IMG 5353Es una panameña de 46 años que ha afrontado diversos problemas de salud. Pese a ello, marca la diferencia al imponer su espíritu de competitividad, solidaridad y pasión

 
Foto: Isaac Castillero Wilson

Foto: Isaac Castillero Wilson

 

  

La vida de Liezel Charmaine ha sido una carrera de kilometraje incalculable, en la que a pesar de las lágrimas y el dolor vivido, ella se esfuerza continuamente para terminar lo que se propone con firmeza y mucho entusiasmo.

Liz como es mejor conocida atendió a Sports & Health nos revela información sobre sus experiencias en las carreras, su labor social, su vida familiar y cómo ha contribuido el deporte de forma positiva en su condición médica.

“Procuro vivir mi vida de forma tal que mis acciones den a mi hijo el ejemplo para llegar a ser un hombre de bien. Me han llamado una luchadora de las causas justas, por mi gran sentido de responsabilidad social. Creo mucho en eso de pásalo más adelante”, respondió, la también ingeniera industrial.

¿Quién es Liz?
Es la hija mayor de Eladio y Jilma. Es Madre de Joseph de 9 años y una apasionada de las comunicaciones y las redes sociales. Además Liz contribuye en la concientización de las personas sobre la importancia del voluntariado en todas sus formas y de la prevención como cura para el cáncer.

A pesar de sus múltiples comorbilidades y actualmente se desempeña como Ejecutiva de Comunicaciones y dirige su Proyecto Oak Stories, un recurso en las redes donde brinda ánimo, consejos y apoyo a personas con situaciones similares.

En retrospectiva
De joven practicaba aeróbicos y tenis varios días a la semana, pero al empezar a trabajar y formar su familia el deporte quedó relegado.

Después de su segundo cáncer, cuando sus médicos le autorizaron en marzo del 2012 realizar actividad física considerable, eligió optar por un viejo sueño y empezar a correr, con la intención de mejorar su salud. “Comencé sola, con información que hallaba en internet, pero en abril del año pasado empecé a entrenar con un grupo y fue entonces cuando se dieron los primeros resultados”, agregó.

Igualmente, En coordinación con el entrenamiento que realiza y sus médicos, aprendió a modificar la forma de comer, intensificó la frecuencia de entreno, e incorporé rutinas y actividades nunca realizadas anteriormente. “Mis fuerzas venían de las ganas de aferrarme a la vida y ver crecer a mi hijo, el apoyo incondicional de mis padres, la motivación de nuestra Coach y la energía del maravilloso grupo de personas con quienes entrenaba diario”, recordó alegremente.

Impacto deportivo
El correr le ha ayudado a conocer mejor su cuerpo y a sobrellevar su condición médica. A los pocos meses de haber empezado a entrenar de forma estructurada logró controlar su diabetes sin medicamentos (ingería 14 por día) y por fin rompió con las limitaciones del síndrome metabólico que por casi 8 años no le permitía perder peso.

Desde entonces, ha perdido aproximadamente treinta libras. Con el pasar del tiempo le han ido retirando medicamentos, su cáncer sigue en remisión e incluso los doctores que años atrás no le recomendaban actividad física intensa, como su cardiólogo, le animan ahora a que continúe corriendo.

A nivel competitivo empezó con carreras y el año pasado terminó todas las pruebas de 5, 10, 15, y 21 Kilómetros en las que participó. Pero su mayor satisfacción se dio el 2 de diciembre pasado, al terminar con tiempo de 8 hora y unos minutos, la Maratón Internacional de Panamá. Una de sus logros más recientes, es que bajo su tiempo de 5Km de 55 minutos a 41.

Luego de 4 meses prácticamente “parada” por una lesión en el talón en enero de este año, retomó sus entrenamientos con su instructor, Jaime Correa. En la actualidad, se prepara seis días por semana, con una variedad de rutinas diferentes.

Entre las claves que le han ayudado a sentirse mejor, nos reveló que es la interacción diaria con personas que le siguen en Oak Stories en facebook, y su deseo de motivarles a través de sus acciones, “Es lindo leer cuando alguien te dice vi que pudiste y lo que te costó y eso me ha motivado a empezar a hacer algo también”, respondió.

Su único día libre es el sábado y es dedicado a leer, investigar y educarse más en el tema del running y la alimentación. Por sus condición médica está obligada a hacer ajustes en su menú, con la aprobación de sus doctores. Come sin sal y azúcar, proteína moderada, carbohidratos provenientes de fuentes naturales, vegetales y algunas frutas. Toma muchísima agua, ingiere grasas buenas con moderación, al igual que frutos secos y nueces.

Fuente de inspiración
Deja claro que su familia es su roca. Apoyada en su madre e hijo, quienes me regalan el tiempo que necesito a diario para entrenar. Igualmente, reconoce el aporte de sus seres queridos (Papá, hermanos, primos, tíos, amigos), quienes siempre han creído en ella.

Cabe resaltar que Liz trabaja desde su hogar y tiene cierta flexibilidad para organizar su horario. Sus días empiezan a las 5:10 a.m. cuando se levanta para salir a entrenar de lunes a viernes, y los domingos de fondos. Esto le permite dedicarle tiempo a esa gente que lee lo que comparte a diario en facebook, twitter y para asistir a compromisos de las ONG que apoya como son: Fundacáncer y el grupo Kilómetros X Alegría.

Reconoce que lo más difícil es tener el tiempo para todo lo que le gustaría hacer y lograr que su hijo no se sienta desplazado por sus responsabilidades.

El mensaje para todos es que, “Solo necesitan tomar la decisión de dar el primer paso y seguir adelante hasta llegar a sus metas. Nada es imposible si le ponemos todo el corazón y nos apoyamos en nuestra fe para no desmotivarnos. Lo más importante, es siempre recordar que no tienes que ser fuerte todo el tiempo, se generoso contigo mismo, permítete caer cuando sea necesario, siempre y cuando tengas presente que volverás a levantarte”.

Liezel Charmaine Robles, reconoce que difícilmente termine en primer lugar, pero asegura que logrará terminar su carrera.