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El comportamiento del consumidor y sus hábitos de compra o consumo son influenciados por múltiples factores.
Tal y como escogemos nuestras amistades, generamos lealtad hacia aquellas marcas que consideramos irremplazables, basándonos primordialmente en criterios como: la percepción, personalidad y experiencia con el producto o servicio.
Por décadas, el rol del Marketing radicaba en establecer canales de comunicación con el consumidor, con el fin de generar una venta directa. Al igual que los mercados han ido evolucionando el enfoque del Marketing ha ido migrando hacia un rol más estratégico, a largo plazo, que logre generar un vínculo emocional del consumidor hacia la marca, garantizando no sólo una venta inmediata, sino una venta recurrente y su recomendación (Word of Mouth). Pasamos del concepto de “Top of Mind”, para hablar del “Grado de Cariño y Preferencia” que las personas puedan generar hacia éstas.
En la era del internet y de las redes sociales, el consumidor dejó de ser un target receptor, para convertirse en un generador de contenido. Un término comúnmente utilizado es el Top of Heart, que consiste en el vínculo de fidelidad que genera el consumidor hacia la marca, fundamentado en factores emocionales, por encima de los racionales. A diferencia del Top of Mind, este indicador no está sujeto a factores externos del mercado, como la publicidad por ejemplo, y puede emplearse como indicador en la intención y recomendación de compra.
Como Marketeros, competimos con todo el ruido comercial y no comercial del momento. Vemos con frecuencia, cómo algunas marcas incurren en el error de pensar que para posicionar un producto o servicio en el canal digital, basta con generar una publicación en las redes sociales y crear demanda, regalando producto a personas populares o influyentes.
Si nuestro objetivo final es generar un vínculo emocional con el consumidor y lealtad hacia nuestra marca, debemos enfocarnos en generar no sólo experiencias memorables que puedan ser compartidas, si no contenido de interés y «sembrar» el producto estratégicamente; esto es, elevarlo como objeto de deseo, generando así su demanda.
En un mundo híper conectado, en donde la información se obtiene de forma inmediata, es importante entender que las marcas deben plantearse de forma adecuada sus estrategias de marketing, basándose siempre en la fidelización.
Mónica Soto Turolla
Marketing de Consumo Masivo
www.bina-mkg.com