IMG_0741Se adapta a este nuevo país, dedica tiempo a su familia y sus pasiones deportivas, alcanzar sus metas laborales y principalmente, a luchar contra la diabetes ajustándola a su modo de vida.

Por: Isaac Castillero Wilson

Todo el mundo desea ser feliz, pero muchas personas aseguran que su mayor crecimiento y desarrollo como seres humanos ha provenido de afrontar los infortunios y desafíos continuos para alcanzar ese ansiado estado emocional.

Entre quienes enfrentan la vida con valentía, figura el argentino Agustín Loyola de 41 años, quien reside en Panamá desde mayo de 2010 y padece diabetes tipo 1 (en este caso el cuerpo no produce insulina).

Sports & Health ha querido mostrar, a través del testimonio de Agustín, cómo se debe vivir con una enfermedad crónica que requiere de particulares atenciones, pero que a pesar de eso, se considera un afortunado al lograr bienestar y plenitud.

¿Cómo te defines anímicamente?
De pequeño era travieso. Creo que soy un ser con mucho ímpetu, actitud, proactivo, impulsivo, curioso, con la intención de siempre conocer más.

Estudios: Comercio Exterior
Altura: 1.80m
Peso: 167lb
Deportes: Rugby y Triatlón
Música: Barry White y Grupo La Tribu, Kuna Yala

¿Cuándo te diagnostican la diabetes?
A los 25 años, por síntomas de mucha sed y necesidad constante de orinar. Cuando me hicieron los análisis, yo temía buscar los resultados, tenía un mal presentimiento. Automáticamente me inyectaron insulina.

¿Cómo era tu antes y después de este evento?
Como cualquier joven, me encontraba enrolado en los deportes, familia, estudios y demás. Lógicamente me impactó, incluso el médico me recomendó que fuera a un psicólogo, pero por ser como soy, pregunté al doctor que cuáles eran las medidas y ajustes, pues no pretendía dejar mis actividades cotidianas y hasta el sol de hoy siempre he hecho lo que me gusta.

Entonces ¿siempre ha habido deportes en su vida?
Sí. Es una pasión que llevo, principalmente con el rugby, el cual empecé a practicar desde los 11 años, luego de una invitación que me hizo mi amigo Germán Smith.

¿Por qué el rugby?
Más allá del gusto natural, creo que mi afinidad viene por parte de mi tío Raúl Loyola, quien jugó en los años sesenta para la selección argentina, conocida hoy como el equipo de Los Pumas.

¿Qué tal tu trayectoria?
Jugué formalmente y en considerables niveles desde los 11 a 34 años (con algunos intervalos por las lesiones y labores) para el equipo Córdoba Athletic. Lo hacía como tercera línea y medio scrum #9. Salí campeón en mi última temporada de la primera división. Jugué junto a Martín Busto Moya, Genaro Fessia y otros que han sido selección nacional.

En-Familia¿Pensaste en dejar esta actividad por ser diabético?
No. Ya he colgado los botines por la edad. Siempre ingresé a la cancha con los niveles estables y por si había síntomas, tenía mis bebidas de azúcar. Gracias a Dios, nunca tuve algún inconveniente por ello. Lo que sí me podía acabar eran las lesiones, tengo muchas cicatrices, incluso he sido operado del hombro y en mis pómulos me tuvieron que insertar hueso sintético y una platina de titanio.

¿Cómo controlas tu glucosa?
Tomo una gota de sangre de mis dedos y por medio del glucómetro, me hago diariamente el chequeo de mis niveles de glucosa en sangre. En base a los ellos, realizo mis dosis de insulina. Al poder contar con el resultado de la glucosa en sangre en unos segundos, puedo mantener el equilibrio de mis niveles en forma manual.

¿Qué tipo de insulina usas?
Uso dos tipos de insulina que se diferencian por la acción, una lenta y prolongada (Glargina), la cual uso diariamente; y la segunda, de acción rápida y corta, (NovoRapid) la cual me suministro según los resultados de los controles durante el día.

¿Qué piensas del diabético que hace deporte?
Los doctores recomiendan las actividades físicas en nosotros, ya que ayudan a bajar los niveles de azúcar en la sangre y eso es bueno; sin embargo, se debe llevar un control, porque puede acabar en una hipoglucemia, que es cuando no se tiene azúcar en la sangre y produce debilidad entre otros problemas, experiencia por la que me ha tocado pasar. Lo ideal es prevenir y llevar un control.

rugby¿Qué te trajo a Panamá?
El tema laboral, tengo un tío que pertenece a la sociedad en la que trabajamos y me dijo que aquí habían perspectivas potenciales y decidimos tomar este barco. Pasé el primer mes solo, aunque contacté a la comunidad rugby de Panamá con quienes he podido compartir. Después traje a mi familia y aquí estamos.

¿Cómo ha sido la experiencia?
Me gusta Panamá, aunque todo cambio conlleva un proceso de adaptación y más porque es otra cultura. En cuanto al rugby, estuve jugando el año pasado, pero lo he dejado de hacer, la realidad del deporte es lenta en cuanto a su desarrollo, aunque no voy a negar que existen jugadores con cualidades, yo todavía me mantengo en contacto con los chicos.

¿Qué pasión deportiva te ayuda ahora?
Hace poco me inicié en el triatlón con la ayuda del compatriota Esteban García, quien me invitó a entrenar con el club Xtreme Team Panamá, que comanda Emmanuel Lemma, otro argentino que nos ha estado instruyendo.

¿Cómo te va en el triatlón?
Ahí estamos. Es una disciplina demandante. Lo que más me impresionó es que si bien, todos tienen la misma meta, cada uno tiene su objetivo. La parte del agua es la que más me cuesta, en la bici y carrera he ido mejorando. Por ahora, sólo he competido en el Triatlón Xtremo de La Guaira. Igualmente, he participado de carreras de 5 hasta 15 kilómetros.

¿Qué hay de los entrenamientos y la alimentación?
Entreno todos los días, con sesiones matutinas y vespertinas de una hora. Mi dieta está basada en productos saludables y bajos en azúcar, mis comidas son arroz integral, pollo, frutas, verduras, cero grasas y frituras. Aunque debo confesar que los domingos, con el grupo de argentinos, nos damos una escapada.

¿Qué beneficios le ha dado a tu salud?
Más allá de la pasión deportiva que me envuelve, me lleva a estar activo; si bien conlleva al esfuerzo físico, cuando uno entrena se siente rejuvenecido.

Sobre tu entorno profesional ¿qué puedes decir?
Trabajo en la gerencia de una empresa que busca comercializar distintos productos a nivel internacional. Debemos seguir estableciendo relaciones para que las puertas se sigan abriendo.

¿Cómo es un día normal para ti?
Me despierto a las 4:00 a.m., me alisto para entrenar por una hora, regreso a casa para despedir a los chicos que se van al colegio, luego voy al trabajo hasta las 5:00 p.m. para después ir a otra sesión de entrenamiento. Al caer la noche ya estoy en casa con mi familia.

IMG_0805¿Y la familia?
Son mi pilar. Llevó 10 años casado con Verónica Puerreydón, quien me ha apoyado incondicionalmente, al igual que mis hijos Mateo de 3 y Juan Ignacio de 8 años. Los últimos años he pasado momentos amargos, he perdido a mi abuela, que me crió; mis padres, mi hermano (jugó rugby profesional en Barcelona, España) y mi suegro. Sin embargo, la ayuda del Todopoderoso me ha fortalecido para seguir adelante.

Tus próximos objetivos
Seguir con una familia unida, continuar en triatlón, cumplir un medio ironman y tratar que los negocios sigan funcionando para poder quedarme en Panamá. En un futuro, me gustaría ser instructor de rugby.

Viendo el lado positivo de la diabetes
La diabetes es una enfermedad que tenemos que cargar en nuestro morral y llevarla con una sonrisa, ya que vamos a ser compañeros de viaje hasta el final. Todos tenemos una piedrita en el zapato que nos molesta y a diario tratamos de acomodarnos. De lo negativo, siempre tenemos que encontrar el lado positivo, pero está en cada uno, tener una mirada que llegue más lejos de lo que podemos ver y es allí donde tenemos que trabajar a diario de la mano de Dios.

“Voy a ser siempre un agradecido del rugby, el cual contribuyó en gran medida a desarrollarme como persona, siempre con un espíritu proactivo y de compañerismo. Este deporte me regaló mis grandes amigos de la vida, con quienes continúo unido fraternalmente”.