Desde la antigüedad que el vino es considerado una bebida saludable y evidencias científicas hoy así lo demuestran. Averigua aquí el porqué.

Por Ania Smolec 

Wine Blog Concha y Toro

www.conchaytoro.com

Fotos: Concha y Toro

Contra todos los prejuicios que despierta el consumo de alcohol, especialistas en los ámbitos de la salud y nutrición proponen derribar este mito y ver las ventajas que el consumo responsable de vino puede traer para la salud.

Tal como las investigaciones de los doctores Federico Leighton (fallecido en 2012) e Inés Urquiaga lo respaldan en su libro “Dietas Mediterráneas, La evidencia científica”, el vino ha demostrado tener efectos beneficiosos en relación a la prevención de enfermedades cardiovasculares y otras de tipo crónicas, debiéndose esto tanto a su contenido de alcohol como de polifenoles.

Según detallan estos especialistas, el alcohol actúa positivamente de dos maneras. En primer lugar, eleva los niveles de colesterol HDL –o colesterol “bueno”– en la sangre, permitiendo que aumente el transporte de colesterol desde los tejidos periféricos hacia el hígado para su eliminación por la bilis.

A su vez, el alcohol disminuye la concentración de algunos factores de la coagulación, como el fibrinógeno, y aumenta el nivel de plaminógeno, es decir, el componente central en la disolución de coágulos sanguíneos. Todo esto se traduce en una disminución de la capacidad de la sangre de coagular, favoreciéndose así la disolución de trombos.

Por otro lado, y según explican estos doctores, los polifenoles son poderosos antioxidantes, que aumentan la capacidad antioxidante del plasma –la fracción líquida de la sangre–, protegiendo nuestro organismo del daño oxidativo y sus efectos.

El vino, y especialmente los tintos, contienen una gran cantidad y variedad de polifenoles, –a diferencia, por ejemplo, de otras frutas ricas en uno o dos tipos de polifenoles en particular–, distinguiéndose cuatro grandes grupos: los polifenoles ácidos, los flavonoles, los flavonoles y procianidinas, y las antocianinas. Por lo tanto, la capacidad antioxidante del vino se debe a su contenido de polifenoles; mientras más polifenoles tenga un vino, mayor será su capacidad antioxidante.

Estas evidencias nos corroboran que, además de ser un delicioso acompañamiento de aperitivos y comidas, el consumo de una o dos copas de vino al día nos trae importantes beneficios a nuestra salud física y, por qué no, psicológica, siendo también una buena forma de relajarnos, especialmente después de un largo día de trabajo.

Te dejamos aquí algunas buenas alternativas de tintos que puedes tener en casa para disfrutar día a día: Trio Merlot, Casillero del Diablo Reserva Privada Cabernet Sauvignon y Marques de Casa Concha Cabernet Sauvignon.