Misión: ofrecer un lugar seguro donde cada niña, niño y adolescente encuentre amor, protección y lo básico para cubrir sus necesidades físicas, sociales y espirituales.
Redacción: Sports & Health
Fotos: Isaac Castillero W.
Prevalecer ante la adversidad que enfrenta la niñez más necesitada del país, atendiendo temas de educación, salud y formación de manera solidaria es lo que ha hecho durante veinte años la Fundación Creo en Milagros.
La pastora y doctora Ilya Carrera inició este proyecto entre 1994 y 1997 con la intención de marcar la diferencia en favor de aquellos pequeños en situaciones vulnerables.
Los primeros pasos se dieron con trabajos de ayuda social y espiritual en diferentes comunidades, hasta lograr consolidarse como una organización no gubernamental sin fines de lucro, que actualmente es presidida por la licenciada Rocío Domínguez.
Fundación Creo en Milagros cuenta con dos albergues: Hogar Metro Amigos en la vía Tocumen (entrando por el INADEH) y Hogar Mi Milagro situado en la Cumbres, Las Lajas.
El primer centro de atención mencionado es administrado por Roberto Charles, quien indicó que benefician a decenas de pequeños por año con esta labor, “atendemos niños de todo el país, incluyendo las comarcas indígenas, migrantes y con capacidades especiales. Funcionamos los 365 días al año con el objetivo de brindar una mejor vida a aquellos que han sufrido maltrato, abuso sexual, abandono, y extrema pobreza, entre otras situaciones”, agregó.
Igualmente, explicó que sus aportes son de forma integral con atención médica, escolar y emocional, al contar con personal capacitado en estas áreas (doctores, maestros y psicólogos), “contamos con dormitorios y una escuela llamada Nuevos Horizontes conformada por sesenta estudiantes que estudian desde kínder hasta noveno grado, además de dos aulas para atender a niños con capacidades especiales. Sin obviar, los programas agropecuario y avícola; este último, con 800 gallinas ponedoras”, añadió.
Los beneficiados oscilan entre 1 y 18 años, admitidos por medio de la autoridad judicial (juzgados de niñez y adolescencia) y la Secretaría de la Niñez y Adolescencia, únicas vías para ingresar.
La entidad recibe anualmente un subsidio por parte del Ministerio de Desarrollo Social; sin embargo, las necesidades trascienden y se ven obligados a establecer iniciativas que contribuyan a cumplir con las responsabilidades adquiridas.
Recientemente fueron beneficiados con la Carrera-Caminata ENSA 2017 realizada en octubre pasado, y en la cual se logró un aporte de $25 mil para apoyar los diferentes programas de la institución.
Sin duda, se requiere más sensibilización sobre la problemática de la niñez y mayor inversión social; aunque más allá de ello, razones poderosas motivan a la Fundación Creo en Milagros a seguir, pues a lo largo de estos años, han tenido casos de atendidos que hoy son profesionales.
Los interesados en apoyar pueden hacerlo a través del programa de voluntariado o con donaciones a la cuenta corriente del Banco General No. 010000078684.
Para más información llamar al: 266-2430 o el 268-0488.
Visión: lograr que cada niña, niño y adolescente que ingresa a los centros de atención pueda retornar a su núcleo familiar, una vez se haya logrado resolver su situación social y legal. Aquellos que carezcan de vínculo familiar, considerarlos para hogares sustitutos o en adopción.