La condición física del golfista es parte integral en el desempeño de una buena estrategia al momento del juego.

Por: María Elena González Henríquez
Reebok Master Trainer
Life and Health Coach
www.lelefitness.com
Fotos: Archivo

El golf es uno de los deportes con más crecimiento en popularidad en las últimas décadas. Hoy día, un golfista haría cualquier cosa por mejorar el golpe y la distancia del tiro y ser más efectivo en su juego.

El golfista está dispuesto a invertir para tener el equipo adecuado y así lograr un par de metros más de distancia en el drive. Sin embargo, para tener éxito en este majestuoso juego, además de la nueva tecnología en el equipo de golf, es necesario que el golfista tenga la capacidad de enfrentar las demandas físicas que este conlleva.

Por ejemplo: la ejecución de un swing completo crea una demanda significativa en el cuerpo, similar a la de un levantamiento de pesas en una repetición máxima. Esto significa levantar una pesa en la cual solo puedes ejercer 4 repeticiones máximo antes de fatigar el músculo a un 100% sin poder ejercer una repetición más.

Para poder realizar un swing efectivo, se requiere de fuerza, resistencia, flexibilidad y habilidad de los músculos que ejercen la rotación del torso. Tanto la fuerza del antebrazo, como la flexibilidad de la cadera y la espalda son atributos físicos claves para ejercer el movimiento del swing y no son desarrollados tan solo practicando el movimiento, se necesita de un entrenamiento específico para lograrlo disminuyendo así la probabilidad de una lesión.

Muchas de las lesiones causadas en el golf están relacionadas con la poca capacidad de mantener un alineamiento espinal en el momento del swing, causando así presión y estrés en otros grupos musculares como las caderas, rodillas, hombros y tronco, compensando así el esfuerzo ejercido en el swing.

Un programa de ejercicios completo requiere de un entrenamiento balanceado donde se incluyen los músculos frontales, laterales, posteriores, internos y externos del tronco, manteniendo así un balance muscular. Algunos de los ejercicios que se pueden practicar para garantizar un juego libre de lesiones musculares y lleno de éxito son los siguientes:

Fortalecimiento del core (núcleo)

Colocarse en posición prona (mirando hacia el piso) y sosteniendo el cuerpo arriba, activando la unidad interna, de 30 a 40 seg. d1
Entre más fuerte y activo esté el core (núcleo), más consistente y fluido será el movimiento, ganando así la distancia tan deseada, sin importar tanto el nivel de profesionalismo del golfista. d2
Fortalecimiento del core (avanzado) d3-avanzado

Hiper extensiones en un balón de estabilidad

Utilizando un balón de estabilidad, colocarse boca abajo y extender las piernas hacia arriba, manteniendo las manos en el piso. b1
El Erector de la Espina es un músculo que no solo protege la espalda, sino que se encarga de extenderla, entre más fuerte y flexible, más eficiente el movimiento. b2

Extensiones de lado con una bola de estabilidad

Colocarse de lado y flexionar y extender el Cuadrado Lumbar, músculo que se encuentra en la parte lateral de la espalda. c1
Este músculo también es crucial a la hora del swing, ya que ayuda a que el tronco se mueva fácilmente de lado a lado. c2

Crunch básico en la bola de estabilidad

Acostado sobre la bola de estabilidad, manteniendo el contacto del balón con la parte de arriba de la cintura, mantener los pies directamente alineados con las caderas y las manos detrás de la cabeza, ejercer de 15-20 crunches. a1
El Recto del Abdomen se encarga de flexionar la espina dorsal y es importante a la hora del swing, pues ayuda a la ejecución de la posición inicial. a2

Un programa de acondicionamiento físico combinado con un estilo de vida adecuado, suficiente descanso mental y físico, además de hábitos alimentación apropiados son en definitiva elementos importantes para considerar al empezar una temporada de golf.