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La salud física se busca en base a las creencias que se tienen al respecto. Aunque siempre se ha buscado una buena salud, las convicciones cambian con las épocas; por eso, los caminos hacia la salud son variados y hasta contradictorios. La evolución de las creencias no han sido un camino lineal u ordenado; ni un acercamiento sostenido hacia la verdad, son más bien saltos, de modas, de mitos… Si en algún aspecto de la vida humana, en vez de acercarnos nos alejamos de la verdad, es en relación a las prácticas para disfrutar de buena salud. En este artículo, nos referiremos a las prácticas alimentarias.

Mitos en materia alimentaria.

¿Recuerda la cuenta de calorías?, suena hasta ridículo, pero por años se le siguió con fanatismo. Según el sexo, edad, peso y estatura, se llevaba cuenta de las calorías aportadas por cada ración de alimentos. «He ingerido 1300 calorías hasta el almuerzo, me quedan 900 que puedo ingerir hasta la noche»… esas eran el común de las cuentas.

En otro momento, el panorama lo dominaron los requerimientos mínimos de cada mineral, vitamina, oligoelemento… Otra vez la matemática regía la alimentación; los numeritos decidían si estábamos bien encaminados en busca de la salud.

Otros se basaron en la Pirámide de la Alimentación: cereales y harinas conforman la base de la pirámide, siguen las frutas y verduras, más arriba carne y lácteos y en la cúspide los dulces. El arte era ahora «balancear», asegurarse de incluir alimentos de cada grupo, más de los de la base (ancha) de la pirámide y menos, mientras más se estrechaba la pirámide hacia arriba.

¿Existe fundamento científico en todas estas creencias?… Bueno, cada una de ellas ha sido producto de la ciencia; pero, ese es otro tema, complicado y polémico. ¿Puede un sistema tan complejo y poco entendido como el de un organismo vivo, sus órganos, su fisiología, ser explicado en términos simples?, ¿Se requiere de tablas, cuentas y diagramas para orientar la alimentación de los seres vivos?, ¿Por qué ninguno de estos sistemas llegó para quedarse, sino que se han ido sustituyendo unos por otros?, ¿Cómo se explica la buena salud y la longevidad de muchos pueblos aborígenes y de las comunidades animales naturales?… Allí nunca se ha sacado cuenta de calorías, o de requerimientos, ni se ha «piramidisado» una ración alimenticia.

La creencia naturista

En dirección opuesta al simplismo de las creencias mencionadas, está el credo naturista. El naturismo explica el fenómeno de las comunidades naturales y de la salud silvestre, observando simplemente la complejidad y armonía de la naturaleza y concluye que sólo lo natural conduce al bienestar y a la salud; sólo haciéndose parte de la armonía natural se logra la meta de la salud física. La naturaleza es variedad y composición. Los elementos no están separados ni aislados, todo se integra. La creencia naturista considera que la atomización o separación en partes daña o reduce la calidad de lo natural.

Para la visión integral, la harina de maíz no puede comparable al maíz; el azúcar está muy lejos de las bondades de la caña de azúcar o de la miel de abejas. La leche entera y fresca está por encima del queso o de la margarina. Las semillas oleaginosas son mucho más que sus aceites; y así sucesivamente. El naturismo ve con respeto, admiración y humildad la complejidad natural. La ciencia oficial generalmente despedaza el objeto de estudio para poder explicarlo o entenderlo.

La complejidad natural, si se despedaza no se entiende. Se acepta tal y como es, se percibe, se experimenta, se vive.

Conceptos como «calorías», «elementos», «vitaminas», son simplificaciones de la realidad. Otros como: «requerimiento diario mínimo,» ignoran por completo la esencia del fenómeno biológico: la diversidad de los organismos y su cambio constante. Los requerimientos de hoy, pueden ser muy distintos a los de mañana; los requerimientos de dos personas, aún siendo gemelos, también pueden ser muy distintos, ni que decir de dos personas de diferentes climas, contexturas, estilos de vida, intereses y preocupaciones.

Hay un razonamiento de fondo en el pensamiento naturista: sólo lo que ha formado parte de la evolución de las formas de vida es adecuado y saludable como alimentación. Tras el largo período de coexistencia y de adaptación ha surgido la compleja relación de reciprocidad entre los organismos.

Los productos desnaturalizados, los componentes elementales, o las combinaciones inventadas por la industria, que nunca estuvieron presentes en esa adaptación y evolución, representan «sorpresas» para nuestro organismo. Estas no engranan en la complejidad ecológica, porque simplemente nunca estuvieron allí para adaptarse mutuamente y formar parte del todo armonioso que es la naturaleza.

TIPS:

¿Omega-3? Antioxidante Milagroso, búsquelo en su cápsula natural: la semilla de linaza.

¿Aumentar las defensas? No lo busque en inyecciones, está en el chayote tan insípido como bueno…

¿Comida rápida? Sí, la más rápida de todas las comidas es la más saludable: frutas frescas y crudas… lo que no se coma (cáscaras y semillas), bótelas en cualquier lado, no contaminan, y serán un excelente abono natural.