Migdalia AsprillaMadre, abuela y boxeadora

Por: Marcos «Ponchas» Mendoza
Fotos: Marcos «Ponchas» Mendoza

Treinta y siete años, cinco hijos y una nieta acompañan a la «Diva de Ébano» Migdalia Asprilla, quien a estas alturas de la vida practica un deporte rudo, de contacto y riesgo personal. Un deporte que fue diseñado para el hombre pero como se ha comercializado, ahora las mujeres lo practican para su bienestar económico y fama.

Migdalia Asprilla es originaria de un barrio marginal (Curundú), donde impera la ley del más fuerte, aunque a ella eso no la inquieta, pues le gusta el dame que te estoy dando. Prueba de ello es que las sesiones de guantes, las realiza con el llamado sexo fuerte (los hombres) y no con su género porque teme lastimarlas.

Perfil
Estilo: Ortodoxo
Años de actividad: 10
Ídolo: Roberto Durán

¿Por qué su pasión por el boxeo?
Considero que el boxeo es un deporte extremo y de disciplina, eso me agrada y me apasiona.

¿En qué año comenzó su periplo boxístico?
Inicié como boxeadora amateur en el milenio pasado (1997), a los 26 años. Coseché 10 victorias de forma invicta. Luego, subí a las filas profesionales, donde logré participar en 11 combates, todos ganados de manera invicta, hasta que opté por el retiro en el año de 1999. Sin embargo, viendo la euforia que se vivía, unos años después (2010) decidí retornar, cosechando nueve victorias de las cuales la Comisión de Boxeo Profesional de Panamá solamente me reconoció cinco el año pasado para un total de cuatro victorias, una derrota y un empate, con seis de ellas ganadas por la vía del cloroformo.

Migdalia Asprilla
De izquierda a derecha, Migdalia Asprilla (15 años), Maritza Márquez (21 años), Sasha en los brazos de su abuela y Tobías Plicet de 16 años. Abajo: Julieth Hinestroza (10 años) y Faiwer Hinestroza (3años).

Ni tanto, más bien lo hice por defender a mis hermanos, ya que soy la mayor. Me enfrenté en su mayoría a hombres, ganándoles. Era muy temida por la muchachada de la comunidad donde me crié.¿Fue usted una peleadora callejera?

¿Sus hijos la apoyan?
Indiscutiblemente. Mi hija mayor, Maritza, me acompaña en cada combate y grita a todo pulmón, «dale mamá, dale mamá».

¿Cómo describe ser madre?
Es lo más divino, lo más bello que le puede pasar a una mujer, tener hijos y educarlos contra viento y marea, siempre y cuando las circunstancias así lo definan. A los cinco espero convertirlos en profesionales. Ya Maritza es una profesional, graduada en Licenciatura en Turismo a sus 21 años. Es más, ya me hizo abuela, me siento muy feliz, pues, gracias a Dios, entré en otra etapa de mi vida.

¿Por qué tanto sacrificio?
Liarme a golpes sobre un tinglado no lo califico como un sacrificio. Por el contrario, es una satisfacción y un orgullo para mis hijos y mi país. Es más, espero levantar esa bandera tricolor en algún momento de mi vida.

Migdalia Asprilla
Una sesión de guantes con Luis García, uno de sus exigentes instructores.

Coronarme campeona del mundo en este año 2012 y en la categoría de los supergallo (122 libras), donde casualmente reina Shantal Martínez. Cuando tuve mi reencuentro con el boxeo, el 16 de octubre de 2010, pesaba 215 libras y ahora tengo un peso fluctuante de 130 libras para abajo

¿Por qué le gusta guantear con hombres?
Las peleas se ganan en los entrenamientos, por eso guanteo con los hombres, ya que ellos me hacen asimilar para que el día del duelo obtenga la victoria.

Algunos con los que guanteo son el campeón del mundo «Chemito» Moreno, Mauricio «Ñáñara» Martínez, Roinet Caballero y Luis «El Miura» García.