Fernando Revuelta Atleta UNDER ARMOUR Sub-Campeón Nacional de Maratón www.runninginpanama.com |
Un alto porcentaje de las personas que durante los últimos años se han aficionado a realizar ejercicio en Panamá, no presta la debida atención a la hora de adquirir su calzado deportivo. Por encima de colores y modas, la elección de un modelo ajustado a nuestra fisiología y necesidade nos puede evitar muchos inconvenientes. No hay que olvidar que durante el ejercicio daremos miles de pisadas.
Cada calzado tiene particularidades y está diseñado con un objetivo. Por ello, a la hora de ir a una tienda en primer lugar deberemos tener presente el uso que le vamos a dar, bien sea para caminar, correr en modo entrenamiento, correr en competición, o realizar rutinas de ejercicio varias como puede ser en un gimnasio.
Utilizar un calzado que no esté diseñado para nuestro uso específico no va a satisfacer nuestros requerimientos por una parte, y adicional podría incluso ser el origen de molestias y hasta inoportunas lesiones.
La pisada
En las tiendas especializadas es común que nos puedan hacer un estudio estático y dinámico de nuestra pisada, con el objetivo de averiguar el comportamiento de nuestro pie al contacto con el piso. De forma natural todas las personas tendemos a ser pronadores, inclinando el pie hacia la zona del arco, pero algunos corredores sobre-pronan y necesitan un apoyo extra en esa parte. De igual manera hay supinadores, que por el contrario pisan en primer lugar con el exterior del pie. Para cada una de estas variables, las marcas deportivas fabrican modelos específicos, con mayor o menor soporte dependiendo del área de impacto principal.
El Diseño
Si analizamos la estructura de cualquier calzado deportivo, podemos diferenciar tres partes principales:
- El upper o parte superior, generalmente integrada por diferentes compuestos y fibras textiles, así como refuerzos de piel y/o plásticos. Esta parte envuelve nuestro pie y le da sujeción a través de los cordones.
- La media suela, es la parte que se encuentra debajo del upper y encima de la suela; trabaja básicamente en las funciones de amortiguación y respuesta.
- La suela propiamente dicha, que es la parte que hace contacto con el terreno, con gran importancia respecto de la tracción.
Tanto la media suela como la suela se construyen generalmente con diferentes compuestos de espuma y refuerzos de caucho, estando entre los más conocidos la eva tradicional, el sistema boost y el Micro G.
La Talla
Casi todos los calzados deportivos vienen en tallas que aumentan de medio en medio número. Aunque la horma puede variar dependiendo del fabricante y el modelo en particular, casi siempre utilizaremos el mismo número en todos nuestros calzados deportivos. Hay que tener en cuenta que el pie suele tener cierta dilatación según va avanzando el día, por lo que las horas más propicias para la compra de calzado serán las de la tarde. Es conveniente probarnos el par completo, no solo un pie, usando medias similares a las que vayamos a utilizar en nuestras sesiones.
No hay que tener temor a caminar con el calzado por la tienda para notar las sensaciones, e incluso es recomendable correr un poco en la banda rodante si el establecimiento la tiene para tener una mejor impresión del ajuste. Los dedos no deben quedar pegados a la punta de la zapatilla, sino a una distancia aproximada de medio centímetro.
El Precio
El calzado deportivo varía dependiendo del fabricante y del modelo específico, en un muestreo realizado en las principales cadenas de la capital observé que los modelos de temporada actualmente oscilan en un rango de precios de entre $100 a $175, llegando incluso los modelos más costosos a superar los $200. Para corredores que tengan presupuestos limitados, una excelente opción es la de aprovechar las promociones y descuentos que casi todas las cadenas realizan periódicamente, incluso acudir a tiendas outlet donde los precios pueden reducirse a menos de la mitad.
La Cantidad
Dos pares de zapatillas es el mínimo que todo deportista debería tener, con el objetivo de ir alternándolas y facilitar su perfecto secado, sobre todo en climas tan calientes y húmedos como el de Panamá. Adicional, la amortiguación del calzado necesita un periodo de recuperación de unas 24 horas para alcanzar de nuevo su estado óptimo antes de un nuevo uso. Por supuesto corredores que realicen ya tres o cuatro entrenos por semana y compitan necesitarán tener unos cuantos pares mas, dedicados algunos a los entrenamientos, y otros exclusivamente para las competiciones. Es bastante frecuente que corredores ya con varios años de experiencia a sus espaldas, tengan en sus zapateros 10 o más pares al uso, incluyendo algunos para terrenos específicos como la pista o el trillo.
El Lavado
Para alargar la vida útil de nuestro calzado deberemos cuidarlo y limpiarlo periódicamente, siendo preferible el lavado a mano que en máquina. Si se puede quitar la plantilla de la zapatilla la retiraremos, así como los cordones que lavaremos aparte. No se debe utilizar agua caliente, ni productos químicos ya que algunas de las espumas y componentes del calzado son muy frágiles y podrían dañarse. En caso de necesidad podemos usar una pequeña cantidad de jabón neutro para ayudar a remover las manchas, frotando muy suave. Después de un buen aclarado, pondremos nuestro calzado a airear alejado de fuentes de calor, y a la sombra para evitar que el sol haga perder flexibilidad a los componentes elásticos.
La Duración
A diferencia de nuestra vestimenta y accesorios cuya vida útil puede ser de varios años si realizamos un buen mantenimiento, el calzado tiene una duración más corta. No hay una respuesta única a la pregunta de cada cuántos kilómetros debo cambiar de zapatillas, ya que hay muchos factores que inciden en ello, como el fabricante, el modelo en particular, el peso del corredor, su tipo de pisada, su técnica de carrera, o la consistencia del firme en el que se ejercita. Un calzado diseñado por ejemplo para asfalto o pista sintética lo podemos desbaratar en pocas sesiones si lo usamos de manera errónea para terrenos de montaña y trillo.
En el mismo sentido hay calzados muy livianos con un uso específico de competición, que no soportarán muchos kilómetros si los usamos a diario para las sesiones de entrenamiento.
Los fabricantes como norma general recomiendan desechar el calzado después de completar de 400 a 600 kilómetros con ellos, aunque ya desde antes pueden haber comenzado a perder parte de sus propiedades de amortiguación y respuesta. Aunque la apariencia estética del calzado tiene importancia, lo que realmente debemos de comprobar son las condiciones de funcionamiento en lo que respecta a amortiguación, estabilidad y tracción. Un calzado en apariencia deslucido en su upper puede estar en condiciones óptimas para su uso y al contrario. Las consecuencias de intentar sacarle más kilómetros a un calzado de lo debido pueden ser nefastas, en forma de graves lesiones como las fascitis plantar, una afección tremendamente dolorosa e incapacitante. En caso de duda sobre si un calzado está en condiciones de uso, siempre es mejor desecharlo.
Las Medias
Con relación a las medias, son el complemento natural a nuestro calzado, aunque hay atletas que ya tienen curtidos sus pies y optan por no llevarlas. Yo en lo particular, y sobre todo en pruebas de fondo, recomiendo siempre su uso. El peligro de rozaduras o molestas ampollas es un riesgo demasiado elevado frente a cuestiones mayormente de estética.
En la actualidad hay medias de diferentes largos, bien de caña baja al tobillo, bien cubriendo hasta el tendón de Aquiles, e incluso llegando hasta arriba del gemelo, estas últimas casi siempre con un elemento compresivo.
Frente a las antiguas medias que tenían gruesas costuras y era necesario suavizarlas durante varios usos, los fabricantes han incorporado estos últimos años tejidos muy suaves, e incluso métodos textiles que evitan las costuras fabricando las medias como en una sola pieza.