Con el diagnóstico a tiempo la historia será otra.

Datos suministrados por ONUSIDA indican que se está trabajando con diferentes socios para reducir en un 75% para el año 2020 la mortalidad asociada a los pacientes con Tuberculosis (TB) en las personas con VIH.

ONUSIDA en Latinoamérica en 2017

  • 8 millones de personas viven con VIH.
  • 1 millones de personas con acceso al tratamiento.
  • 37,000 muertes relacionadas con el SIDA

Por: Félix Josez Corro

Fotos: pixabay

Sus ojos brillosos y voz nerviosa era señal que estaba viviendo ese recuerdo, muy emotivo el N°4 nos narró: “fue muy duro para mi familia, quienes me apoyaron desde el momento del diagnóstico, tanto ellos como yo estábamos seguros que no saldría de esta crisis. Esa mañana fue difícil, a mi padre quien siempre ha sido una persona de carácter fuerte y reservado, lo veía desde mi cama, observando por la ventana y sus lágrimas corrían por su rostro. Me dio mucho dolor ver como él sufría de pensar que sería el final”.

“El Creador me acompaña, a pesar de no sentir que lo merezco. Siempre me pregunto por qué tanta misericordia y tantas cosas buenas me ha dado. Cuando compré mi primer auto  me dije, no importa total voy a morir y el seguro lo paga. Han pasado 26 años, tengo mi tercer carro pago y mi propia casa”.

Transcurría el año de 1992, Ricardo tenía 24 años cuando se realizó la prueba, motivado por algunos cuadros de enfermedad y por comentarios de amistades que le decían que “X” o “Y” persona estaban afectados con SIDA, y que tuviese cuidado debido a que practicaba la promiscuidad sexual. Fue en ese momento que se enteró que era portador del VIH, en la actualidad es uno de los 4,000 casos registrados en la Caja del Seguro Social, siendo el paciente N° 4, como se le identifica en el registro.

Ricardo ese jovencito quien 1992 pensaba que “SIDA era igual a muerte” supo salir adelante, cumplió 50 años, y tiene como filosofía de vida “mientras pueda seguir luchando lo haré”. Hoy es un profesional, lleva una vida normal y cada vez que puede dar un consejo o servir de apoyo, al paciente y sus familiares, está disponible para hacerlo. Se siente agradecido con el equipo multidisciplinario de salud de la Clínica de Terapia Antirretroviral de la Caja del Seguro Social, quienes en ese entonces estaban identificados con la causa; con sus compañeros de trabajo que en el peor momento le brindaron su apoyo, compraron relojes, activaron las alarmas, para estar pendientes y recordarle sus medicamentos.

Factores asociados

La atención y la prevención son dos aspectos para analizar el tema de VIH en Panamá,  expresó el Dr. Orlando Quintero, Director Ejecutivo de la Fundación Probidsida. Aunque tiene que haber un equilibrio, en la actualidad hay una desproporción entre ambos. En lo que respecta a la atención, se están dando los medicamentos y realizando las pruebas de evaluación. “Pero la atención es cortada, porque vivimos un desabastecimiento frecuente de los medicamentos, y esto afecta realmente la efectividad del tratamiento en los pacientes con VIH”.

Por otro lado respecto a la prevención, “esta debe ser un trabajo de 365 días del año, no como en la  actualidad, cuando se acerca el 1 de diciembre o para los carnavales. Teniendo presente que este es un virus causante de infección de trasmisión sexual. Todos somos agentes y entes sexuales, tenemos relaciones sexuales los 365 días al año, y obviamente el abordaje tiene que ser continuo a través de todos los meses. Y eso es algo que no se hace en Panamá, por lo que decimos que hay un déficit brutal por parte de prevención”, expresó Quintero.

“Así como nos bombardean con publicidad de sodas, cervezas y otros productos, así mismo deben ser las campañas dirigidas a la población para concienciar  sobre el problema del VIH. El gran problema que tenemos es la conciencia de riesgo de quedar infectado, sobre todo en la población juvenil. Producto de otros virus que tenemos que pelear, el de la ignorancia, el estigma y la discriminación, que hacen que las personas se alejen de este tema, teniendo relaciones sexuales y en casi 80%, sin el uso de un preservativo, ya que no hay una cultura de su uso en Panamá”.

Multiracial group of friends taking selfie in a urban street with a blonde woman in foreground. Three young women and two men wearing casual clothes.

Incremento del VIH en jóvenes

 El Dr. Quintero manifestó que Panamá se encuentra entre los primeros seis países afectados de toda América, comparados con: Guyana, Haití y Belice, que cuentan con economías muy precarias. En cambio Panamá, que se jacta de una economía de ingreso medio alto y ya casi alto, tiene cifras muy altas en casos de VIH.

Quintero explicó que entre los factores de la evolución de la epidemia destacan: la poca educación sexual, la crisis de valores, la crisis familiar, los medios de comunicación, los celulares, donde la tecnología es muy buena, pero un chico que no esté bien orientado se ingresa a cualquier sitio web y lejos de favorecer el control del VIH lo que hace es estimularlo desde el punto de vista de encender esa chispa de tener relaciones sexuales.

“En el tema de SIDA, el grupo va entre los 30 a 34 años; mientras que en VIH oscila entre 25 a 29 años, donde se presenta el mayor número de casos. Pero se ha presentado un aumento en la población de 15 a 24 años, hace unos años era del 22%, en la actualidad un 27% es el número de nuevos casos, o sea que estamos hablando de un aumento del 5%, aunque parezca poco, en realidad es muchísimo el problema que se tiene con respecto a la juventud” señaló el Dr. Quintero.

Continúan las investigaciones

 “Aunque hay una vacuna con un 45% de efectividad, no es apta por su porcentaje, para salir al mercado”, indicó Quintero. ”Entre otra de las alternativas está el abordar cierto tratamiento antirretroviral para detectar y destruir los nidos que las personas con VIH tenemos.  Aunque el tratamiento no mata del todo al virus, si lo controla, pero este se oculta en el hígado y en el vaso, y es lo que la ciencia está tratando de hacer, destruir esos pequeños nidos de VIH y así estaríamos hablando de la cura”.