Los aminoácidos son constituyentes de las proteínas que son responsables de proporcionar estructura a los seres vivos, además de estar involucradas en diversas funciones que regulan el organismo, y la glutamina es uno de ellos.

La glutamina participa como fuente de energía de las células intestinales y los linfocitos, es decir interviene en los procesos involucrados con el sistema inmunológico.

La glutamina es el aminoácido más abundante que se encuentra en grupos musculares, en el plasma sanguíneo, la médula espinal y el líquido cefalorraquídeo, por lo que desempeña funciones indispensables en el organismo.

A pesar, que la glutamina se puede fabricar en el cuerpo a partir de otros aminoácidos, pues forma parte del grupo denominado aminoácidos no esenciales, en momentos específicos, aumenta su utilización debido al estrés metabólico o físico.

En el entrenamiento

Es decir que personas que practican deporte de manera constante y a intensidades importantes, se pueden beneficiar de la suplementación con glutamina. En cada caso se tendría que evaluar, si a través de la alimentación regular se logra cubrir con las necesidades o si requiere obtenerlo a través de suplementos. En los alimentos, la glutamina está principalmente en los de origen vegetal y animal, que contienen muchas proteínas. Sin embargo, en los de origen vegetal, al cocinarlos pierden las propiedades de la glutamina, por lo que es recomendable comerlos crudos. Los alimentos que contienen mayor cantidad son los frutos secos, las espinacas, el perejil, los lácteos y la carne.

El uso de glutamina como ayuda para la recuperación muscular tras el entrenamiento, se puede considerar ante la práctica de deportes de intensidad moderada o alta, y con un nivel de resistencia considerable: travesías, maratón, ciclismo o triatlón. Resulta útil en la reposición muscular frente a actividades deportivas relacionadas con la musculación como: levantamiento de pesas o uso de máquinas estáticas.

En el caso de actividades físicas no profesionales, sin finalidad de competición o con un esfuerzo liviano, la suplementación con glutamina no tiene tanto sentido, ya que el consumo muscular en estos casos no es tal como para reponerlo a base de productos complementarios. Habitualmente, a través de una dieta equilibrada se aportan los elementos que se han perdido durante estas actividades.

Recomendaciones

Como recomendación general se habla de una dosis media de entre 5-10g de glutamina al día. Esto plantea un consumo diario de unos cinco gramos al día, repartidos en al menos dos tomas, como mínimo una hora antes del entrenamiento o sesión deportiva, y después de la misma, normalmente antes de acostarse. De manera específica se habla de dosis de 0.3 g/kg de peso a 0.5 g/Kg de peso cada día.

Además del deporte, la glutamina tiene importancia en otros aspectos de la nutrición, donde se requiera mejorar una condición específica. Estudios han demostrado que existen beneficios de su uso, para tratar quemaduras, traumatismos, daños y otros efectos relacionados con el tratamiento contra algunos tipos de cáncer, aliviando efectos secundarios de la quimioterapia.

Fundamentalmente, se utiliza como complemento en deportistas, pero también suele utilizarse para prevenir y combatir traumatismos, infecciones, el estrés, y para tratar algunas enfermedades como la artritis o en trastornos intestinales, donde podría tener beneficios. No obstante, no debería administrarse en los pacientes que tengan cirrosis y problemas renales.

Hay evidencia que tiene beneficios, en las siguientes condiciones:

  • En las recuperaciones de lesiones o heridas.
  • Para diarreas y la recuperación de la mucosa intestinal
  • En deportes que exigen un esfuerzo físico más grande del habitual, y de alta resistencia.
  • Si el paciente tiene algún tipo de quemaduras.
  • Si se diagnostica en el paciente con algún tipo de infección.

En cada caso, su uso debe ser supervisado por un nutricionista idóneo que maneje cada caso de forma individual, que revise las dosis, frecuencia y duración del tratamiento cuando se trate de patología específica. En atletas se debe monitorizar la composición corporal y revisar los patrones alimentarios, para hacer la recomendación.