Fernando Revuelta Atleta UNDER ARMOUR Sub-Campeón Nacional de Maratón www.runninginpanama.com |
Llevo ya 15 años viviendo en Panamá, y durante este tiempo he podido ver la evolución del running local, entendido como la actividad de correr, de manera recreativa o competitiva, en calle. Frente a los pocos corredores con los que uno se encontraba durante los entrenamientos, e incluso en las competencias tan solo unos años atrás, la mayoría conocidos, actualmente áreas de la capital como: Parque Omar, Amador, Cinta Costera, Balboa, o el malecón de Costa del Este rebosan de runners en su mayoría anónimos.
Aunque me produce una enorme satisfacción ver que muchas personas han adoptado, gracias al running, un estilo de vida saludable, que se complementa con una mejor dieta y hábitos sanos, no me dejan de preocupar algunos aspectos conexos a su desarrollo. Cuando se trataba de una actividad marginal el aspecto económico no tenía mayor importancia, pero eso ha cambiado de manera drástica, y lamentablemente el ansia de negocio está distorsionando el ambiente y creando fricciones entre los principales actores, incluyendo a los organizadores y corredores.
LOS ORÍGENES
Hasta la temporada 2009 el Club de Corredores del Istmo era el que acaparaba como organizador la mayoría de los principales eventos de ruta del patio, incluyendo la Maratón Internacional de Panamá. El otro club existente y que tenía un calendario anual, PAFRA, -que en aquellos momentos era tanto como decir Allen Jones-, se mantenía como algo anecdótico, después de la retirada del personal del Army USA. Fue en ese año cuando Elmer Ortiz, que ya había trabajado en varias directivas de Corredores del Istmo, se lanza a la aventura de crear una nueva entidad organizadora bajo el nombre de Panama Runners, hecho sin duda alguna que cambió para siempre el modo de concebir el running local e influyó enormemente en su popularidad actual.
Junto a Panama Runners, y de modo casi simultáneo, se fueron incorporando al panorama otras organizaciones como Pura Voluntad, Tr3MAX, o Trois, propiciando con ello que de haber un par de eventos al mes, se pasara a tener competencias todos los fines de semana, incluso coincidiendo dos o más carreras en el mismo día y lugar.
Debido a la creciente competencia, Corredores del Istmo se vio obligado a actualizarse, y de igual modo PAFRA se reinventó, dando entrada a muchos de los antiguos directivos de Corredores del Istmo. En el interior también surgieron clubes, como Run4Life en Chiriquí, y ya en el presente año, el team Corro con George irrumpió con fuerza anunciando la celebración de su primera Maratón.
ESCALADA DE PRECIOS
Es innegable que la competencia entre los distintos organizadores sirvió para elevar el nivel logístico de las pruebas, atendiendo aspectos de seguridad, mercadeo, inscripciones y clasificaciones entre otros, de una manera mucho más profesional. Pero ello no ha resultado gratuito para el corredor, ya que en la mayoría de los casos el precio de las inscripciones se ha disparado. Como ejemplo baste decir que hasta el año 2009 en que incursionó Panama Runners, con excepción de eventos como la Maratón Internacional de Panamá, el costo de los eventos no superaba por lo general los B/2.00. Cuando Panama Runners subió los precios a B/5.00 pareció un sacrilegio, pero luego los demás organizadores vieron que había una gran cantidad de nuevos corredores de medio y alto poder adquisitivo que en su deseo por no quedarse fuera y poder participar estaban dispuestos a pagarlo. Así fue que entramos en una espiral de precios pareciera sin fin, en la que por inscribirse en un evento de 5 kilómetros de B/5.00 se pasó a cobrar B/10.00, luego B/12.00, después B/15.00, y al final B/20.00 o incluso más. El único club que se mantuvo firme en su política de precios bajos fue PAFRA, reconvertido a PAFRA-MARCAPASOS, y debido a ello recogió mucha participación de corredores descontentos con los altos precios de las otras entidades.
REPARTO DEL PASTEL
El panorama antes descrito evidencia una enorme y feroz competencia entre los organizadores, que en muchos momentos ha sido acompañada de actos no precisamente ejemplarizantes como programar eventos en la misma fecha que otros ya establecidos en el calendario con el único ánimo de incordiar y restar participación; divulgar en las redes y medios informaciones por decir lo menos inexactas, al objeto de perjudicar eventos ajenos en favor de otros propios; e inclusive hasta denuncias por actos de sabotaje, donde desaparecen decenas de conos y las señales de la ruta son alteradas con evidente ánimo de perjudicar ciertas carreras. De esta competencia desmedida por apoderarse del mayor trozo del negocio, han surgido ya las primeras víctimas, y algunos como Trois y Pura Voluntad han quedado por el momento fuera del escenario y sin ánimos pareciera de regresar en breve.
Frente a esta situación que parece desalentadora, se está promoviendo ya una iniciativa que busca la firma de un pacto ético entre la mayoría de los organizadores, en la que se establezcan compromisos como: la coordinación de los calendarios, el no divulgar informaciones falsas ni realizar actos hostiles hacia los demás ni hacia sus pruebas, y potenciar una política de tope de precios de las inscripciones. Por supuesto no todos van a ver con buenos ojos este tipo de proyectos, que atentan directamente contra el negocio que promueven, pero hay confianza de que el corredor acabará por distinguir entre los que buscan el desarrollo y progreso del running, y los que buscan únicamente el progreso de su propio bolsillo.
En este punto quiero hacer hincapié en que no me parece mal que alguien monte una empresa y se dedique profesionalmente a organizar eventos. No se le puede pedir a un empresario que trabaje full time organizando pruebas y que al final no tenga una utilidad por ello. Esto es algo entendible y usual en todos los sectores, incluyendo el deporte. La perversión existe cuando detrás de una aparente ausencia de ánimo de lucro, se hace de manera fraudulenta todo lo contrario, anteponiendo los intereses personales a los de la comunidad runner.