Pasos para preparar una entretenida cata de quesos y vinos en casa.
Por: Wine blog Concha y Toro
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Fotos cortesía de: Wine Blog de Concha y Toro
¿Quieren organizar una fiesta con sus amigos y familia, pero no tienen tiempo para cocinar? o ¿quizás no les gustó pasar horas en la cocina, pero sí hacer maridajes con vinos? ¿Tal vez quieren pasar un tiempo entretenido y, al mismo tiempo, aprender sobre distintos estilos de vino? Para ustedes, tengo 3 palabras: cheese and wine.
Si consideramos la cantidad de quesos y vinos disponibles en el mercado, para algunos puede parecer un ejercicio complicado, pero mantengamos la calma. Vayamos paso por paso es mucho más sencillo de lo que aparenta. Basta con planificar bien la velada, después solo tienen que pasarlo bien con sus invitados.
1. ¿Qué vinos?
Lo primero es elegir los vinos que les gustaría presentar en su cata. Una selección óptima debe considerar dos factores: calidad y variedad. Propongo 6 vinos para distintos quesos:
- Casillero del Diablo Devil’s Collection Brut con queso de cabra, Mozarella, Brie, Edam o Parmesano
- Casillero del Diablo Sauvignon Blanc con queso fresco como Chavroux o Asiago
- Casillero del Diablo Chardonnay con queso de cabra, Provolone o Gruyere
- Casillero del Diablo Merlot con queso Camembert o Cheddar
- Casillero del Diablo Cabernet Sauvignon con quesos de corteza lavada como Limburger y Munster
- Concha y Toro Late Harvest con queso Roquefort o Gorgonzola
Una botella de 750 ml alcanza más o menos para 5 copas de vino generosas. Si prefieren porciones más pequeñas o de degustación, consideren una botella para 8 personas. Si sobra vino, no se preocupen. Tapen las botellas con sus mismos corchos y al refrigerador. Pueden beberlos durante la semana.
Otro aspecto importante son las copas. Calculemos: 5 comensales y 6 vinos. ¡30 copas! ¡Una locura! Por eso les recomiendo utilizar una copa de forma de tulipa, tamaño mediano y marcar el nombre de cada invitado, por ejemplo, amarrando por el tallo una lana de diferente color. Además, en la mesa, consideren agua y escupidera. Así podemos verter el vino sobrante y limpiar nuestras copas para el siguiente vino.
2. Los quesos
Para una buena cata, deberíamos considerar entre 4 y 6 quesos diferentes. Por supuesto, ustedes pueden escoger sus quesos preferidos, pero les propongo algo: mezclar quesos de distintos estilos o seguir algún criterio específico como:
- Nivel de humedad del queso (semi suave como Fontina, semi duro como Gouda, duro como el Parmigiano).
- País o región de origen (Francia, Holanda, España, Italia, etc.).
- Tipo de leche (queso de cabra, oveja o vaca).
- Madurez (fresco como el Mozarella, suave-maduro como el Brie, de corteza lavada como el Munster y azul como el Gorgonzola).
Consejos: investiguen en su barrio dónde pueden comprar buenos quesos. Calculen de 50 a 100 gramos por persona. Los quesos pueden guardarse en el refrigerador, pero antes de la degustación deben sacarlos y servirlos a temperatura ambiente.
3. Logísitca
Los quesos podemos servirlos sobre una tabla de madera. Es muy útil preparar unos marcadores (por ejemplo, tarjetitas adheridas a un corcho) con los nombres de los quesos. También pueden recomendar o sugerir el tipo de queso para cada vino.
Los quesos los cortamos en pequeños trozos con esos cuchillos especialmente diseñados para este propósito. Si no tienen, pueden usar un cuchillo normal, aunque les recomiendo comprar un set de los cuchillos para quesos. Valen la pena.
4. Acompañamientos
Una cata de quesos y vinos pide también algunos snacks que armonizan bien con los sabores de ambos. Cada queso posee aromas y sabores específicos, por eso es muy importante entender y elegir los acompañamientos perfectos:
- Queso azul: su intensidad pide unas galletas ligeramente dulces, como las de avena. Además, pueden servirlas con un poco de miel.
- Queso de cabra: es ligero y fresco. Por eso les recomiendo servirlo con unas galletas de soda y mermelada de berries. Si tienen un queso de cabra fresco y cremoso, como es el caso del Chavroux, sírvanlo con unos palitos de zanahoria cruda.
- Queso duro e intenso (Manchego): refrésquenlo con unos trozos de manzana o pera, además de un pan tipo baguette. Un maravilloso maridaje es con dulce de membrillo.
- Queso semiduro (Gouda, Edam, Emmental): poseen aromas de frutos secos y herbales. Por eso sírvanlo con fruta fresca, como manzana, pera o uva. Me encanta con una mermelada de damasco.
- Parmesano: es un queso salado, con aromas de frutas frescas y secas. Sírvanlo con higos frescos, secos o como mermelada. Un consejo: unas gotitas de vinagre balsámico levantan y avivan la mermelada de higo.
- Queso tipo Cheddar: es conocido por su intensa personalidad; bien salado y potente, con notas de fruta seca. Lo más recomendable es zarzaparrilla deshidratada (es la más ácida de todas las frutas secas) o mermelada de grosella negra. Pero también sugiero una versión salada. Pruébenlo con pepinillos en vinagre o rábano blanco.
Lista de cepas y frutos secos que, desde mi punto de vista, maridan a la perfección:
- Sauvignon Blanc : piñones
- Chardonnay : almendras
- Viognier: nueces brasileras
- Riesling: nueces glaseadas
- Pinot Noir: pekanas
- Syrah: avellana europea
- Malbec: macadamia
- Merlot: castaña
- Cabernet Sauvignon: nueces
Recuerden: en varias ocasiones les he sugerido omitir en sus platos las avellanas chilenas tostadas y pistachos, porque entregan al vino una sensación muy similar a lo que conocemos como aroma de corcho. Y no queremos nada que eche a perder nuestra fiesta. ¡Solo disfrutar!