No es un secreto que para mejorar su desempeño, los atletas deben entrenar duro. Sin embargo, este trabajo duro desgasta y produce inflamación y degradación de los tejidos. Para recuperarse de este estrés fisiológico (a veces suprafisiológico) es necesario el descanso, es durante este periodo cuando se producen las adaptaciones y mejorías en los sistemas fisiológicos que permiten el mejor desempeño.
Y si no se descansa lo suficiente?
El periodo de descanso en los programas de entrenamiento es importante para que ocurra la regeneración de los tejidos que han trabajado y para que el desempeño atlético progrese. Si el desbalance entre el trabajo duro y el periodo de descanso persiste, el desempeño empeora. Desde esta perspectiva el sobre-entrenamiento sería: el estado en el cual el atleta ha estado estresando su cuerpo con entrenamientos hasta que el descanso no es suficiente para que permita la recuperación.
Una constelación de síntomas físicos, emocionales y de conducta se observan en estos casos, muy diferentes a los del cansancio que se da luego de las sesiones de ejercicio. El sobre-entrenamiento es caracterizado por cansancio y fatiga, que persisten aún mucho tiempo después de períodos largos de descanso y hasta en reposo.
También pueden presentarse signos emocionales como: irritabilidad, alteraciones en el estado de ánimo, alteraciones del patrón de sueño, depresión, o incluso pérdida del ánimo por la participación deportiva. Hay signos físicos como altraciones de la frecuencia cardiaca (pulso) basal con aumento más frecuentemente, en algunos casos reducción de la misma, dolor muscular persistente, aumento de la frecuencia de infecciones virales (resfriados) e incluso se ha descrito un aumento en la frecuencia de lesiones.
Muchos estudios clínicos han intentado sin éxito, descubrir un test o identificar cambios específicos que puedan determinar este síndrome. El resultado de estos, muestra de forma muy variable entre atletas, disminución del desempeño (peores tiempos y/o presentaciones), disminución del estado de ánimo, depresión, disminución de la frecuencia cardiaca basal y, en algunos casos, elevación del cortisol («hormona del estrés»). Menos frecuente se da la disminución en niveles de testosterona, y aumento de los niveles de algunos productos de la degradación metabólica del músculo. Actualmente, ningún estudio puede confirmar o descartar si un atleta está sufriendo de este mal.
Simpatética vs Parasimpatética
Dos posibles formas de este síndrome han sido descritas, la forma «simpatética» que es la más común y que se presenta frecuentemente en atletas de eventos rápidos y explosivos. La forma «parasimpatética» se observa en atletas de eventos de larga duración («endurance»). La disminución del desempeño atlético y la sensación de fatiga son comúnes en ambas formas.
La base primordial del tratamiento del síndrome es el descanso, el cual dependerá de la duración de los síntomas. Si el síndrome se descubre en las primeras semanas, habrá que suspender el entrenamiento por 4 ó 5 días, reanudándolo en días alternos para descansar suficiente entre sesiones. En general la intensidad del entrenamiento se puede mantener igual que antes del problema, pero el volumen total de ejercicio (tiempo y frecuencia de las sesiones) debe disminuir. Luego de varias semanas con patrón de entrenamiento en días alternos, si los síntomas han disminuido considerablemente, se puede permitir aumentar el volumen de entrenamiento con sesiones más largas o incluso en días seguidos. Si el diagnóstico no se hace rápido y los síntomas han persistido por varias semanas, podría ser necesario detener el entrenamiento por varias semanas o incluso meses. Es importante identificar los factores que llevaron al síndrome de sobre-entrenamiento y corregirlos para evitar una recaída.
Igual que todo en materia de salud, la prevención es lo más importante.
Se recomienda un programa de entrenamiento balanceado y progresivo, con adecuados periodos de descanso que permitan la recuperación y adaptación del sistema. Aquí radica la importancia de la «periodización del entrenamiento», esta estrategia permite un entrenamiento planificado con cargas muy altas, alternadas con períodos de descanso obligado y también se alternan las cargas día a día. Una bitácora de entrenamiento donde se anota lo que se hace para que el progreso pueda ser monitoreado, es uno de los métodos más beneficiosos de llevar el entrenamiento.
El síndrome de sobre-entrenamiento es una condición seria que puede arruinar toda una temporada a los atletas que lo padecen. En general, podemos decir que es mucho mejor «quedarse corto» en el entrenamiento que sobre-entrenarse.
Escuche a su cuerpo y no trate de ser un hombre de acero o la mujer maravilla, si se lesiona cuide su lesión, y si está cansado pues descanse!