Canelo Álvarez, right, of Mexico, hits Julio Cesar Chávez
Jr., of Mexico, during their catch weight boxing
match Saturday, May 6, 2017, in Las Vegas.
(AP PhotoJohn Locher).

Otra decepción

Por: Isaac Castillero Wilson

Desde el principio se sabía que era muy difícil que Julio César Chávez Jr. resultará tan buen peleador como su papá, quien es considerado uno de los mejores púgiles latinoamericanos de la historia y, según muchos expertos, solo superado por Roberto Durán.

Sin embargo, era fácil comprender la intención de aprovechar las facilidades y oportunidades que le brindaría un nombre y apellido de mucho peso en ese mismo deporte tal como lo han hecho Jorge “El Maromerito” Páez, Héctor “Machito” Camacho Jr. y Laila Alí, por mencionar algunos de los que resultaron un producto muy rentable, sin llegar a ser ni la sombra de lo que fueron sus padres.
La carrera de Chávez Jr. fue planificada y bien llevada, escogiendo con mucha precaución cada uno de sus rivales según iba desarrollando sus habilidades en un oficio en el que ni siquiera, tuvo experiencia amateur.

A pesar de lo anterior es justo reconocer que JC Jr. se convirtió en un boxeador profesional y de los buenos, no de los mejores y menos de los extraordinarios comparables a su padre, pero sí de los buenos y eso lo confirma su récord profesional de 50 victorias, un empate y solo 3 derrotas, ante tres campeones de los buenos (no de los mejores pero sí de los buenos) como Sergio “La Maravilla” Martínez, Andrzej Fonfara y Saúl “El Canelo” Álvarez.

El retiro prematuro de Floyd Mayweather Jr. y la falta de figuras estelares que le sustituyan en las grandes carteleras de las fechas más esperadas en Las Vegas, crearon la oportunidad de un enfrentamiento entre Chávez Jr. y Saúl “El Canelo” Álvarez, quien ya había decepcionado al público cuando enfrentó a Mayweather el 14 de septiembre de 2013, luciendo incapaz y resignado a perder su invicto a pesar de llevar ventaja en el peso.

boxeo2
Canelo Alvarez, right, of Mexico, celebrates his win against Julio
Cesar Chavez Jr., of Mexico, during their catch weight boxing
match Saturday, May 6, 2017, in Las Vegas

Las más esperadas peleas de años recientes, han resultado decepcionantes, incluida la de Mayweather contra Manny Pacquiao que había sido la más esperada de lo que va de este siglo.

Otro factor negativo es que varios de los enfrentamientos importantes que sí han llenado las expectativas han sido empañados por decisiones injustas.
En el caso de Canelo vs Chávez Jr. el trabajo de los jueces fue impecable ya que fue un pleito tan desigual que los tres coincidieron en anotar 120 a 108, es decir, 10 puntos para Canelo y 9 para Jr. en cada uno de los 12 asaltos.

Álvarez jugó con su oponente. Daba la impresión de que pudo haberlo puesto fuera de combate durante las primeras 4 vueltas y por momentos parecía estarle dando oportunidades al hijo de la leyenda para que conectara golpes e hiciera un combate digno ya que, de ser así, se abriría la puerta a una posible revancha que resultaría un negocio muy lucrativo para el pelirrojo.

Sin embargo, Chávez lucía frustrado y, ni siquiera en el par de asaltos en que Canelo se metió en las cuerdas a recibir impactos, pudo convencer a ningún juez de darle siquiera un empate.

Esa “blanqueada” fue aceptada sin protesta por los 20,510 testigos que pagaron su entrada al evento en la Arena T-Mobile de Las Vegas, quienes también presenciaron cómo el aburrido desenlace se convirtió en segundos en toda una plataforma de promoción para el próximo negocio de Golden Boy Promotions, el choque entre Canelo y el kazajo Gennady Golovkin del próximo 16 de septiembre.

Sin dar una disculpa a los recién defraudados fanáticos y muy al estilo de la lucha libre de la WWE, el promotor Oscar De La Hoya y el “Triple G” subieron al ring a anunciar el choque que según ellos ya se había firmado una semana antes y del cual ya habían impreso afiche y editado videos promocionales.

Los poderosos mercaderes del boxeo están convencidos de que la fanaticada sigue siendo fiel, que la novela alrededor de un combate puede hacer imperceptible el deficiente nivel técnico del mismo y que las fechas cercanas al 5 de mayo y al 15 de septiembre siguen siendo atractivas para el público de ascendencia mexicana, principales clientes para eventos de pay per view en los Estados Unidos, que en este caso alcanzó el millón de suscripciones vendidas.

Los promotores perciben estos fracasos deportivos como negocios exitosos sin detenerse a reflexionar sobre el daño que le causan a la ya golpeada credibilidad del boxeo, continúan presentando eventos como el del pasado 6 de mayo, que en la práctica no pasó de ser un campeonato nacional (de mexicanos) de un peso que no existe (164.5 libras) en el que dos peleadores de segunda categoría se embolsaron millones inmerecidos.