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A diario, filtran aproximadamente dos litros de desechos (toxinas como la urea, la creatinina, el fósforo y el potasio) y el exceso de agua, los cuales se convierten en orina, que fluye a la vejiga a través de tubos llamados uréteres.
Colocados a los lados de la columna vertebral, los riñones son un par de órganos en forma de frijol, de color café rojizo que miden aproximadamente 11 a 13 cm de largo, siendo el izquierdo más grande y largo que el derecho.
Cada riñón contiene un millón o más de túbulos renales epiteliales o nefronas. Están compuestos por una pálida corteza externa y una oscura médula interna y su principal función es mantener el equilibrio iónico en la sangre excretando productos de desecho (catabolitos), formados a partir de la destrucción de los alimentos, en forma de orina.
Los riñones liberan tres hormonas importantes:
- Eritropoyetina: Estimula la producción de glóbulos rojos por la médula ósea.
- Renina: Regula la presión arterial.
- 1.25-dihidroxicolecalciferol: La forma activa de la vitamina D, que ayuda a mantener el calcio para los huesos y para el equilibrio químico normal en el cuerpo.
Falla en sus funciones
La falla total de la función de los riñones de una persona produce la acumulación excesiva de agua y de productos de desecho en el cuerpo (uremia) con la consiguiente aparición de edema (hinchazón) de pies y/o manos y presentará síntomas como: cansancio, debilidad, convulsiones, coma y hasta la muerte.
Casi todas las enfermedades de los riñones atacan las nefronas y les hacen perder su capacidad de filtración. Esta lesión puede suceder rápidamente (por traumatismo, envenenamiento o intoxicación) o lenta y silenciosamente como consecuencia de alguna enfermedad concomitante como la Hipertensión Arterial y la Diabetes.
Otras causas de daño renal son:
- Glomerulonefritis
- Enfermedades renales congénitas
- Traumatismos
- Envenenamientos
- Fármacos
- Consumo de bebidas carbonatadas (Sodas).
- Elevado consumo de proteínas (aumentan el trabajo de los riñones).
- Beber poco agua.
- Elevado consumo de alimentos con mucho potasio (contienen sustancias que se eliminan mal por el riñón y se acumulan en la sangre, por lo que pueden resultar peligrosas).
- Ingesta excesiva de sal en las comidas (tiende a subir la presión arterial).
- Fumar
- Sedentarismo
Recomendaciones
Por consiguiente, hábitos sanos de alimentación, ejercicio de manera constante y la prevención del consumo de tabaco y alcohol, así como control de salud periódica mediante exámenes de laboratorio, son la mejor manera de prevenir cualquier enfermedad o daño renal, por lo que recomendamos:
- Mantener su presión arterial al nivel establecido por su médico.
- Si tiene diabetes, monitoree su nivel de glucosa en la sangre.
- Mantenga los niveles de colesterol dentro de los valores recomendados.
- Tome las medicinas como se lo indique su médico, no se auto medique.
- Reduzca la sal (sodio).
- Beba alrededor de 2 litros diarios de agua ya que esta contribuye a la eliminación de residuos y evita la formación de cálculos (piedras).
- Elija alimentos buenos para el corazón: frutas y vegetales frescos o congelados, granos integrales y productos lácteos (leche, queso, yogur, etc.) descremados.
- Limite el consumo de alcohol.
- Haga más actividad física.
- Adelgace si tiene sobrepeso.
- Acuda a su médico a realizarse controles de salud periódicamente.
Aunque, erróneamente, nuestra preocupación se concentra en la salud del corazón, cerebro y pulmones, es necesario colocar en un nivel muy importante la adecuada función del filtro biológico natural del ser humano, dado que es el encargado de liberar aquellas toxinas perjudiciales del organismo y conservar sus nutrientes y su adecuado equilibrio: LOS RIÑONES.
Dra. Marta Patricia Montort
CEMSA, Clínica de Especialidades Médicas Montfort
Albrook, P.H Albrook Point, primer alto, local N.7
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