Por: Harley J. Mitchell Morán
Abogado Ambientalista
Sports & Health aporta información sobre mejores costumbres, para que el funcionamiento de nuestro cuerpo esté de forma óptima, lo cual se refleja en el bienestar interior, salud general del organismo y la belleza de la forma física. Nueva contribución, pretende que consideremos extender estos aportes saludables, hacia entorno inmediato.
Las conductas que adoptemos mientras satisfacemos nuestras necesidades en el hogar, pueden afectar positiva o negativamente a los vecinos de una comunidad, en un efecto dominó que potencialmente incidiría sobre un número de personas.
DESECHOS
En cuanto a la disposición de desechos, conductas como: disponer de desperdicios domésticos, manejar los desechos de jardín (hay gente que los quema), cómo asear la terraza, disponer de los desechos de las mascotas y lavar el automóvil, pueden afectar negativamente el aseo de las casas contiguas, las servidumbres, aceras o las veredas. Tomar estos factores en cuenta, ayuda a mantener una vecindad saludable.
RUIDOS
En materia de ruido, la moderación del volumen de la música, cómo conducir las celebraciones y fiestas, e incluso la forma ruidosa en que se expresen los habitantes de una casa, influye indiscutiblemente en el bienestar del vecino.
OTROS TRABAJOS
En caso de obras o trabajos, el cuidado de las propiedades contiguas es fundamental, la comunicación con el vecino, el control del polvo, los ruidos deben darse ser a horas que no correspondan al descanso de los que viven cerca, los desechos constructivos no deben ser, abandonados en el barrio o vertidos en las alcantarillas ni drenajes pluviales.
MASCOTAS
Igualmente hay que ser responsables por los desechos provenientes de las mascotas durante sus paseos, o durante su estancia en los jardines, controlar parásitos, sus ladridos y ser responsable por los daños que puedan ocasionar a terceros.
EL JARDÍN
En el cuidado del jardín, las plantas que tengamos, no deben ser del tipo cuyas raíces dañen la infraestructura urbana, alcantarillado, aceras, veredas, isletas o calles, o si lo son, el dueño de la planta es el responsable por tales daños, por lo que debe tener un extremo mantenimiento, recoger sus hojas, realizar las podas correspondientes y velar por su posible afectación a la seguridad pública, ya sea ante su posible caída, o su papel potencial en ser usados para emboscadas a los vecinos.
Cuando existe ausencia de buenas costumbres vecinales, estamos ante conductas que pueden estar reguladas en una jurisdicción llamada “de Policía”, que suele ser atendida por autoridades municipales o por los denominados “Jueces de Paz”. Algunas de estas conductas pueden ser castigadas con multas y con la reparación del daño, si lo hubiere.
Sin embargo, más allá de los castigos, nuestras actitudes deberían complementar a una cultura saludable, extendiendo las buenas costumbres más allá de nuestro físico, hacia los barrios, y así contribuir al mejoramiento de su nivel de vida.