El consumidor de hoy, espera recibir de las marcas y productos, campañas publicitarias que despierten sus sentidos y estimulen su mente.
Por: Mónica Soto Turolla
Marketing de Consumo Masivo
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Foto: Dreamstime
Recientes estudios exponen el rechazo y profunda hostilidad de los consumidores ante la enorme saturación publicitaria. Debido al rechazo hacia el marketing intrusivo, vemos con mayor frecuencia a las empresas, acudir al Marketing Experiencial o Marketing de Emociones, para generar un vínculo de lealtad entre las marcas y consumidores.
Podríamos definirlo como un tipo de estrategia, capaz de generar sentimientos y emociones en los consumidores, ofreciendo antes de la compra y durante el consumo, una auténtica experiencia (a veces hasta personalizada) con un claro objetivo, establecer un vínculo emocional entre las marcas y los consumidores.
El objetivo de esta disciplina es claro y específico: el consumidor. El mensaje del producto debe aportar una experiencia positiva e inolvidable y desde luego, hay que evitar que suponga una intrusión para el cliente. El mercado actual ha evolucionado de forma tal, que el consumidor demanda comunicaciones individuales, ignorando el marketing convencional y publicidad de masas. El marketing experiencial apuesta a generar sentimientos y experiencias, llegar al corazón y a la mente.
Habiendo dicho lo anterior, el trabajo que tenemos por delante los mercadólogos, es el de garantizar sentimientos y experiencias en todos los puntos de contacto entre el consumidor y la marca, marketing promocional, punto de venta, eventos, marketing de guerrilla, viral, relaciones públicas, etc. Tomemos el ejemplo de Coca-Cola, uno de los grandes genios en publicidad, cuyas campañas intentan cambiar estilos de vida, motivando e inspirando a sus consumidores. Desde hace muchos años, ellos dejaron de vender un producto, para pasar a vender emociones.
En resumen, cualquier plan de marketing debe tener en cuenta, como parte de la estrategia publicitaria, la experiencia que va a suscitar en los consumidores, quienes cada vez más rechazan la saturación mediática. El consumidor busca sentir, palpar y experimentar con la marca antes de tomar la decisión final de compra. Nuestro rol deberá ser el de evolucionar y adaptarnos a las necesidades cada vez más exigentes de un mercado sobresaturado.