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La obesidad no es más que el exceso de peso dado por el aumento de la grasa corporal.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) los niveles  de obesidad en Latinoamérica están aumentando más aceleradamente que en Estados Unidos y Europa.

Por: Lilia Korsi

El año pasado, el Instituto WorldWatch, con sede en Washington, informó que, por primera vez en la historia, los cálculos del número de personas con sobrepeso en todo el mundo son similares a los de las personas desnutridas. En su Informe sobre la salud en el mundo 2010, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificaba a la obesidad entre los 10 riesgos principales para la salud en todo el mundo y se calcula que en 2010 hay 42 millones de niños con sobrepeso en todo el mundo, de los que cerca de 35 millones viven en países en desarrollo.

Historia

En un pasado la obesidad estuvo asociada con la belleza, fertilidad y la riqueza.

Conociendo la enfermedad

La figura femenina voluminosa era un ícono sexual, caderas anchas, papadas y senos voluptuosos, eran los rasgos de abolengo y de alto estatus social.

Realidad, una conducta aprendida

La obesidad es una enfermedad que implica varios factores e introducen al individuo y a la familia en un círculo vicioso del que no puede escapar con facilidad. Además de los factores genéticos y metabólicos, también se suman características de la persona, estilos de vida y conductas aprendidas en la familia.

 

 

Cuando las cenas en familias se convierten un pretexto para la alta ingesta de carbohidratos, azucares y grasas, el problema ya se convierte en un problema social, que involucra a los medios de comunicación, al gobierno, a la empresa privada, a todos.

Sumado a esto, nuestra sociedad manda un mensaje doble, que está bien comer comida rápida, y tener más tiempo para producir, pero si eres gordo también está mal, porque ser gordo se antepone a los estándares actuales de belleza.  Es decir, la sociedad alimenta el trastorno y a la vez condena al enfermo, aislándolo, juzgándolo, y a medida que el peso sube, sube con la falsa esperanza de bajar de peso con una pastilla, un té herbal, unas zapatillas mágicas, y la industria del peso y los medios de comunicación difunden esta premisa de que hay que estar delgado, no importa a qué costo.

Cifras Alarmantes

Según Walmir Coutinho, profesor de endocrinología de la Universidad Católica de Río de Janeiro y coordinador del Consenso Latinoamericano sobre Obesidad, señala que las tasas de obesidad en la niñez aumentaron en un 66 por ciento en los Estados Unidos durante los últimos 20 años, pero en Brasil aumentaron 240 por ciento durante el mismo período.

Actualmente, se ha duplicado el número de niños estadounidenses que tienen exceso de peso con respecto a hace 20 años. En Chile, México y Perú, la cifra es alarmante, ya que uno de cada cuatro niños, de 4 a 10 años de edad, tiene sobrepeso o es obeso.

 

Podemos ver este problema como algo ajeno a nuestra familia, o incluso a nuestro entorno, pero sería tapar el sol con un dedo.

Convertirse en una persona activa, útil, emprendedora es la mejor manera de demostrar que la enfermedad no condiciona sus capacidades. Informe a sus amigos y familiares, manténgase en movimiento y comience a luchar. De esta singular manera, estará haciendo mucho por Usted y ayudará a sus vecinos, por consiguiente a la sociedad.