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Enfrentarse al reto de correr una maratón es un enorme desafío, para corredores que cuentan ya en su palmarés con algunas completadas, como para los que se enfrentan como noveles a sus primeros cuarenta y dos kilómetros.

Son muchos los aspectos de entrenamiento, nutrición y afines que un corredor debe considerar cuando toma la decisión de participar en un evento de maratón, uno de los más importantes en la elección del calzado adecuado.

Por supuesto, a la hora de elegir un calzado de correr, independientemente de la distancia a cubrir, deberemos saber primero si nuestra forma de pisada corresponde con la de un corredor neutral o si necesitamos soporte lateral. En la mayoría de las tiendas especializadas nos pueden realizar un test que nos va a confirmar este aspecto. Después de eso, estaremos en condiciones de elegir el modelo que mejor se ajuste a nuestras necesidades.

En la actualidad, las principales marcas deportivas del mercado tienen entre sus catálogos, modelos específicos para largas distancias, como es una maratón, pero con mucha frecuencia amigos corredores me consultan sobre este tema, ya que dudan de las recomendaciones ofrecidas por las marcas o por los vendedores en las tiendas.

LAS 4 VARIABLES

En un calzado de running podemos encontrar diferentes parámetros y características, pero hay cuatro aspectos que destacan cuando hacemos referencia a un modelo idóneo para maratón.

  • Ajuste: siempre es conveniente que una zapatilla de correr se ajuste correctamente al tamaño y morfología del pie, cuestión que toma enorme trascendencia cuando hablamos de completar 42 kilómetros. Para competir en una distancia menor, en ocasiones los fabricantes de calzado deportivo ofertan modelos que priorizan la ligereza y capacidad de respuesta sobre la comodidad, y ante ello, podemos afrontar el riesgo que esto supone para nuestra anatomía. Si nos ponemos en modo maratón, debemos ser conscientes de que en el mejor de los casos y siendo un atleta élite, estaremos más de dos horas corriendo, no digamos si pertenecemos al grupo de corredores “mortales” que requieren de tres, cuatro o más horas.

Es fundamental que nos sintamos cómodos con el calzado que hayamos elegido para correr la maratón. No se puede iniciar una prueba de este calibre sabiendo de antemano que con gran probabilidad vamos a sufrir de molestas rozaduras o ampollas en los pies, fruto de que el tamaño, horma o características del modelo que no se ajusta a nuestras necesidades. No hay peor cosa para un corredor de maratón que llevar un calzado de talla más pequeña que la indicada, ya que con el paso del tiempo y los kilómetros, nuestros pies tenderán a dilatarse. Igual de contraproducente resultará llevar un calzado en el que el pie oscile, a pesar de realizar una fuerte lazada.

  • Amortiguación: todos los calzados tienen tres partes principales superpuestas: la superior denominada upper construida con material generalmente tejido y sintético, la media suela conformada por una o varias espumas, y la parte de la suela de caucho en diversas densidades que es la que finalmente apoya en el piso. El nivel de amortiguación en una zapatilla de correr depende básicamente de su media suela, tomando en consideración el tipo de espuma utilizado, la cantidad de espuma presente y la conformación en que ésta se arma (por capas o de manera homogénea). No todas las espumas tienen la misma densidad, unas son más rígidas y otras suaves, incluso hay espumas denominadas adaptativas, las cuales reaccionan de manera diferente según el impulso que aplique el corredor en particular.

Al correr una maratón son miles las zancadas que daremos durante el recorrido, y en cada una de ellas siempre estará presente una fase de apoyo y otra de despegue. En ambas fases, el grado de amortiguación de nuestro calzado influirá en que se produzca un mayor o menor retorno de la energía. De modo general se puede afirmar que el mayor o menor grado de amortiguación de un calzado tendrá influencia directa en la presión ejercida sobre nuestro organismo, especialmente sobre las articulaciones y los grupos musculares de nuestro tren inferior. El preservar en las mejores condiciones posibles la musculatura durante nuestra maratón, sobre todo en la parte final, será fundamental para garantizar un buen desempeño.

  • Peso: en el sector del calzado deportivo podemos encontrar muy diferentes modelos en cuanto al peso del calzado. Generalmente el peso de un par de zapatillas de correr está en el rango de los 250 a 330 gramos. Como es obvio, el peso de una zapatilla dependerá del tipo de materiales usado en su fabricación y de la cantidad presente de los mismos. Usualmente una zapatilla de alta amortiguación tendrá una mayor cantidad de espuma, lo que supondrá, un mayor peso. Pero al contrario, no toda zapatilla catalogada como pesada significará que necesariamente tenga buena amortiguación.
  • Transpiración: este parámetro hace referencia a la capacidad de la zapatilla para evacuar la humedad que se produce dentro del habitáculo hacia la parte exterior del mismo, favoreciendo que el pie se mantenga más fresco y seco. Una buena transpiración contribuirá a que no se acumule tanto líquido en el calzado, es decir, que la zapatilla no se ponga más pesada. En un país como el nuestro, con alto grado de humedad y temperatura, es importate cuando vayamos a correr una maratón, contar con un modelo que tenga buena transpiración, puesto que es incómodo y molesto correr sintiendo en cada zancada el reconocible “chof-chof” de una zapatilla encharcada.

RECOMENDACIONES

El parámetro más importante que debemos tener en consideración al elegir un calzado para maratón es que nos ofrezca un buen ajuste y sea cómodo, incluso después de varias horas de uso. Iniciar un maratón sintiéndonos ya de salida a disgusto con nuestras zapatillas es sinónimo de fracaso. Casi a la par debemos fijarnos en la amortiguación, la cual debe ser mayor según sea nuestro peso corporal. El peso de la zapatilla no debe ser un factor determinante a la hora de elegir nuestro calzado de maratón, salvo para aquellos atletas élites de poca envergadura corporal que busquen correr a ritmos rápidos. El nivel de transpiración del calzado tampoco debe ser un factor decisivo para nuestra elección, solo una variable a considerar que puede inclinar la balanza ante modelos que en el resto de parámetros sean similares.

Para terminar, la regla básica de todo maratonista es la de no estrenar ningún artículo el día de la prueba, y menos el calzado. Por ello, es altamente recomendable haber probado las zapatillas con las que pensamos correr en el maratón, en uno o varios de los fondos largos realizados durante la etapa de entrenamiento. Ello nos dará la confianza necesaria para saber que nuestro calzado estará a la altura de las exigencias a las que le vamos a someter.