fui el mayor anotador del certamen con un promedio de 27.1 puntos por partido, totalizando 217 tantos en 8 partidos, incluyendo 32 puntos a España. Mi compañero Pedro “El Mago” Rivas, fue seleccionado entre los 10 mejores del mundo.

Entre las anécdotas vividas, resaltan:
En un Centrobasket en la Habana, donde llegamos a derrotar a los locales, se me acercó Fidel Castro y me dijo que si sabía que el baloncesto era para personas gigantes, a lo que le conteste, “No le tengo miedo ni a usted”. Con la victoria alcanzada en 1970, le gané la apuesta al General Torrijos, quien me desafió diciéndome que no les ganábamos a los cubanos y por ello me tuvo que obsequiar un apartamento en Villa Gabriela que, hasta el sol de hoy, no tengo las escrituras.

¿Qué lo llevó a retirarse?
Luego de más de veinte años de carrera deportiva decide no jugar más, pesé a que mis facultades como jugador estaban en buen nivel. Además yo ya no me sentía a gusto en los seleccionados nacionales. Así que tras participar en múltiples eventos y obtener, entre otros logros, una medalla de oro en los VI Juegos Bolivarianos, me retiré en 1978 después de disputar los Centroamericanos y del Caribe en Medellín, Colombia.

¿Qué otras funciones ejerció entorno al baloncesto?
Fui instructor de baloncesto por muchos años, dirigí a colegios como La Salle, El Javier, y en el Circuito Superior Guardia Nacional, igual a la provincia de Coclé (Campeón Nacional categoría menor 1964) y en la provincia de El Oro en Guayaquil, Ecuador (Campeón en todas las categorías entre 1990 y 1995, excepto en la juvenil masculina). Fungí como Presidente de la Liga Provincial de Panamá, en dos periodos (años ochenta y noventa), también como Presidente de la Liga Gubernamental de Panamá de 2002 a 2009, entre otros.

¿Cómo evalúa la experiencia adquirida gracias al baloncesto?
Satisfactoria. Este deporte me ha dado mucho y todas aquellas funciones Ad honorem, fueron una muestra de retribución para el desarrollo de este deporte. Para ello me capacité en México en Administración deportiva y de igual forma en Panamá a través de Pandeportes.

¿Cuáles son sus próximos objetivos?
Con 65 años y jubilado buscó mantenerme activo en las ligas de veteranos, donde aún veo acción. Todos los días camino 45 minutos para mantenerme en forma. Además, me gustaría aportar más al desarrollo del baloncesto como miembro de la Comisión Técnica del Comité Olímpico, oportunidad que aún no se me ha dado.