¿Comer limpio? ¿Comer sano? No, estoy hablando de comida “light”, ni “vegana”. ¿A qué me refiero? por Clean Eating? A otro enfoque saludable y esencial respecto de nuestros alimentos.

Por: Concha & Toro

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Fotos cortesía de Concha & Toro

Mucha gente piensa que la comida limpia es cara, desabrida y difícil de preparar todos los días, especialmente cuando tenemos que alimentar a toda la familia. Los amantes del vino, por su lado, agregan que dificulta los maridajes. Hoy quiero aclararles estos mitos urbanos y presentar una verdadera guía para comer limpio y disfrutar los vinos.

¿Qué es la “comida limpia”?

Primero hay que aclarar que, no es un tipo de dieta, sino un estilo de vida. Ustedes pueden seguir algún programa específico que excluye algún grupo de productos, como las tendencias vegetariana o macrobiótica. Buscar las proteínas en las plantas o comer Paleo, es decir, omitiendo legumbres, cereales y lácteos, es una cosa muy personal. Depende de nuestras necesidades y gustos. Un denominador común de muchas dietas, desde las más posmodernas hasta las tradicionales, donde la dieta mediterránea aún encabeza la lista, se refiere a la prohibición de comer alimentos procesados. Así de simple.

La comida procesada conlleva una serie de factores: viene en lata, en polvo (comida instantánea), o congelada y contienen alto grado de sodio y/o colorantes, saborizantes, aditivos y preservantes, alimentos GMO (organismos genéticamente modificados) y refinados. A pesar de ser densos en calorías, estos productos a menudo son nutricionalmente vacíos, incluso si han sido “fortificados” con vitaminas y minerales. Esto, simplemente, no es lo mismo que sacarlos de sus fuentes naturales.

Una de las más importantes reglas del “clean eating” es rechazar los azúcares procesados y los endulzantes artificiales. No hay como el azúcar que nos da la Madre Naturaleza: miel de abejas, jarabe de maple y fruta deshidratada como higos y dátiles.

¿Y el vino?

El gran científico Louis Pasteur dijo que el vino es la bebida más sana e higiénica del mundo, obtenida de la fermentación del mosto o jugo de la uva. El proceso de fermentación es producido por la acción metabólica de las levaduras, que transforman los azúcares naturales y los ácidos de los frutos de la Vitis vinífera en alcohol.

El vino también contiene otros compuestos provenientes de la uva, como taninos, antocianas y el misterioso resveratrol. Este último es beneficioso para nuestra salud y bienestar. Recuerden la dieta mediterránea o paradoja francesa. El consumo diario y moderado de vino es parte de una dieta sana y limpia. Como es un alimento fermentado, el vino mejora la micro flora bacteriana de nuestros intestinos.

Hay voces que dicen “vino, sí”, pero solamente natural o biodinámico por el famoso tema de los sulfitos. No estoy de acuerdo con esta idea. El vino convencional tiene los mismos valores “saludables”, pues en la mayoría de estos el contenido de sulfitos es francamente mínimo. Si ustedes quieren hablar de sulfitos, no pierdan de vista que las pasas o los quesos tienen muchos más sulfitos que el vino para su conservación.

La clave de beber vino al almuerzo y/o cena es la moderación y una correcta hidratación. Siempre beban agua para hidratar su cuerpo. Por cada copa de vino, yo bebo un vaso de agua. Así diluyo el contenido alcohólico y prevengo dolores de cabeza. No me falla.

¿Maridajes cuando uno come limpio?

No cambian mucho los maridajes entre vinos y platos sanos. Se aplican las mismas reglas. Solo para recordar, tenemos que buscar una sinergia y complemento entre dos componentes similares u opuestos. Por eso, antes de nuestra crucial elección, tenemos que considerar los aromas/ sabores y el peso/estructura de la comida y el vino. Por ejemplo, una sopa de zapallo con crocante de fruta seca tostada con un rico Marques de Casa Concha Chardonnay.

No podemos olvidar que los vinos tienen distintas estructuras. Pueden ser de cuerpos livianos, medianos o firmes. Esto depende de la cantidad de alcohol y taninos. Mientras más cuerpo tiene el vino, el plato debe ser equivalente en peso y estructura. Una ensalada con arroz integral y porotos adzuki armoniza con un Casillero del Diablo Merlot, mientras una ensalada de pasta con tomates cherry, pesto y un rico queso parmesano va mejor con Marques de Casa Concha Rosé.

Es imposible aburrirnos si incorporamos sabores distintos, si utilizamos aromáticas hierbas y especias, para preparar sopas, ensaladas o guisos. La comida limpia, en realidad, no es otra cosa que ¡comida fresca y casera! Coman lo que quieran; solo cocinen ustedes mismos y, por favor, lean la letra chica de los alimentos procesados. ¡Se les pararán los pelos!