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Para un corredor ser constante en los entrenamientos requiere de gran sacrificio y determinación, los cuales muchas veces se ponen a prueba por la presencia de circunstancias que podemos denominar como “enemigos del runner”. En éste artículo vamos a analizar cuáles son esos enemigos según la opinión de los  corredores, y ofrecer algunos consejos para superarlos, o al menos, minimizar sus efectos adversos.

 

PERROS SUELTOS

Al igual que como pasa con las personas, no hay dos perros iguales, pero por lo general, los callejeros estarán más pendientes de no ser atropellados o de buscar algo de alimento, que de si pasa un corredor en sus cercanías. En cambio los perros de vigilancia, acostumbrados a estar recluidos y frustrados, sin poder hacer otra cosa que ladrar a toda persona, animal o cosa que pasa por las cercanías, cuando se sienten en libertad y ante la presencia de un corredor, con bastante probabilidad responderán de forma agresiva. Ante todo debemos mantener la calma y no entrar en pánico, ya que los perros sienten el miedo en las personas. Dependiendo de la actitud del perro o manada, convendrá desde reducir nuestra velocidad, hasta ponernos a caminar e inclusive detenernos totalmente en caso de un ataque inminente. Lo peor que podemos hacer ante un perro agresivo es salir corriendo, ya que los perros son más rápidos que nosotros y nos darán alcance en una posición desequilibrada, sin posibilidad de defensa.

 

PELIGRO DE ATROPELLO

Los corredores constituimos el eslabón más débil de la cadena de usuarios de las vías de circulación. Nuestro único chasis y defensa lo constituye el propio cuerpo, protección muy frágil ante la acometida de un vehículo a motor e inclusive contra el choque con una bicicleta. Cuando los corredores compartamos las vías públicas deberemos ir por aceras y arcenes de estar disponibles, así como cruzar las calles y carreteras por los sitios previstos para ello o donde haya buena visibilidad, sin obstruir el tráfico. En muchas ocasiones los corredores nos vemos obligados a ir por la propia calzada, y entonces el peligro se torna mayor, sobre todo en momentos de poca visibilidad. Muchos de los atropellos que se producen en nuestro país a corredores se dan por incumplir éstos. La norma básica al transitar en carretera: ir en el carril contrario al de la circulación y lo más pegado al borde de la calzada. De este modo no solo veremos a los carros y otros vehículos que se aproximen de frente, sino que permitiremos que ellos nos vean.

 

CONDICIONES CLIMATOLÓGICAS

Son muchas las condiciones climatológicas que pueden afectar el desempeño de un corredor como: el sol, la alta humedad y el viento, pero la presencia de una tormenta con lluvia es la más temida cuando nos ejercitamos al aire libre. Ante un clima lluvioso es más seguro correr por rutas conocidas que tengan una superficie plana y estable, ya que los charcos de agua pueden ocultar imperfecciones y agujeros en el pavimento. En cuanto a la vestimenta que vamos a seleccionar son preferibles tejidos sintéticos frente a los usuales de algodón, ya que estos últimos en presencia de lluvia tienden a acumular mucho peso. Para la protección de nuestra cabeza y facilitar la visión, una visera nos será muy útil, pues no hay nada más molesto que las gotas de lluvia nos obliguen a tener que llevar los ojos en un continuo guiño cuando corremos. Para los casos en que la lluvia sea especialmente fuerte, un impermeable plástico con capucha puede salvarnos de acabar literalmente empapados, aunque la transpiración se verá afectada y de todos modos acumularemos humedad. En caso de tormenta eléctrica el refugiarse debajo de árboles u otras estructuras que puedan semejar un pararrayos es una pésima idea, pues casi todos los accidentes suceden de este modo.

 

FALTA DE VISIÓN

Ante la imposibilidad de correr en horas del día, o por elección personal, cada vez un mayor número de personas opta por ejercitarse en la noche. Lamentablemente en muchas rutas donde los corredores nos ejercitamos en horas nocturnas, no siempre existe una adecuada iluminación que nos permita correr con estándares mínimos de seguridad, por lo que necesitaremos de algún dispositivo que nos ayude a mejorar la visión del terreno y de los elementos con los que podamos impactar. El sistema más utilizado por los corredores es el de la lámpara de cabeza alimentada por baterías y que se mantiene iluminando el terreno por el que vamos a transitar, sin gran oscilación gracias a las correas elásticas que se ajustan al contorno de la cabeza. También hay gorras que incorporan en la visera luces tipo led de bajo consumo. Otras opciones más habituales, pero menos eficientes, es una sencilla linterna de mano e inclusive un celular con la aplicación de iluminación encendida. Cuando se corre de noche es importante ver, pero también ser vistos. Por ello, las marcas deportivas incorporan en sus uniformes y calzados diferentes elementos que brillan intensamente cuando son alumbrados por luces de vehículos.

 

LESIONES DEPORTIVAS

Existen lesiones que se repiten con frecuencia sobre todo en corredores de fondo. Comenzando desde la zona de la cintura, nos encontramos con el síndrome del piramidal o pseudociática, la cual es incapacitante y dolorosa. La rodilla para un corredor es una de las zonas de mayores problemas, por la gran cantidad de tendones y ligamentos involucrados, siendo el síndrome de la banda iliotibial una de las lesiones de peor pronóstico y larga evolución. Gemelos y sóleos están sometidos a mucha presión y las roturas de sus fibras son comunes. En la parte contraria a estos grupos musculares, la periostitis afecta la membrana que rodea la tibia, con inflamación dolorosa y limitante. Ya en el pie, la tendinitis de Aquiles es la reina de las lesiones sobre todo en maratonistas. Por último, la fascitis plantar es quizás la lesión más de moda entre los runners, con fuertes molestias en el arco del pie después de haber estado en reposo. Muchas de las lesiones que sufren los corredores se podrían evitar si incorporamos a nuestros entrenamientos rutinas preventivas que comienzan desde el uso de un calzado adecuado a nuestro tipo de pisada, peso corporal y terreno en el que vayamos a practicar. También es importante un buen calentamiento de los diferentes grupos musculares y rotaciones de las articulaciones antes de correr, así como estiramientos completos una vez finalizado el ejercicio. Y en tercer lugar, una buena alimentación y descanso para que nuestro cuerpo se recupere bien entre sesiones.

 

LOS RUNNERS OPINAN

 

PIA CABASSA, @princesspigigi, 24 años, Ejecutiva de Mercadeo de Brooks Panamá. “Según mi experiencia los peores enemigos son haber descansado poco, una mala hidratación desde el día anterior, la humedad, el sol de Panamá luego de las 8:30 am, y empezar el entrenamiento con una actitud negativa, demasiado enfocados en el reloj, porque así no disfrutamos la corrida”.

 

MARCELA CAÑAS, @marcelacanas, 28 años, Asesor Comercial. “Pensaría que el clima, uno por las constantes lluvias acompañadas de tormentas y rayos., y dos, porque al ser un país tan húmedo y caluroso, para lograr completar fondos de 2hrs 30 o 3hrs debemos empezar muy temprano en la madrugada, por lo que podemos encontrar inseguridad, calles oscuras con huecos y piedras que no logramos ver. También el irrespeto a los corredores como peatones en la calle que somos, ya sea por vehículos o hasta por ciclistas”.

 

ANEL GRIMALDO, @anelgrimaldo, 36 años, editor de La Cáscara. “Mis enemigos son: 1. La lluvia. 2. Los huecos. 3. No hay lugares buenos para correr (pista) no hay aceras, no puedo correr hasta mi trabajo por ir en la calle. 4. Los conductores que no entienden que no hay calle. 5. Los pocos lugares que hay para correr, como la cinta o el causeway, no están bien hechos, son de ladrillo”.

 

 

MARIA TERESA LASSO, @tere2204, 42 años, Especialista en RRHH. “Considero que los principales enemigos son las lesiones, cuando te falla la mente, la falta de tiempo, tener una familia que no comprende tu afición o ayude a que te sea más sencillo realizarla, encontrarte el garmin descargado, y por supuesto, resfriarte antes de una competencia”.

 

 

ARIEL MORALES, @c4ef, 32 años, Chef. “En primer lugar los huecos y desniveles que no se ven a simple vista, y tengo un esguince que lo prueba; en segundo lugar, me pasa mucho en el Parque Omar que la gente camina con el perro y les deja la correa larga y de noche no se ve, tanto que ya me lleve una por delante; y en tercer lugar la brisa en contra, más si me toca entrenamiento de velocidad, me mata “el pace” y no se puede hacer nada más que luchar”.

 

LAURA CARMONA, @lauraitzelcr, 35 años, Ingeniera. “En mi experiencia son las aceras con cemento roto, ya que el trote se convierte en una carrera de obstáculos; gente caminando con perros con sogas muy largas, ya que uno se puede tropezar; pupús de perros en la ruta, muy mal que no recojan las heces de los perros cuando los pasean; lluvia con relámpagos, ya que puedo correr con lluvia pero no con relámpagos; personas con bicicletas en una vía que es para corredores, ya que una vez una joven en una bicicleta no frenó a tiempo y me golpeó en la pierna”.