IMG 2551Por su experiencia como arquero nacional, hoy es entrenador de guardametas y mantiene la voz de autoridad que deja clara la posición del balón.

 

Por: Isaac Castillero Wilson
Foto: Isaac Castillero Wilson

 

 

Estrella del fútbol, héroe o villano pero siempre brillante y decisivo, así describe el ex jugador Gaspar Pérez de 46 años la posición de guardameta. Actualmente se dedica a la formación de los arqueros nacionales; Sports & Health se acercó al área de entrenamiento para conversar con él sobre su experiencia en la cancha.

¿Cómo fue su experiencia como arquero?
Inicié como todo niño detrás de un balón en el sector de Pueblo Nuevo, con el pasar de los años participé en ligas recreativas y distritales, hasta llegar al Plaza Amador, dirigido en ese entonces por Milton Palacio, donde estuve por ocho años (entre 1989 y 1997); ganamos dos campeonatos y fuimos dos veces sub-campeones. A nivel de selección, participé en el equipo que clasificó a la Copa Centroamericana 1993. Al final, terminé en Panamá Viejo, Atlético Nacional y Alianza.

¿Cómo llega a ser entrenador?
Un hecho importante fue cuando participé como moderador, siendo activo, del primer curso de porteros dictado por la Federación Panameña de Fútbol con la participación de Lincoln Phillips (ex futbolista) fue entonces cuando todo se empezó a dar: trabajo, capacitaciones y experiencias. Decidí retirarme tras entender que había que darle paso a las nuevas generaciones pero con la voluntad de aportar mis conocimientos a aquellos que iniciarían en esta disciplina. Luego de ello se me presentó la oportunidad de iniciar como entrenador en Plaza Amador.

¿Cuánto tiempo lleva en FEPAFUT?
Inicié entre 1999 y en el año 2000 como preparador de porteros de aquella selección dirigida por Gary Stempel que clasificó al Pre-olímpico de Pensilvania, de ahí no hemos parado en la formación de porteros.

Entre los guardametas que han pasado por sus manos, resaltan:
Óscar McFarlane, Vladimir Vargas, Giovanni Gutiérrez, Francisco Portillo, Jaime Penedo, Carlos “Chiri” Valdés, Josep Calderón, Luis “Manotas” Mejía, Mónica Franco, Kevin Melgar, Iván Picart y Josep Vargas, quienes han representado al país en distintas competiciones.

¿En qué basa su método de enseñanza?
La idea es transmitir el conocimiento en el menor número de repeticiones y así seguir avanzando. Es fundamental que los porteros manejen la información teórica y práctica. Utilizando como soporte la disciplina.

¿Cuáles son las cualidades que debe tener un portero?
Dedicación y compromiso, a una estatura promedio, rapidez, osadía, potencia, concentración y más que nada, no demostrar debilidad, lo demás se entrena. Es cierto que habrán porteros con diferentes cualidades, y es ahí donde se debe explotar las virtudes y minimizar las deficiencias para que cuando toque tomar decisiones se elija la correcta, por ello la parte emocional es vital.

¿Cuáles han sido sus mayores satisfacciones en esta disciplina?
Representar al país ha sido motivo de orgullo. Una gran experiencia, aprendizaje, viajes y vivencias pero ser parte de cinco selecciones mundialistas (Dos con la Sub-17 y tres Sub-20) de seis que ha tenido Panamá es único.

Jugar o ser entrenador ¿Qué le gusta más?
Disfruté como portero, aunque quizás no tuve la trascendencia que quise, como lo hicieron mis compañeros Ricardo James y Donaldo González. Como entrenador está la satisfacción de ver cómo evolucionan los alumnos dando lo mejor de sí para llegar a esa meta que han sido los mundiales. En definitiva me quedo con la de instructor.

Próximo objetivo
Seguir trabajando con las selecciones Sub-17 y Sub-20 que dirigen Juan Carlos Cubilla y Leonardo Pipino, quienes buscan clasificar a sus respectivos mundiales.

¿Cómo visualiza el fútbol panameño?
Han cambiado bastante, las condiciones y para bien. Hoy se pueden ver mejores instalaciones, más formalidad y orden en cuanto al desarrollo del fútbol dentro y fuera de la cancha y en ese sentido hay que seguir. En cuanto a la custodia de la portería panameña tenemos material pero hay que exportar más para complementar lo que le falta en su formación.