Años atrás se firmaban entre 11-12 peloteros panameños por año para el sistema de MLB, ahora la cifra ha subido de 15-25 por calendario
Por: David Alejandro Chacón
Baseball Reference, reconocido portal de estadísticas actuales e históricas de las Grandes Ligas, registra que 63 peloteros panameños han jugado en las Grandes Ligas, contando el debut en 2019 del lanzador coclesano Darío Agrazal, quien se estrenó con los Piratas de Pittsburgh.
La cifra es diminuta en comparación con República Dominicana (757), Venezuela (405), Puerto Rico (268), Cuba (212) y hasta México (129); sin embargo, hay una cifra que no deja de maravillar.
De esos 63 panameños, dos han sido exaltados al Salón de la Fama, Rod Carew y Mariano Rivera (único en la historia de manera unánime), mientras que Venezuela apenas cuenta con uno (Luis Aparicio) y República Dominicana tres (Juan Marichal, Pedro Martínez y Vladimir Guerrero)
En resumidas palabras, son pocos los peloteros si se compara con esas potencias mundiales de béisbol, pero excelsos jugadores. Otros buenos ejemplos serían: Carlos Lee, Carlos “Calicho” Ruiz, Ben Oglivie y Héctor López.
Realidad
No obstante, en la actualidad el país carece de una figura estelar en MLB. En los últimos 10 años, solo han debutado 14 panameños en Grandes Ligas, cuatro de ellos en 2018. En 2016 no se estrenó ningún pelotero canalero.
“Ha bajado la cantidad, como la calidad”, opinó el periodista Lucho Barrios. “Creo que muchos aspectos han intervenido, uno de los más influyentes ha sido la falta de cuadros en los barrios y el poco mercadeo que se le ha dado al béisbol”.
No obstante, el futuro pinta mejor, o al menos así lo piensa Germán Gil, representante de PTY Prospects Academy, y gerente de Águilas Metropolitanas en Probeis.
Gil explicó que hace ocho años, se firmaban entre 11-12 peloteros panameños por año para el sistema de MLB. Ahora, la cifra ha subido de 15 a 25 por calendario.
“La creación de academias que hacen las cosas bien y con profesionalismo ha generado un impacto positivo. Hemos visto un crecimiento sostenible en la firma de nuestros peloteros”, sostuvo Gil.
Decisiones
El especialista subrayó que de esa cantidad de peloteros, llegan a Grandes Ligas al menos 20% de ellos. “No es fácil el camino, es muy duro. Pero el panorama está mejorando para nuestros muchachos”, celebró.
¿Y qué hacen los que no cumplen su sueño MLB? “La mayoría se queda trabajando en Estados Unidos o se casan allá. Otros, deciden apostar por Ligas Independientes, Europa o regresar a Panamá para el Torneo de Béisbol Mayor”.
Carlos González, quien fue scout de los Astros de Houston en Panamá por seis años y desde noviembre 2018 pasó a los Dodgers de Los Ángeles, destacó que ahora el país está ofreciendo a los equipos de Grandes Ligas prospectos considerados “Top Players”.
La muestra más reciente es el campocorto Reginald Preciado, quien en 2019 firmó por un millón 300 mil dólares con los Padres de San Diego. Preciado, según MLB, es el prospecto número 22 de su ránking de mejores 30.
El bono de Preciado es el más alto (como agente libre internacional) en la historia de Panamá. Miguel Amaya había recibido anteriormente un millón de 250 mil dólares por su rúbrica con los Cachorros de Chicago.
El serpentinero Daniel Espino, este mismo año, recibió dos millones 800 mil dólares de los Indios de Cleveland, organización que lo eligió con el pique 24 en el Draft 2019 de MLB. Espino es el primer panameño en ser elegido en la ronda número uno.
“Pronto habrá un impacto importante de peloteros panameños en las Grandes Ligas. Tenemos tres años seguidos ofreciendo jugadores considerados de impacto y eso se va a ver reflejado en los campos de Estados Unidos”, dijo González.
Para González, el promedio de peloteros panameños firmados cada año ha subido hasta 20-25 por calendario.
“Muchos no llegan, eso es hasta normal. Pero los que llegan, en su mayoría, lo hacen de buena manera. Un pelotero panameño, en promedio tarda entre 6-7 años para llegar a Grandes Ligas una vez firmado. Los dominicanos y venezolanos, entre 3-4 años”, dijo el cazatalentos, quien además explicó la razón.
“El pelotero panameño regularmente estudia y llega con una visión diferente del juego y la vida. Los dominicanos y venezolanos, desayunan, almuerzan y cenan béisbol, pero quizás a su llegada les cuesta un poco más la adaptación”.
González considera que los peloteros panameños que no llegan a Grandes Ligas, aproximadamente 65%, regresan al país para trabajar o hacen lo propio en Estados Unidos.
“Otros se casan o se quedan en el béisbol, pero como trotamundos en ligas de más bajo nivel. A muchos también les pega la nostalgia y los llama la tierrita”, cerró.