IMG 8088Un compromiso profundo con el trabajo y la honestidad.

Por: Isaac Castillero Wilson
Foto: Isaac Castillero Wilson

 

 

Tras 84 años, sigue disfrutando del golf. Inició como jugador en su época de estudiante en Estados Unidos (California) y desde 1951 es socio del Club de Golf de Panamá.
Tras un largo recorrido, memorables recuerdos y grandes logros en el campo (ganador de la Copa Presidente), al panameño Carlos Arosemena Lacayo se le distingue por sus aportes al desarrollo de esta disciplina a nivel local.

¿Cómo fueron sus inicios en el Club de Golf de Panamá?
Inicié como encargado de velar por las condiciones de la cancha, durante esa responsabilidad sembré miles de árboles (guayacanes, robles y otros) que necesitaba la cancha y que hoy son la atracción del Parque Omar. De ahí en adelante, siempre me preocupé porque todo luciera bien.

¿Por qué está el Club ubicado en Cerro Viento?
La realidad es que Torrijos nos sacó en 1973 de la sede para convertirlo en lo que hoy es el Parque Omar. Fue una decisión difícil para nosotros, recuerdo que me dijo que haría una actividad donde reuniría a miles de niños del país para que admiraran los árboles y la belleza del lugar.

¿Cómo fue la transición a ese lugar?
Muy costosa. No se nos pagó lo que valían los terrenos. Tuvimos que comprar 120 hectáreas a los Ameglio, hacer una carretera de 6 kilómetros, traer tuberías de agua, línea eléctrica, además de la construcción del campo, entre otros gastos. Se invirtieron 5 millones de dólares para contar con esta sede. Pudimos pagarlo porque creamos una urbanización.

¿Qué papel desempeñó usted en ese proceso?
Trabajé junto al diseñador del campo Jay Riviere y Charles Schaeffer en el que me correspondió supervisar toda la obra de manera gratuita. Recuerdo que teníamos que entrar a caballo y que en el río se veían los sábalos bonitos, lastima que con la contaminación ya nada es igual. Luego de tres años de construcción, el club fue inaugurado el 23 de abril de 1977.

¿Cómo fue su experiencia al mando del Club?
Fui presidente del Club por tres años (1981 a 1983), nos tocó nivelar los números al heredar una deuda 1 millón 200 mil dólares del grupo anterior, cifras que pusimos en cero.

Entre las iniciativas que implementó, ¿cuáles destacan?
Al ser de los miembros del club que le gustaba tomar fotos y mantenerse activo en los distintos eventos, decidí recopilar decenas de imágenes y documentos para crear el Salón De La Fama, donde se pueden ver a figuras como: Sam Snead, Arnold Palmer, Doug Ford, Tom Watson, Julio Boros, Roberto de Vicenzo, estrellas que jugaron aquí. En aquel entonces, nosotros pagábamos $3 mil en premios y en Estados Unidos $10, hoy esas diferencias son muy amplias.

¿Cómo se diferencia el golf de antes del de ahora?
En aquellos tiempos era sabroso porque el Club de Golf estaba en la vía Porras a 5 minutos de casa y jugaba más de los 9 hoyos que juego hoy. Lo bueno es que el deporte ha continuado con más clubes, campos y jugadores en todo el país, sin obviar el trabajo que se hace con los más pequeños, que ya han logrado significativos resultados.

¿Cómo se mantiene ligado al golf?
Sigo siendo socio del club como un consejero; estamos reformando los hoyos 9 y 18 de para que se cuente con un mejor drenaje y textura. El detalle es que la obra se está haciendo en invierno, lo cual retrasa y encarece el costo. Aún disputo mis partidas.

¿Qué sensaciones le deja esto?
Satisfacción; después de todo, he hecho lo que me gusta. Un día me dijeron que en la vida había que hacer tres cosas antes de partir, sembrar un árbol (sembré más de mil), tener un hijo (tengo 9) y escribir un libro (hice uno de mi tátara abuelo el doctor Justo Arosemena). Yo ya cumplí.