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El norte que tendría esta nota se concretó, de la manera más extraña, estando en una polémica cena en el restaurante Benihana de Multiplaza con seis de mis mejores amigos.

Por: Yaribeth Vásquez

Al contarles sobre mi tema para esta edición, todos me acorralaron alegando que mis escritos siempre se basan en sus vidas y que era hora de que uno de mis textos se basara únicamente en mis experiencias. Ya que, según ellos, en el tema de inventarme  lugares interesantes para tener sexo, nadie me gana.

 

Discrepé con ellos pero al final de la intensa velada negociamos que empezaría con mis historias, pero al final, terminaría contando alguillo de sus experiencias para que sean nuestros fieles lectores los que juzguen cuáles de los lugares que se describirán continuación son los más interesantes.

 

Antes de introducirme en el texto, les aseguro mis lectores, que cualquier alternativa a la cama es válida. No se limiten al colchón, ya que la tarea de escoger lugares extraños, insólitos o que entrañen cierto riesgo enriquecen la vida sexual, aumenta el placer y el gusto por el sexo. Además, suelen convertirse en anécdotas divertidas de contar, sino, que lo digan mis seis archi amigos.

 

Entrando en materia, para mí, cualquier lugar es bueno siempre y cuando se haga con discreción y no se afecte a terceros. Es difícil pensar que camino sobre esta regla cuando les digo que uno de los lugares más interesantes para mi fue el ya extinto cine Aries que quedaba en el mero centro de Vía España, bajando por la calle del actual edificio Avesa, donde convergen varias oficinas del Ministerio Público.  Este cine tenía la particularidad de que los lunes  y martes sólo asistían viejitos que se sentaban en las primeras líneas. Así que se imaginarán lo arriesgadamente tentador del ambiente.

 

La carretera hacia el Centenario, con rumbo hacia Los Santos, definitivamente debe tener muchas historias que contar y una de ellas giraría entorno a ¿Cómo ver en el asiento del conductor, en un auto en movimiento, dos cuerpos fundirse entre sí?

 

La playa de cualquier resort del país, a plena luz del día y con cientos de personas alrededor puede ser una experiencia seductoramente deliciosa e inolvidable… Nadie debe enterarse de lo que usted está haciendo, pero usted si puede disfrutar experimentar que es hacer el amor entre una multitud.

 

Otra de esas experiencias que tienen un sello de interesante es cuando vendían un apartamento en el edificio de un ex novio. Teníamos dos días de ver el apartamento abierto y el conserje nos comentó que los dueños lo dejaban así para que no oliera húmedo, ya que las visitas las programaban para después de las 6 de la tarde.

Bueno, uno de esos días se me apareció uno de esos diablillos que se postran en uno de los hombros y me susurraba que sería excitante bautizar los cuartos de dicho apartamento. Más cuando la señora que vivía allí era la representación exacta de la bruja del 71 del Chavo del Ocho. Que les puedo decir… la experiencia se vivió sin cerrar la puerta principal del apartamento ya que hubiese llamado la atención del conserje.

 

Los parquecitos que son olvidados en las noches por los residentes de una barriada determinada, también resultan ser buenos cómplices del amor. Tienen una mística genuina y más cuando está rodeada de arbusto y estatuas un tanto tenebrosas como una que aún vive en la barriada Los Robles.  Los que viven o han ido por allá, saben a que me refiero.

 

Los carros pueden ser un buen aliado para estas aventuras ya que te permite vivir un momento sublime con sólo estacionarlo en un callejón de una barriada «X».  Claro está, no frente a la entrada de una casa, sino donde exista una especie de muro largo y alto que impida que alguien levante sospechas sobre el vehículo extrañamente estacionado. Pero pregúntense ¿no es divertido vivir el momento mientras se tiene el temor de que alguien te sorprenda…?

 

Ahora, no todo es color de rosa.  Una vez me agarró un guardia en los predios de un Centro Comercial pero gracias a Dios que fue al final de todo y saben qué… lo único que le quedó al uniformado fue la sospecha de lo que pudo haber sido. Pero eso sí, la rabia de no probar nada lo motivó a hacerme la vida imposible antes de decidir dejarme ir.

 

Pero la más interesante e intensa, y sé mis queridos amigos pensaban que no lo iba ha confesar, fue tener relaciones en el baño de un ex trabajo. Sí, así como lo escuchan.

Este trabajo tenía un ala donde había baños múltiples y otro donde había dos baños personales, para un hombre y una mujer.  La dinámica de entrar al baño sin que nadie los viera y, lo más difícil, salir sin que nadie nos agarrara sólo nos hacía querer hacerlo una y otra vez. Lo más rico de todo es que esa experiencia la viví con mi actual pareja, con la que me había dejado por dos años después de que aquella empresa cerró.

Hasta sol de hoy sentimos que es una de las aventuras más extremas que pudimos haber vivido. Una vez no podíamos salir porque alguien, que pensamos quería el baño privado para hacer la mayor, se postró afuera del baño y hacía todo tipo de ruidos y movimiento  para que supiera -quién estaba dentro del baño- que alguien estaba esperando a fuera y que era hora de salir. Qué les puedo decir… fueron momentos muy interesantes y les digo más, la adrenalina en ese momento era tan intensa que el clímax era único.

 

CREANDO MOMENTOS.

También se pueden crear momentos como ir a una isla solitaria donde toda la mañana estén los dos juntitos y solitos. Les recomiendo, en esta línea, «Isla la Vuelta» de Colón, para eso, sólo deben llegar al muelle de Portobelo, donde están las barquitas, y ellos por menos de 20 dólares lo llevan a la isla y lo pasan a buscar a la hora que usted les diga. Además de eso, usted se lleva su artillería de alimentos y bebidas y la pasa excelente.

De preferencia vaya día de semana para que no encuentre a nadie y eso lo puede hacer perfectamente para sus vacaciones.

No tiene que viajar a un país extranjero o al interior para justificar el quedarse en un buen hotel para pasar un momento inolvidable de una noche y medio día, que es cuando se hace efectivo el check out de la mayoría de los hoteles.  Aquí en la ciudad, incluyendo Santa Clara puede encontrar lugares donde pasar divertidos momentos que le ponen el sello de diferencia a la relación.  Pero no busque cualquiera lugar, busque los que tengan un toque de diferencia como el Veneto con sus camas y sábanas súper suaves y abrazadoras, el Albrook Inn con sus ricas Suite Junior y su famoso pie de limón para los dulceros o el Breezes Santa Clara, un verdadero paraíso.

 

Los paseos cortos que hacen las agencias de viajes por el canal son súper económicos y créame, usted sentirá que esta haciendo el amor en un verdadero crucero.

 

PARA GUSTOS COLORES

Ahora, aunque me gusta vivir mi vida al máximo en estos menesteres, no me he atrevido a hacer algunas otras cosas que mis queridos amigos sí. Como por ejemplo, y me permitiré reducir porque ya estoy llegando a la cantidad de caracteres que me permite mi editor, las banquitas del parque Omar después de hacer una rutina de ejercicios de tres vuelta con la pareja.

En la cama de mis suegros por el mero hecho de que es algo en extremo fetichista, en plena escalera del edificio de un novio o en la cocina mientras tus padres están viendo un partido del Barcelona.

En casa y cama de mi mejor amigo de infancia, en el auto en medio de un tranque donde tienes vehículos de lado y lado y solo te escudas en los vidrios súper oscuros de tu auto.

Y por supuesto, en el sillón preferido de tu papá o en el baño de una discoteca (iuk).